Nueve

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Tercer grado y problemas en el colegio, no conmigo si no con la maestra.

La maestra era una señora mayor y... bueno no tenía mucha paciencia que digamos, y para ser sincera mis compañeros se portaban muy mal.

Tanto que la señora se ponía a gritar y golpear la mesa para llamar la atención de los chicos. Hasta ahí todo normal (típico: que los profesores para llamar tu atención griten un poco), pero eso no pasaba una vez a la semana, eso pasaba todos los putos días y yo como una pobre niña inocente me tenía que aguantar el griterío de los pendejos de mis compañeros más los de la idiota de la maestra.

Yo volvía todos los putos días llorando de el dolor de cabeza que me causaban.

Cuándo terminé tercer grado y no vi nunca mas a esa vieja, mi dolor de cabeza disminuyó.

La historia de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora