Capítulo 6

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Los cuatro chicos se quedaron muy confusos al escuchar los dos móviles sonar a la vez, con el mismo número en la pantalla, por supuesto oculto, y exactamente el mismo mensaje, sin diferencia, en nada. Ninguno de los dos responsables de los teléfonos se atrevió a contestar, tenían miedo en ese momento, no sabían qué hacer con respecto a eso. Ya era el tercer mensaje que Jeonghan recibía de esa persona desconocida, mientras que Jihoon era el segundo, pero él no había dado nada de importancia al anterior.

Finalmente, el de pelo largo se decantó por coger su teléfono, se dispuso a desbloquear su móvil, pero justo al ir a abrir el mensaje, Joshua se lo quito de las manos, archivando el contacto, y devolvió el teléfono a su correspondiente. Todo se volvió algo gris, nadie decía nada; Jisoo mantenía una de sus manos sobre las de Jeonghan, las cuales estaban temblando levemente. Seungcheol miraba sin perder de vista el dispositivo de Jihoon, mientras que este mantenía la mirada gacha en el suelo.

-Bueno, ¿qué tal por América, Jihoon?

Joshua fue el primero en intentar romper el hielo, no quería tener ese ambiente, el menor de los cuatro había decidido irse y tenía curiosidad por saber cómo le había ido durante esos tres meses que no habían sabido nada de él. Justo en el momento en el que el peli rosa se dispuso a contestar Jeonghan se levantó corriendo del sofá y se fue al baño, dando un fuerte golpe al cerrar la puerta de este. Joshua lo observo y decidió ir detrás de él, cerrando tras él y abrazando al mayor, rodeándolo con sus brazos, dejando a este apoyarse en su pecho, no se atrevía a preguntar porque había reaccionado así, justo en ese momento, solo dejo que el de pelo largo cerrara los ojos apoyado en él, sin dejar de acariciar uno de sus brazos para calmarlo.

Jihoon y Seungcheol contemplaban la escena con atención desde la sala de estar, hasta que Joshua cerró la puerta tras él.

-No te preocupes, estará nervioso por lo de los mensajes... ya sabes cómo es Hannie...-el mayor pasó uno de sus brazos por encima de los hombros de Jihoon con cuidado de no asustarlo.

Para su suerte Jihoon aceptó con la cabeza, sabía que si Jeonghan estaba así, él tenía parte de culpa; se acostó en el hombro de Cheollie al notar su brazo rodearlo.

No tardaron más de cinco minutos en salir cogidos de la mano. Jihoon miró a Jeonghan algo avergonzado, pero el otro lo ignoró completamente.

-Ya he hablado con el resto de chicos-dijo Seungcheol de repente.- Hemos quedado en el garaje donde jugabamos de pequeños, he supuesto que Jihoon querría descansar y nos veremos mañana a las 11.00AM, ¿os parece bien?

Todos los demás chicos presentes en el pequeño y acogedor salón aceptaron, todos menos Jeonghan el cual seguía encerrado un poco en su mundo. Sin darse cuenta ya pasaban de las 20.00 horas, un bostezo por parte de Jihoon hizo que Joshua se levantara dispuesto a irse para dejarles descansar.

-Yo mejor me voy os paso mañana a buscar a menos cuarto y vamos juntos ¿si?

Pero Jeonghan no estaba dispuesto a que Jisoo se fuera, le cogió del brazo y lo acercó a él.

-Quédate, ahora voy a volver a dormir solo... y tengo algo de miedo... por favor

Joshua no pudo negarse y aceptó, el de pelo largo casi corrió hasta su cuarto, diciendo un leve buenas noches casi inaudible y se metió en su dormitorio; a diferencia de Jisoo que se despidió de cada uno para luego seguir a Jeonghan. Una vez dentro se puso un pijama que el mayor le había dejado y se tumbaron en la misma cama, Hannie se apoyó levemente en el pecho de Shua y se durmió, no sin antes dejar un beso en el cuello del moreno; el menor no pudo evitar que su piel se erizara y colocó una de sus manos en el pelo del otro para acariciarlo con mucha delicadeza.

Mientras tanto, Jihoon y Seungcheol se quedaron en el sofá dándose pequeños y cortos besos, se habían extrañado mucho el uno al otro. Al darse cuenta llevaban más de una hora dándose cariños en el salón y decidieron que era hora de irse a la cama. Una vez tumbados, el azabache se acercó a Jihoon y lo abrazó por la espalda, dejando que el menor recostara levemente su cabeza sobre sus hombros. No sabían exactamente cuánto rato pasó pero ambos fueron quedándose dormidos poco a poco...

Pero lo que ninguno de los 17 amigos sabía era lo que les empezaría a pasar a partir de su primer reencuentro.

El juego estaba a punto de empezar...


Never leave my side.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora