Capítulo 3

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-¡Nicolás! ¡Nick! -unos traviesos niños miran dormir a su cansado hermano, sería una escena conmovedora de no ser por la hora

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-¡Nicolás! ¡Nick! -unos traviesos niños miran dormir a su cansado hermano, sería una escena conmovedora de no ser por la hora.

Al ver que no reacciona piensan en otra estrategia para despertarlo, el niño ve las almohadas y luego voltea a mirar a su hermana. Instintivamente los dos saben lo que van a hacer, ella arrastra las cobijas hacia abajo mientras el golpea a Nick con la primer almohada que encuentra.

-¿Qué les pasa? -el confundido chico intenta protegerse tapándose la cara con sus brazos, es inútil, se levanta de golpe irritado por la actitud de sus hermanos.

-Son las 7:30 -ella toma la palabra.

Nick se queda pensando en el significado de la oración.

-Es martes ¡Vamos tarde! -él reacciona corriendo al baño, antes de entrar se gira -. ¿Ya desayunaron? -les pregunta a los mellizos.

-No -responden obviando el hecho de que es su responsabilidad alimentarlos ese día.

Él piensa en una solución que ahorre tiempo.

-¡Hay galletas y yougurt en la cocina, coman!

Se entra a bañar aunque es más una ducha corta que no dura más de cinco minutos, al salir, va a su cuarto, agradece haber dejado el uniforme listo desde la día anterior y se viste velozmente pero siendo descuidado al dejar su corbata mal amarrada.

Baja las escaleras, toma tres galletas para el camino y sale de la casa junto a sus hermanos, corren la mayor parte del camino a excepción de las avenidas en las cuales esperan el paso para luego continuar.

Al llegar al colegio, el celador los observa a lo que ellos responden con una mirada suplicante, el guardia, un poco irritado les abre la puerta y Nick entra corriendo arrastrando a sus hermanos con él.

-Adiós, los amo -dice apresurado.

-Adiós -dicen los mellizos al unísono estando bastante tranquilos-. Nos van a mirar raro cuando lleguemos.

-¡Lo siento! -exclama.

Llendo al salón no recuerda que clase tiene, por más que lo intenta no lo recuerda, espera que no sea un profesor muy estricto. Cuando está en frente del salón toca la puerta y quién le abre es el maestro de contabilidad. No es muy exigente aunque si algo intenso con sus estudiantes.

-Buenas tardes profesor -Nick intenta evadir la mirada de sus compañeros y va directamente a sentarse.

-Bien dicho joven Cruz, tardes, ¿Acaso se quedó pegado a las cobijas?

Nicolás no responde nada, sabe que eso solo aumentaría los comentarios del profesor, llega a su puesto que se encuentra al fondo del salón.

-Arreglate la corbata Nick -susurra una de sus amigas acercándose de manera disimulada, él obedece amarrandosela bien.

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⏰ Última actualización: Aug 20, 2017 ⏰

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