¿ＭＥ ＲＥＣＵＥＲＤＡＳ?

Capítulo 2- Recuerdos putrefactos.

[Narra Devil oso :v]
...

Choromatsu, 22 años aproximadamente. Vivía junto a sus padres, una vida bastante feliz y satisfecha para ellos.

En el colegio estaba prácticamente entre los chicos con mayores notas.
Mantenía perfectamente sus notas limpias, al igual que su carta de buena conducta

No era ni el más popular, ni el más olvidado. Eso le daba cierta libertad de seguir sus estudios sin distracciones.

...

Y así la hora decidida, 2:09 am, había llegado. Debía hacerlo antes de que la muerte (en este caso Ichimatsu) llegara.
Si ese idiora llegara más temprano de su hora, todo se arruinaria..

En cuanto llegué a aquel hogar, examine el exterior de ésta. Un ligero color azul cielo, algunas partes de la pintura rasgadas y sucias, indicaban que ya llevaba tiempo viviendo aquí. Ah.. Sus expedientes dicen que 6 años.

Mientras caminaba hacia la puerta seguía analizando todo, intentando adivinar su vida completa por mi cuenta...

La madera de la pequeñas vallas del patio parecían algo chuecas, lo cual mostraba que ellos mismos la habían construido, tanto la valla como la casa.
Era bastante linda y acogedora, incluso si la habían hecho ellos mismos, debía admitir que parecía profesional.

Finalmente entré, abriendo la puerta suavemente. A pesar de que la habían cerrado con llave, logré abrirlo sin problemas, después se cerraría como antes automáticamente.

Di un portazo, para llamar la atención de Choromatsu quién se encontraba en el segundo piso. Todo sonido ya sea bajo o alto, será simplemente una ilusión, para quién será más que real es para él.

Seguí caminando por lo que parecía ser la sala de estar, dónde examine un poco el lugar por dentro hasta que, al final de las escaleras, se escuchó una de las puertas abrirse lentamente.

-¿Mamá? ¿Papá? ¿Llegaron tan temprano?- Claro estaba que era aquel chico. Volé hasta el techo para alcanzar a verlo, ocultandome entre la oscuridad.

Y ahí estaba él, su cabello desordenado, al igual que un poco su ropa, aún se veía cansado por la forma en que frotaba sus ojos con su puño y daba un bostezo, caminando directo hacia las escaleras. Fue ahí cuando dejó de frotar sus ojos y me dejó admirarlos con más detalle.
Aquellos ojos esmeralda, sus pestañas ligeramente largas. Sus ojos un poco entrecerrados buscaban a aquellas personas que imaginaba su llegada, dios, parecía tan bello e inocente, nunca había visto a un chico así, quizás era porque sólo la muerte lograba verlos antes de matarlos, ni siquiera me dejaba echarles un ojo, o quizás algo más.

En cuánto el chico bajó las escaleras, noté cómo se dirigía a la cocina. Se asomaba por la puerta buscando a alguien. Solté una risita intentando no hacer mucho ruido, por lo que al parecer no funcionó muy bien.

El chico se dio vuelta hacia la sala donde me había escuchado, ahora parecía algo asustado debido a que no había absolutamente nadie mas que él, claro, eso es lo que él sabe.

Sólo para ver más expresiones de susto del chico, comencé a dar pequeñas risas, pequeñas y encantadoras.

Él siguió examinado la habitación en silencio, buscando la causa de mi hermosa risa. Entonces fue cuando se dio la vuelta aún con ese encantador rostro asustado. Miraba de reojo cada rincón de la habitación hasta llegar a las escaleras.

Al fin comencé a descender, justo frente a su habitación para cuando llegara le diera un tremendo susto.

Y claro, en cuanto llegó con la miraba baja se dio cuenta de mi presencia, yo aún con mi sonrisa bien puesta, esperé una graciosa reacción de él. Claro que la tuve, el chico sólo abrió sus lindos ojos como par de platos, ah.. Algún día le quitaré aquellos hermosos ojos, serán sólo míos.