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Haruka

Al ir corriendo por los pasillos buscando a la vampiresa vi cómo algunos alumnos tiraban lo que parecías ser bombas que estaban regadas por el pasillo hacia el lado de Sky. Al ver que el pasillo por el que iba estaba infectado, con mi magia, los tiré al otro lado de muro. Esto está siendo un caos total, pero podemos usarlo a nuestro favor...

Mila

Estaba con Kuro, mi hermano, sobre un árbol, esperando. Manteníamos una conversación en nuestras mentes. Al ser vampiros, en especial mellizos, compartimos algunas habilidades, una de ellas es hablar telepáticamente.

-Mira, ya se van–Oí que me dijo.

–Vamos–le dije de forma normal. De un salto bajamos del árbol, con velocidad vampírica nos dirigimos a alguna zona del muro deshabitada, antes de pasar al lado de Sweet nos pusimos sus uniformes.

–Fue una gran idea usar a ese chico para pasar, y ni siquiera lo sabe–dijo mi hermano burlándose del pelicastaño que fue tras la pelirroja de Sweet

–Como sea, vamos–pasamos por sobre el muro y corrimos hacia el edificio. Al entrar tratamos de pasar desapercibidos para que no sospecharan, extrañamente no había nadie, solo una chica de cabello largo y anaranjado más allá.

Cuando llegamos al pasillo central nos dispusimos a esparcir las bombas de gas por este. Al estar haciéndolo unos vigilantes nos descubrieron y tuvimos que echarnos a correr. Perdí a Kuro de vista y no supe de él hasta que oí su voz en mi cabeza...

No me busques, sigue con el plan. Si no salgo de aquí en dos minutos dejame...

No lo haré Kuro! Te sacaré de aquí.

Seguí con lo que hacía, corriendo por los pasillos de esta apestosa escuela.

Haruka

Al ya perder diez minutos devolviendo los artefactos a Sweet, supuse, que como nosotros ellos se desesperarían, lo que nos daría una pequeña ventana para entrar.

Le envié un mensaje a Iván para que me viera en el muro. Le pedí que trajera dos mascarillas.

–¡Hola Princesa!–exclamó cuando me vio.

–Mejor pongamonos las mascarillas. Supongo que trajiste tus bombas–le dije.

–Por supuesto Zanahoria, ¿Por quién me tomas?–me dijo sonriendo orgulloso.

–Mejor vam-no pude terminar de hablar porque las pequeñas bombas que arrojaron explotaron y una nube de humo gris cubrió la mayor parte de la superficie.

–Mejor vámonos Haru–dijo. Asentí en respuesta. Saltamos el muro yendo a Sky of Gold.

Corrimos por algunos pasillos. Vimos a un grupo correr hacia el muro, por lo que nos metimos en un salón que para nuestra suerte estaba vacío.

–Colocaré una aquí –dijo sacando una bomba de humo apestoso junto a la puerta.

–Lástima que está prohibido destruir a la escuela contraria–murmuré.

–Cuando el muro caiga lo haremos–dijo. No podía ver su boca pero sabía que estaba sonriendo.

Dejamos de oír pasos y voces, entonces salimos. Los pasillos estaban llenos de humo por sus propias bombas.

The RoyaltyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora