Capitulo 1

257 9 1
                                    



Abro la puerta y salgo corriendo de allí, siento el nudo en mi garganta y las ganas de llorar pero no lo permito. No puedo entender como nadie me comprende. Necesito respirar, ser libre un momento, me abrazo a mi misma para consolarme y cruzo la calle. Miro al cielo para completar la noche del viernes y escucho la música retumbar en mis oídos cerca de aquí, lo pienso un momento y me dirijo hacia allá, nunca había ido a estas clases de lugares, siempre he ido a fiestas en casa de mis amigos y algún club decente, pero en este momento no me importa si el club al que me dirijo pueda ser peligroso, solo necesito despabilarme un momento.

Me sorprendo al ver que hay chicas de mi edad entre otras mayores en este club, aunque con un estilo de lucirse diferente, tratan de conquistar hombres muchos mayores que ellas y les hablan de una manera sucia y provocativa, como si fuera cosa de todos los días. No es de sorprender que estos hombres cedan a pasar las noches con ellas para hacer cosas que no quisiera saber. Antes de seguir mirando me adentro al club, puedo sentir el olor a humo, alcohol y transpiración, la música resuena y al tiempo de las luces que cambian de colores. Esto es completamente diferente a lo que estoy acostumbrada.

Tratando de ignorar a las personas me dirijo a la barra, solo necesito cerveza para olvidarme de hoy, pero antes que la alcance alguien me hace chocar contra una pared agarrándome de la cintura.

-¿quieres disfrutar de algo bueno, niña?- me habla una voz ronca, afectada por el alcohol que lo delata de estar borracho.

-¡suélteme!- trato de empujarlo hacia atrás, pero este me aprieta mas hacia la pared impidiendo mi escapatoria hacia la libertad.

-solo será esta noche- dice acercando sus manos hacia mi trasero, pero antes de que lo haga le pateo la entrepierna, el hombre se irgue por el golpe pero luego se levanta para golpearme, levanta una mano pero antes de que me toque alguien le pega un puñetazo en la cara dejándolo inconsciente.

Mi salvador me coge de la muñeca y me lleva hacia un patio trasero del club, el aire aquí está fresco y me sacude mi pelo oscuro, refrescándome y relajándome de lo ocurrido.

-no tendrías que estar aquí-dice, dándose la vuelta y permitiéndome ver su figura de atleta, es una cabeza más alto que yo, tiene un cabello oscuro al igual que sus ojos que miran fijamente.

-eh... perdona, yo solo quería distraerme-alcanzo a decir.

-las chicas como tu terminan diferentes a lo que eran al ingresar a estos clubes.

-no lo sabía, perdona- respondo, estoy bastante asustada para contraatacarlo que solo me limito a asentir sus palabras.

-¿Por qué viniste aquí?- me mira serio, con un poco de compasión y curiosidad en sus ojos.

Normalmente no diría nada y le gritaría que no se meta en mi vida pero me siento tan sola que lo suelto sin importarme que sea un extraño.

-mi padre ha vuelto a alcoholizarse y discutimos porque no se preocupa por su salud desde que mamá nos dejo- digo con amagadura en mi voz- nunca me escucha y dice que soy una niña tonta que no tiene derecho a decirle que hacer, como siempre le grite, pero esta vez el tema paso a mayores y me golpeo- termino con tristeza.

El chico de pelo oscuro baja la cabeza- mi padre era un completo idiota, hace tres años que no veo a mi familia por su culpa.

Por un momento puedo sentir que nos entendemos, que el me entiende, ambos pasamos cosas difíciles de enfrentar y nos sentimos cada vez solos y con muchas responsabilidades.

Se forma un silencio incomodo hasta que me mira- déjame llevarte a tu casa, no me gustaría que estés aquí con estas personas.

No sé porque pero sus palabras hacen que me sienta extraña, veo que de alguna forma quiere protegerme, sin embargo me rehusó a que me lleve un desconocido.

-no, gracias. Iré sola- trato de dar un paso hacia la puerta pero el me lo impide.

-prometo no hacerte nada, es para que estes segura, nadie te tocara si estás conmigo.

Trago saliva, no me gusta estar con desconocidos a estas horas de la noche, pero si estar con el impide que abusen de mi por lo menos estaré segura. Me limito a asentir con desconfianza.

El me regala una sonrisa torcida- pues vámonos.

Mientras nos encaminamos a la puerta de salido, puedo notar que las personas del club les tienen respeto a mi salvador, mientras la gente se hace paso para dejarlo pasar junto conmigo observo como varias mujeres me miran como si les hubiera arrebatado algo demasiado valioso.

-¿cómo es tu nombre?- pregunto.

El se gira para verme y hace una mueca, como si su nombre le disgustara- Nathan, pero todos me llaman Nat.

-¿por qué todos te tienen como una especie de respeto?

Sonríe destellando sus dientes blancos- cállate.

Me quedo un poco sorprendida por la manera en que me hablo pero sigo caminando detrás de el.

Salimos del club, y veo que hay pocas personas que antes. Nat se dirige hacia una moto deportiva negra, toma un casco y me lo tiende.

En mi rostro crece una sonrisa de oreja a oreja. Algo bueno de mi padre era que me llevaba a todos lados con su moto, tanto que hizo que me encanten, me gusta sentir el aire en mi rostro e ir a máximas velocidades.

Nat nota mi sonrisa e imita mi gesto con confusión.

-la mayoría de las chicas prefieren ir en taxi.

- la mayoría pero no todas- digo tomando el casco y sentándome detrás de el con facilidad.

El se gira para mirarme- a la mayoría de los chicos les gustarías.

Esas palabras hacen que me congele y el rubor sube a mis mejillas pero no las nota gracias al que el casco tapa mi rostro y solo deja al descubierto mis ojos verdes.

El motor ruge y salimos del club a gran velocidad, yo me aferro de Nat para no caer y este se tensa un poco pero no dice nada.

-¿adónde vamos?- me pregunta.

- a la casa de mi abuela- digo sin pensarlo. Mi abuela fue la que me consoló desde que tengo problemas con mi padre, antes era mi hermana pero se tuvo que mudar a una ciudad mucho más grande y alejada para terminar sus estudios. Fue muy difícil para nosotras pero me prometió volver con varias sorpresas. Hace un año que no la veo, nos comunicábamos por nuestras redes sociales, pero ahora no tanto, solo espero que este bien y cumpla su promesa.

Le digo la dirección de la casa de mi abuela a Nat y en unos pocos minutos llegamos, me bajo de la moto y le agradezco por traerme, cuando me doy media vuelta para dirigirme a la puerta de la casa de mi abuela Nat me toma del brazo, lo miro extrañada y el me sonríe.

-espero verte de nuevo en algún futuro- a continuación acelera y desaparece de mi vista. Frunzo el ceño pero sonrío un poco, al final de todo fue agradable.

Toco la puerta de la casa de mi abuela y espero un poco.

-¡Lindsay!

N/A: hola ¿que tal? quería dar una bienvenida a este libro con un pequeño capitulo de intoduccion a lo que estoy escribiendo. prometo intentar que los capítulos sean mas largos.

No olviden dejar un comentario con sus opiniones o si detectan algún error.

Perfecta para miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora