¿Al?

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Aquellos chicos, se encontraban en su habitación, en su casa, en su hogar. Ese lugar que guarda muchos secretos de ambos; bailes, caricias, juegos, celebraciones, canciones. Toda su relación.

Miles tiene abrazado a Alex por encima de su hombro, mientras que el pequeño Alexander tiene su cabeza recostada en el pecho de Kane, escuchando el tranquilo latido de su corazón.

-¿Al? – Miles se despierta por un ruido de la calle – Oh, estás dormido – dice mientras una sonrisa aparece mientras ve a su novio reposar a su lado.

Se posiciona mejor en la cama y puede mirar mejor al chico que tiene en su cama, el chico de sus sueños, aunque no fuese una chica, como él esperó, era mejor, Alex era muchísimo mejor.

Él era su mejor amigo, amante, confidente, primer amor, su razón de vivir, de continuar, Alex era de él y él era de Alex.

Le tocó suavemente la mejilla, en donde muchas veces había depositado besos y caricias. Subió a tocar su suave cabello, que siempre olía muy bien y estaba bien peinado, pero esta era la excepción. Le dio un beso en su cabecita, la parte favorita de Al para que le hiciesen mimos, Miles lo sabía perfectamente, pues él siempre le hacía mimos en esa zona.

Y ahora miró su rostro mejor, se dio cuenta de que no había cambiado mucho en los últimos años, solo se había dejado crecer más la barba, y el cabello lo tenía un poco más lacio. A los ojos de Miles, Alex era perfecto. Cualquier defecto que otra persona le podía encontrar, para él era otra cosa que adoraba de ese chico. Le encantaba en todo sentido. Lo amaba, lo amaba de verdad, de la misma forma que hace 8 años atrás. Cuando ninguno de los dos sabían que estaban destinados a ser pareja, a formar un amor verdadero. De esos de películas. Miles pensaba que ellos serían de esos "y vivieron felices para siempre" de verdad.

Miró más abajo, se fijó en sus clavículas, que casualmente tenían chupones que Miles había hecho días atrás en una de sus noches de pasión. Vio sus brazos, que estaban con más musculatura que antes. Los pectorales ligeramente marcados, y el estómago plano. Esas características le daban una silueta muy sensual, y que gracias a Dios, solo Kane podía tener.

Recordó fugazmente una vez, hace mucho tiempo..

- Flashback –

Hace 8 años, exactamente cuando estaban empezando a componer las canciones de The Age of the Understatement, Miles y Alex estaban en unas cabañas cerca de Londres, para crear alguna canción. Se levantaron muy temprano porque querían empezar el día lo antes posibles para aprovecharlo al máximo.

Miles apresuraba a Alex para que saliesen rápido de ese lugar, pero Turner se tardaba demasiado. Ya habían desayunado, pero seguían en ropa interior, algo que ponía nerviosos a ambos.

- Miles me baño y salimos – estaba abriendo la puerta del baño y Kane se puso enfrente, cerrando la puerta - ¿qué haces? Huelo horrible, deja bañarm- - no pudo seguir hablado porque su, en ese entonces, amigo, le puso el dedo índice en los labios, interrumpiendo lo que iba a decir.

- Hoy mi querido Al, no nos bañaremos acá.

- ¿Y dónde diablos piensas que nos vamos a bañar? ¿En el arroyo? – cuando dejó de mirar el torso de Miles, que lo dejó un poco embobado y colorado, lo miró a los ojos y este tenía una mirada que decía "acertaste" – oh no.

Alex estaba muy en contra de lo que acababa de decir su compañero, tanto que se sentó en el piso de la cocina como un niño enojado, y gritó en voz alta "¡NO VOY A IR A ESE ARROYO POR NADA DEL MUNDO!". Cinco minutos después, Miles lo llevaba en brazos, con las toallas y la ropa para cambiarse en el hombro izquierdo. Su compañero pataleaba para que lo soltase, pero lo tenía agarrado de tal forma en que era imposible zafarse de su agarre. Llegaron al lugar, y, a decir verdad, no estaba nada mal. De hecho, era muy hermoso, y hasta el mismo Alex lo reconoció.

- Vaya, está bastando bonito.

- Te lo dije – Kane bajó con mucho cuidado de sus brazos a su amigo – ya está princesa, no era para tanto – dicho eso, el nombrado se sonrojó, causándole una risa al más alto, quien recibió un golpe en el brazo de parte de la "princesa".

No faltó mucho para que ambos se zambulleran en las aguas claras del arroyo. Recién estaba amaneciendo, el cielo tenía un color naranja muy bonito, a los ojos de Miles, estaba viendo el mejor paisaje; y no se refería ni al cielo ni al arroyo o a las plantas, sino miraba a Alex. Tenía un cuerpo que, a su parecer era muy bello, una escultura hecha por los dioses. El agua corría por su cabello para llegar a rostro sin barba ni acné, luego seguía bajando para llegar a su cuello, en el que a veces le daban ganas de dejar un notable chupón, marcando territorio en ese bello chico. Bajó más hasta su estómago, no tenía pancita, era totalmente plano. Y bajó hasta su entrepierna. Kane se ruborizó por lo que estaba pensando en esos momentos.

- ¿Qué te pasó? Estás más rojo que un tomate – lo miró extrañado el muchacho que le hacía sentir muy idiota, "mariposas en el estómago" si se quiere ser más romántico.

- Nada, solo miraba el paisaje – miró a Alex de arribo abajo, y este notó que "el paisaje" era él. Le subieron todos los colores a la cara, y le tiró agua en forma de juego a Miles para simular que estaba nervioso.

Luego de pasar casi toda la mañana allí, se les ocurrió la letra de "In The Heat Of The Morning". Una maravillosa canción, para una maravillosa mañana como esa.

- Fin del Flashback –

Miles sacudió su cabeza, para de nuevo contemplar a su novio. Ahora si podía dejarle chupones en el cuello, pensar y hacer cosas obscenas con ese hermoso muchacho que lo tenía vuelto loco, que aún le hacía sentir como un idiota. Lo miró por un tiempo y empezó a cantar.

- Dance with me before their frozen eyes – hizo una pausa para besarle la mejilla izquierda - I'm so much in love – se detuvo nuevamente pasa besar su otra mejilla - like a ragged soldier catching butterflies. No man loved like I love you, wouldn't you like to love me too?. In the heat of the morning, in the shadow I'll clip your wings, and I'll tell you I love you, in the heat of the morning. – reposó un momento, sintiendo muchas cosas en su pecho, eso era estar enamorado. Para su suerte, el amor le había correspondido, era feliz, estaba con el amor de su vida, y mientras estuviese junto a él, todo estaría bien. Alex era su vida entera.

- Mi-..... Miles – el recién mencionado puso toda su atención en los labios de su novio para ver las palabras que saldrían de esta – te amo, Miles. – luego de eso, Alex juntó sus labios y no dijo ninguna palabra más. Miles sonrió y le besó los labios.

- Yo también te amo pequeño – se acomodó para poder dormir con su pareja, y se fue al mundo de los sueños feliz.

Fin.

Perfecto. ◜Milex◞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora