Cogí tanto aire como pude y me llené los pulmones de fuerza, de valentía y de esperanza. Hacía falta todo eso y más para soportar la locura que causaba en mí. Llené cada rincón de su cuerpo de un beso de distinto sabor, a pureza, a confianza, a amor. Y a día de hoy agradezco mi locura, era la única forma de sobrellevar esa sensación tan abundante. Me perdía detrás de cada una de sus miradas, eran como un laberinto del cual ni sabía ni quería salir. Por no hablar de sus manos, firmes, dispuestas a sujetarme en cada tropiezo y yo estaba predispuesta a caer si era él quien me iba a sujetar.
Era como ir a propósito en un coche a mil por hora a punto de estallar contra un muro de cemento.
Y me daba igual.
Él estaba a mi lado.
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Empezando por ti y acabando por mí.
PoesíaQue fácil es enamorarse de alguien y que difícil es quererte a ti mismo cuando te rompen el corazón, a veces, por no decir siempre esa persona se nos aferra tanto dentro de nosotros mismos que es capaz de borrarte tu propia identidad hasta el punto...