Claustrofobia

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Viene de la palabra latina “claustro” que significa “encerrado”. Es pues el miedo irracional de estar ahogado o cogido en una situación o en un lugar cerrado (ascensor, avión, cueva y túnel) en donde no tengo ningún control sobre lo que acontece. Por este motivo, sufro de claustrofobia, la angustia de vivir en lugares “cerrados”, solo  o con otras personas. Esto puede proceder del momento de mi nacimiento, cuando debía pasar por el “túnel” del cuello uterino. Pude captar el miedo de mi madre en ese momento. Así, el miedo puede proceder del momento en que me hallaba en ese lugar cerrado y seguro que era el útero de mi madre y que las contracciones me obligaron a dejar, lo cual hizo nacer en mí un gran miedo a lo desconocido, a lo que puede suceder. Así, encontrarme en un lugar cerrado puede recordarme este gran miedo que grabé en mí.

Tengo la sensación de estar preso y cerrado en una situación en la cual estoy totalmente en poder. ¿Qué debo hacer? Comprobar primero si este miedo no vendría de un cualquier pensamiento, una fijación mental cuyo origen se vuelve a los primeros períodos de mi vida. La mayoría del tiempo, esta fobia procede de un “temor sexual” que se habría dado ya en la infancia. Esto no necesariamente significa que tuvieron lugar contactos o abusos sexuales sino más bien que el temor fue grabado en la memoria emocional y que me sentí cogido o que tuve miedo de sentirme cogido en esta situación de carácter sexual. Acepto pasar a la acción y liberarme de ésta por el medio que mejor me convenga. Frecuentemente, una psicoterapia podrá ser oportuna para cambiar la memoria emocional y llevarme a vivir con más libertad interior.

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