La ciudad de las sombras

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Yo tenía problemas y quería uir  de ellos, no es fácil enfrentarlos y yo soy muy débil para intentarlo de nuevo. Hacique decidí irme, irme de mi casa, de las personas que me rodean, irme de esa ciudad, lo hice y llegue a una ciudad nueva, ellos no me conocían y yo tampoco a ellos, pero esa ciudad tenía algo raro, la gente que le habitaba no eran como los de mi vieja ciudad, la gente parecía no tener ánimos para nada, parecía no tener sentimientos ni menos felicidad, sólo los he visto llorando, sufriendo, amargados, en todo el tiempo que llevo hay jamás he visto a alguien feliz, nisiquiera a los niños.

Me pasaba todo el tiempo mirando el cielo que jamás vi los problemas de los demás, pero un día miré hacia el suelo, era real mente deprimente y melancólico, las sombras de la gente eran como demonios atados al suelo, demonios que le gritaban a la gente, le gritaban sus pesadillas, sus problemas, sus tristezas y sus rabias.

Toda la gente vivía mirando el suelo y por fin entendí porque, porque amaban mirar sus sombras, sus demonios. La gente no podía dejar de mirar a sus sombras, estas los ataban a los problemas sin darles oportunidades para salir de estos, nisiquiera evitarlos , la gente sufría y yo no podía hacer nada para que mirarán hacia arriba. Pero aprendí algo en esa ciudad de sombras; aveces la gente prefiere mirar hacia sus sombras y sufrir por ellas que mirar hacia arriba fingiendo que no están.

Pero a pesar de todas las sombras que habitan en esta ciudad melancólica desidi quedarme y enfrentar a la mía.
Esa ciudad me robó mi sonrisa, pero prefiero que se la quedé, ya que no me sirve a donde voy el merecido infierno.











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