Capítulo 1

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Un mes postrado en aquella camilla de hospital, recibiendo visitas, la mayoría trataba de contener su tristeza, pero la tristeza siempre sale a la luz a través de los ojos.

La persona que menos aguantaba ver molesta era a mi novia, ella me quería aun sabiendo lo que había hecho.

Mi estado cada vez empeoraba mas, tosía sangre, bajaba muchísimo de peso.

Tener cáncer pulmón no era lo más agradable.

Mi vida era envidiable excepto por ese secreto de la familia por el cual vivíamos malos momentos; tenía una novia bellísima y lo sabía, sabía que tenía que cuidar de ella si no quería que se la llevaran de mi lado, en especial ellos.

Ahí estaba yo, tirando en aquella camilla incomoda viviendo mi vida pasar delante de mí.

Mi novia, mi madre, mi hermana, yo tenía que cuidar de aquellas importantísimas mujeres, pero el cáncer me lo impedía, no me gustaba que ellas me vieran de ese modo y mucho menos que detuvieran sus vidas por mí.

Aquel día recibí la visita del médico que trataba mi Cáncer.

-Lamento traer malas noticias siempre que vengo, pero esto es serio, tu cáncer... se ha extendido a todos tus órganos, la quimioterapia no pudo matar al cáncer, nunca antes habíamos visto este tipo de cáncer... tu cáncer es... terminal.- termino Dexter, mi médico.

Un llanto comenzó a sonar en la habitación, mi madre, mi madre se partía en llanto, no me gustaba verla de ese modo, tan triste por mí, ya estaba preparado para morir, pero las personas de mí alrededor aun no estaban preparadas para mi partida.

Mi madre se acerco a abrazarme.

-Estoy listo, no sufras por mi.-dije secándole las lagrimas de sus rosadas mejillas.

Al escuchar lo que dije se rompió en un llanto más sonoro y menos agradable.

La apreté hacia mí, sería muy difícil verla llorar.

Todo se oscureció.

Un dolor insoportable se apoderaba de todo mi cuerpo; no podía mover un solo musculo, inmóvil, atrapado en el dolor, el dolor viene de adentro, no algo sentimental ni mucho menos, no podía abrir los ojos.

Sentía como mis extremidades ya no me respondían mi cerebro no controlaba nada, el fin se aproximaba, cáncer, cáncer de pulmón era aquello que estaba acabando con mi vida.

Mis últimos latidos lo dicen todo, no se ve una luz blanca celestial como lo dicen todos.

En cambio se ve una obscuridad, aquella obscuridad se aprovechaba de ti, no te deja respirar, bueno es básicamente la muerte.

Podía percibir sonidos exteriores, suponía que los últimos sonidos que escuchaba en mi vida humana.

Una puerta se azoto, alguien se acercaba hacia mí.

Dos pinchazos se posaron debajo de mi ojo derecho, cerca de mi mejilla.

Algo entra por esos piquetes dolorosos, como agua en mi sangre, se esparce en cada centímetro de mi cuerpo.

Un fuego, ardor sentía en todo mi cuerpo.

Mucho ardor.

Incapaz de mover algo.

Ardor.

Obscuridad asfixiante.

Dolor.

Mucho dolor.

Obscuridad

No supe cuanto tiempo pase sin poder abrir los ojos o mover mis extremidades, pudieron haber pasado meses, años, días o solo segundos.

Nunca lo supe.

La claridad se podía distinguir por fin.

¿No había muerto?

Era una pregunta que abarcaba mi mente en esos momentos.

Pude abrir los ojos, la luz no me cegaba como normalmente lo hacía al despertar, bueno pero ni siquiera sabía si estaba en la tierra o a caso ¿Era un ángel? O ¿un demonio?

-Por fin despiertas, bienvenido a la tierra prometida.- decía un hombre con una bata blanca, lo conocía, pero de ¿Dónde?

-¿Qué pasa? ¿Acaso que no me recuerdas?-negué con la cabeza.

-Soy Dexter, tu "salvador", venga que te eh convertido en un ser inmortal, en un vampiro.

En ese momento tantas dudas, preocupaciones se apoderaban de mí. ¿Soy un vampiro? ¿Los vampiros existen? Un demonio ¿y mi familia?

-¿Vam-vam-vampiro?-pregunte tartamudeando.

-Vampiro eres tú, vampiro soy yo.- dijo ese tal Dexter.

-No te preocupes todo estar en tu mente cuando recobres la memoria.-dijo y después sonó una voz dentro de mi cabeza

-que espero que funcione.- se extinguió esa voz.

-¿Qué diablos?-dije confundido

-Podemos comunicarnos telepática-mente, mi poder especial es la telepatía y como yo te convertí ese poder se transfiere a ti, claro que naturalmente desarrollaras tu poder, ahora mismo no tengo idea de cuales, pero intente inyectarte un suero inmediatamente después de que te convertí, para que en un par de horas o días puedas recordarlo todo acerca de tu vida humana y un poco de cómo funciona el mundo de las criaturas... "especiales".- dijo esta vez fuera de mi mente.

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⏰ Última actualización: Sep 27, 2017 ⏰

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DavidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora