Sus ojos están a punto de cerrarse pero trata de poner atención al maestro, los viernes no son ideales para tener física como la última clase del día. Además, las gotas de lluvia que golpean la ventana hacen que las ganas de dormir aumenten. Cuando parece que el sueño la ha vencido, llega la salvación: La campana, esa melodía que solo parece agradable al final de las clases.
Sofía grita inesperadamente por la emoción, piensa que tal vez no la escucharon por la lluvia pero se equivoca. Sus compañeros la miran y se comienzan a reír, ella esta apunto de soltar una carcajada pero en ese momento el maestro los regaña a todos.
Señorita Torres, ¿Acaso mi clase le parece muy aburrida? -el maestro la observa de manera acusadora-, porque de ser así podría enviarla a clase de física avanzada.
-¡No!...Solo estoy emocionada por el trabajo que nos dejo -Sofía sonríe, luego levanta los brazos y los agita mientras dice-, ya sabe historia de la física, ¡Me emociona!.
Toma todas sus cosas y sale lo más rápido posible del salón. Camina hacia su casillero y allí ya está su mejor amiga esperándola, Audrey, guarda sus libros y saca algunas envolturas de chocolates que están amontonadas en una de las esquinas.
-Tienes que acompañarme mañana a una...
-Cita -la interrumpe-. No lo sé, mi hermana tiene una presentación en la escuela.
El celular de Sofía suena.
-Hablando de ella -la pantalla muestra la foto de su hermana-. Hola Vanesa... Si ya voy por ti... No salgas hasta que yo llegue... Esta bien, nos vemos. -Sofía cuelga.
-¡Hey Sofí!, buena salvada -exclama uno de sus compañeros y se ríe.
Sofía sonríe y sigue caminando.
-Como te decía, la cita puede ser en el parque, en el cine o en un cementerio -retoma Audrey abriendo el paraguas que sostenía en sus manos.
-¿Cementerio?, ¿En serio?, no me digas que saldrás con un tipo raro y necrofílico.
-¿Qué tiene?, es original ¿no? En todo caso la necrofílica podría ser yo porque fui la que lo propuso.
Sofía para de caminar y mira a su amiga.
-¿Y el aprobó esa opción?
-Él solo quiere una cita -dice encogiéndose de hombros sin parar de caminar, Sofía vuelve a su lado un poco mojada a causa de la lluvia-, entonces ¿te parece en el parque?
-Hablas como si fuera mi cita, ya te lo dije no se si pueda ir, aparte, ser tu violinista cansa.
-Esta vez no estarás sola -sonríe y pone una cara pícara-. También ira su amigo.
-Genial, ¿Les tocamos la canción de Titanic? -Audrey se ríe -. ¿Qué desea la señorita?
-¡Sofa! -Vanesa llega corriendo a abrazar a su hermana -. Creí que ya no ibas a llegar.
-Lo siento -dice correspondiendo el abrazo-. Y ya te he dicho que no me gusta que me digas así en público.
-¡Sofa! ¡Sofa! -grita Vanesa retirando los brazos de su hermana y saliendo a correr.
-¡Corre, pero no llegarás muy lejos! -Sofía y Audrey se ríen siguiendo a la pequeña que se encuentra a una distancia considerable.
-Así que ¿De qué es tu presentación? -pregunta Audrey cuando llegan a ella.
-¿Presentación? ¿Mía? -cuestiona Vanesa dándole la mano a su hermana.
-Sí, Sofía me dijo que mañana tendrás una... - responde dándose cuenta de la mentira de su amiga.
Audrey le lanza una mirada acusadora a Sofía quien suelta una carcajada.
-Perdón -dice ella y Audrey se cruza de brazos- ¡Vamos!, tú sabes que no me gustan las citas, en especial a las que solo voy a escuchar tipos idiotas que conoces en internet.
-No era necesario que me mintieras, un simple no habría bastado -contesta la pelirroja decepcionada.
-Audrey, te he dicho que no a miles de citas e igual me arrastras a ellas.
-¡Oh! disculpa, ahora resulta que estar conmigo es una carga.
-Chicas, no peleen, dejó de ser divertido desde que sé lo que va a pasar -Vanesa interrumpe la conversación.
-¿Y qué se supone que va a pasar? - responden ellas al unísono.
-No van hablarse todo el camino a la heladería para que luego tú -se voltea para señalar a Sofía -compres tres helados; uno de vainilla y los otros dos de brownie. Luego se dirán cosas como "por eso eres mi mejor amiga", sonreirán y comenzarán a hablar de como va a ser la cita - termina la pequeña dirigiéndose a la dichosa heladería- Pero por favor hoy sólo compren los helados y discutan lo demás mientras llegamos a casa.
Audrey al igual que Sofía queda asombrada por la detallada descripción de lo que iba a suceder.
-Iré por los helados mocosa, pero no porque tú me lo digas, sino porque somos muy maduras para pelear de ese modo. Quédense aquí yo los compro -dice Sofía, y va directo a la heladería.
"Frozen" la tienda independiente que las tres acostumbran visitar cada viernes sin falta después del colegio, es clásica y a su vez sencilla, al entrar hay visibles 3 mesas, al fondo se encuentra el congelador y justo al lado la caja registradora. Se acerca a pedirlos.
Mete la mano al bolsillo de su sudadera, saca el dinero que tiene y se da cuenta de que está incompleta.
-Maldición -continua revisando en los demás bolsillos. Nada.
-Aquí están los helados -dice la señora interrumpiendo los pensamientos de Sofia.
-Mejor solamente deme dos. No me alcanza -lo último es dicho casi como un pensamiento.
-Dale los tres, yo invito -dice una voz masculina atrás de ella.
Sofía se da la vuelta, queda confundida con el comportamiento del chico desconocido.
-¿Eh?
La vendedora suelta una risa discreta, entregándole los helados, la dudosa joven los recibe dando el dinero que tenía.
-¿Cómo te lo puedo pagar -Sofía reacciona al ver de frente al agradable chico.
-No importa, no me lo pagues, aunque si me vuelves a ver, cómprame una dona -el muchacho responde divertido, picando el ojo.
-Está bien... Mañana vendré con una caja de donas -los dos se ríen-. Gracias -dice para luego despedirse y salir.
-Sofía casi no sales, ¿Te ibas a quedar a vivir allí? -Vanesa va por su helado apenas ve a su hermana.
El trayecto hacia la casa de Audrey transcurre de manera tranquila, exceptuando el momento en el que Sofía dejó caer su helado, lo que trajo burlas por parte de su amiga. Luego de dejar a Audrey las dos hermanas se dirigen a su casa hablando sobre su día.
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Violinistas [PRÓXIMAMENTE]
Roman pour AdolescentsSofía y Nick tienen una historia escrita entre notas de música y amistad. Sus melodías terminan por entrelazarse al ritmo de una misma pasión, la música. Sofía una amante del violín. Nick un loco interprete del chelo. Dos almas. Un mismo sueño.