El acuerdo

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Tatsumi, el fiel sirviente de la familia Kido, rápidamente se disculpó por la joven. Ese viejo abusón que tantas palizas les había propinado en el orfanato ya no era ni la mitad de la sombra de lo que fue, los años y quizás las circunstancias habían hecho clara mella en él. Seiya fue consciente de ello con sólo mirarlo, una leve sensación de rabia proveniente de viejos recuerdos se alojó en su estómago.

Los amigos se retiraron a la habitación de Seiya dejando a la joven y su sirviente acabando su desayuno.

- Y bien...- se adelantó a decir Shiryu mientras ambos se acomodaban en la habitación.

- No puedo negarte mi impresión al verla Shiryu...pero aun así... sabes que me pides mucho. – Hizo una pausa como alejando los pensamientos que le venían a la cabeza - ¿Quién es Pegaso? Hasta lo que mis conocimientos llegan sólo es un caballo alado... no me digas que en su otra realidad la humanidad es el juego de Farm Ville.

- ¡Ojalá! – Shiryu no pudo evitar que se le escapara una leve sonrisa con la ocurrencia de su amigo – Acabas de conocer a la poderosa hija del Dios de Dioses Zeus... Athena. – Seiya le miró con asombro. – Hasta ahora lo único que sé de su realidad es que ella junto con sus Caballeros es la protectora de la humanidad y que lucha contra los malvados Dioses del Olimpo que pretenden destruirla. Pegaso es uno de sus caballeros, de hecho, el más especial para ella, me sorprende que te haya elegido para ocupar ese papel, hace años que no os veis.

- ¿Te sorprende que me haya elegido? – le miró incrédulo.

- Querido amigo he de decirte que te encuentras ante el fiel y entregado Caballero de bronce del Dragón y justo heredero de la armadura de oro del signo de Libra, perteneciente al maestro Dhoko.

Seiya no pudo evitar reírse de imaginar a su amigo con semejante semblante. – Así que tú Caballero del Dragón y el Señor Dhoko, tu mentor en la tesis, es Libra... Veo que la educación que le costeó su abuelo ha tenido muy buenos resultados... Imaginativa es la chica.

- No deberíamos reinos Seiya... además... Pegaso es heredero de la armadura de oro de Sagitario, no creas que te libras amigo...

- Me preocupa que me asocie tanto a los equinos... ¿tengo cara de caballo? – ambos rieron. La actitud de Shiryu cambio.

- No siempre es así Seiya. Hoy has presenciado su versión "alternativa" suele huir a ella cuando sale de la Mansión. – Seiya le miró intrigado, lo que le animó a continuar su relato.- Cuando, digámoslo así, regresa a nuestra realidad ella vuelve a ser Saori Kido sin embargo es muy consciente de su alter ego Athena y todo lo que representa. Para ella nuestra realidad no existe, es, según cuenta, un castigo de su padre Zeus por renunciar a su estatus de Diosa para salvar a sus caballeros.

- Entiendo... no ha desarrollado una segunda personalidad strictu sensu, sin embargo, vive dos vidas paralelas, dos realidades.

- Eso no es todo...pero preferiría no darte más detalles, necesito que tú saques tus propias conclusiones. – Shiryu le miró inquiriéndole una respuesta a la pregunta que no se atrevía a formular.

- Todavía no he aceptado – le replicó Seiya.

- ¿Pero lo harás? – se hizo una pausa en la que ambos se miraron.

- No lo sé – continuó el castaño rompiendo el silencio – Esa familia nos hizo mucho daño a Seika y a mi. Si no nos hubieran separado Shiryu... todo hubiera sido muy diferente. –Elevó el tono. – Era mi hermana, mi única familia.

- Lo sé Seiya – intervino su amigo con un tono de preocupación – por eso no he querido molestarte hasta que no he visto que eras mi única opción. Pero créeme, ella no es como su abuelo.

- ¿En serio? La gente no cambia tanto... siempre fue una niña estúpida y malcriada.

- Tú lo has dicho Seiya: una niña; ahora es una mujer, y créeme cuando te digo que aquella niña quedó en el pasado. – Shiryu se puso serio – En el fondo ambos sabemos que el caso te interesa, es raro y único, sería muy relevante para tu carrera. – hizo una pausa – Hagamos un trato: acepta un período de prueba, digamos... 3 meses, en ese tiempo te demostraré que ella no es quien crees y que merece la pena intentarlo.

Ambos amigos se miraron fijamente por un momento. Seiya sabía que su amigo no era un tonto y que seguramente le había investigado previamente. Su cabeza era un lío; por una lado era consciente que ese podía ser el "caso" que tanto había estado esperando pero, por otro, esa familia... Examinó a su amigo. Era un buen amigo, siempre lo había sido y se lo había demostrado. Él creía en lo que decía y le pedía, quizás no era mala idea intentarlo.

- Necesitaré un alojamiento cerca de la Mansión Kido – Shiryu sonrió sin evitar mostrar su alegría – debo integrarme en el entorno de mis pacientes para poder desarrollar mi método.

- ¡Estupendo! – la emoción de Shiryu era evidente – Puedes alojarte en la Mansión... - Seiya frunció el ceño - ... o mejor con Shunrei y conmigo, vivimos en unos apartamentos anejos a la misma dentro de los terrenos de la propia finca. ¡Seiya me alegro tanto! Te prometo que no te arrepentirás.

- Ya, ya... me debes una y muy grande que lo sepas.

Seiya tardó alrededor de dos semanas en empacar sus cosas y dejar sus asuntos en Grecia zanjados. El apartamento en el que se alojaría era bastante moderno, en comparación con la pomposidad de la Mansión Kido, e independiente aunque conexo al de su amigo y su mujer. Desde su ventana podía ver la habitación principal de la Mansión que daba a un gran balcón con vistas al jardín trasero, coronado en su centro por una enorme fuente con estatuas que imitaban ángeles y ninfas con cántaros de agua. La luz estaba en encendida, esa no podría ser otra que la habitación de ella.

La primera noche la pasaron poniéndose al día y cenando en familia, no tocaron el tema por el que él estaba allí, cosa que agradeció. Se les veía felices juntos y él se sintió feliz también de ver así a su amigo. Se retiraron pronto a dormir, les esperaba un día complicado mañana.

Los renglones torcidos de ZeusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora