[Capítulo 7] |Propuesta|

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Rakan alzó la mirada, confundido por aquel grupo de personas con antorchas en mano que gritaban como desquiciados. Esa masa de gente miró hacia todos los costados, y cuando vieron al par de vastayas, se dirigieron, con rostros llenos de furia hacia ellos.

Rakan se fijó en que solo miraban a la chica, a él lo ignoraban, y por un momento, empezó a sospechar de que Xayah era la tan nombrada Rebelde. Y bueno, era lo más lógico, pues después de todo, no se iban a fijar con esa mirada llena de odio a alguien inocente. 

— ¿Qué ocurre?— Preguntó Rakan cuando toda la gente estaba frente a ellos dos. Una de las personas, que llevaba a parte de una antorcha una lanza, se acercó hasta ellos.

Xayah se puso a la defensiva, tomando tres de sus plumas y con rostro serio, ojos entrecerrados y el pelo despeinado. Rakan no sabía qué ocurría, pero también se colocó en posición de combate, dispuesto a defender a la vastaya de aquella extraña gente. 

— Bueno, Rakan, de ellos es de quien huyo.— Dijo con simpleza la chica, mientras que la masa de desconocidos se tiraban hacia ellos.

Xayah disparó tres de sus plumas, haciendo cortes limpios en el pecho de tres de esas personas. Pero todavía quedaban bastantes. Rakan vio que Xayah en verdad tenía fuerza, mucha fuerza. Para ayudarla, tiró una pluma encantada que acertó en uno de los más cercanos a Xayah, y después se tiró con una entrada grandiosa a un grupo de tres. Xayah aprovechó la distracción que le brindó Rakan para disparar una daga doble que terminó con ellos. 

— Uh, sabes luchar bastante bien, ¿eh?— Murmuró divertido Rakan mientras veía como Xayah acababa con los dos últimos supervivientes.

Xayah sonrió aliviada. Si no hubiera sido por Rakan, habría acabado más herida de lo normal, pues aquella vez eran demasiados. La vastaya pensó en que aquel chico le serviría bastante en sus misiones, pues contaba de un gran don de distracción que combinaba con sus habilidades de 'asesina'.

— Gracias.— La chica abajó la mirada, intentando evitar todo contacto visual con Rakan por pura vergüenza. Nunca había sido alguien de agradecer, y cuando lo hacía era por obligación. Pero aquella vez había sido por gusto propio.

— Oh, no fue nada. Solo fue un simple baile.— Dijo entre un par de risas el vastaya, mirando los cadáveres que yacían frente ellos, con los rostros desencajados y varias partes de sus cuerpos mutiladas.— Aunque creo que hemos sido un poco demasiado crueles.

— No importa. Lo único de lo que tenemos que preocuparnos es de ocultar los cuerpos. Llévalos a cualquier cueva que haya por aquí, y borra todo tipo de pista que puedan usar para descubrirme.— Ordenó en tono imperioso. Rakan asintió, tomando uno de los cadáveres y buscando algún escondrijo para poderlo resguardar y que nadie se enterara de su existencia.

La faena fue complicada, pues cargar tantos cuerpos, y que encima estaban llenos de rasguños que debía eliminar para que nadie sospechara de Xayah era demasiado trabajo. Después de un tiempo que pareció eterno para ambos, acabaron con la tarea, y decidieron sentarse de nuevo en el borde del río y limpiarse las zonas de sus cuerpos manchadas por la sangre.

— Entonces.— Dijo con voz curiosa.— ¿Eres La Rebelde?— Preguntó mientras miraba los ojos color ámbar. La chica asintió, pasando un poco de agua por su capa de plumas, puliéndolas a la perfección.— ¿Y cómo te ganas la vida?

— Si no es mucha molestia, deja de hacer tantas preguntas, ¿te ha quedado claro?— Contestó amargamente, a lo que Rakan asintió para así dar paso al completo silencio. Xayah contempló el rostro del vastaya, observando cada detalle que pudiera dejarse por alto. Al ser tan atractivo, ¿cuantas pretendientes tendría que tener? Seguramente bastantes, aunque parecían no tener mucho cerebro, contando el incidente del día en el que fue a ver por primera vez uno de los espectáculos de Rakan.

— ¿Y no crees que tu 'profesión' es algo arriesgada?— Dijo marcando más la palabra profesión. Xayah simplemente se alzó de hombros, ausente a lo que decía el Vastaya y seguía mirando de reojo su rostro y cuerpo. 

¿Por qué alguien tan popular y atractivo estaba pasando tiempo con una peligrosa fugitiva, y había luchado contra ella? Era todo tan confuso, pero más confusa estaba Xayah, que no estaba del todo enfadada por la presencia de Rakan a su lado. Quizás no era tan mala persona, podría haberla dejado sola frente a todas esas personas y marcharse, como cualquier persona común haría.

Pero Rakan no era alguien común y corriente, y aquello se notaba a simple vista, no cabía duda de ello, y Xayah se había dado cuenta. El chico era interesante, perfecto para ser su ayudante, para que las misiones se le hicieran más amenas. 

Xayah pensó en decirle aquella idea, la de que Rakan fuera su acompañante, pero en verdad no estaba muy segura. Rakan era alguien con un futuro brillante, una vida amorosa que desarrollar y una reputación y fama que mantener. ¿Cómo iba a aceptar él ir con ella a misiones que pondrían en riesgo sus vidas?

Eran pensamientos estúpidos, pero quizás ella solo debía tener fe e intentarlo, hablar. Después de todo, haber pasado tanto tiempo en soledad le hacía querer poder pasar un buen rato con otros vastayas que no supieran de su profesión. Y quizás lo lograría, si es que se esforzaba en poder preguntarle a Rakan.

Rakan notó la incomodidad en el rostro de Xayah y decidió hablar, pues por lo poco que llevaban hablando, se notaba que aquel silencio no era adrede, era un silencio de incomodidad por parte de la vastaya. 

— ¿Qué ocurre?— Preguntó Rakan, a la vez que Xayah giraba su rostro para mirar al chico a los ojos. Tomó aire y se dispuso a hablar, pero el vastaya le dedicó una sonrisa... ¿Seductora, o era solo tan atractiva que parecía estar hecha para ligar? No lo sabía, pero toda su valentía se fue a la mierda. 

— No es nada, solo estaba pensando en otras cosas.— Giró la cabeza, mirando el agua que pasaba con tranquilidad por el río, sin prisas.— Eres demasiado bueno luchando. 

— ¿De verdad?— Exclamó con los ojos brillando, mientras tomaba las manos de Xayah. Nunca pensó que aquella chica le haría un cumplido, y menos de aquel tipo, pues... ¿Quien halaga a alguien por asesinar? Bueno, quizás aquello era natural en Xayah. 

— S-Sí.— Tartamudeó, nerviosa, no le desagradaba del todo aquel tacto, pero a la vez quería alejarse.— Por favor, deja mis manos.

Rakan le hizo caso y la examinó con la mirada. Era una chica joven, de una mirada brillante y muy enigmática, con facciones jóvenes y bonitas, un físico bastante bonito y voz atractiva. Era la chica ideal para Rakan, según él.

Xayah tomó aire, algo avergonzada por cómo Rakan la miraba, y entonces, fue cuando decidió preguntarle aquello al vastaya que estaba sentado a su lado.

— Mira, siempre he estado sola en mis misiones, y muchas veces acabo herida. Tú has demostrado ser un excelente compañero y me gustaría saber si quisieras viajar junto a— Xayah fue interrumpida por completo, pues Rakan empezó a dar pequeños saltos, loco de la alegría.

— ¡Claro que sí!— Gritó, mientras por culpa de la emoción se resbalaba y caía dentro del río. Por suerte, no era muy profundo, pero igualmente se golpeó contra una roca.

— Creo que me estoy arrepintiendo.— Bufó molesta y ayudó a su nuevo compañero de viaje a salir del agua, completamente empapado. Quizás tendría que empezar a acostumbrarse a aquellas situaciones.

CONTINUARÁ

[Rakan x Xayah] Un nuevo despertar [League Of Legends]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora