Chapter 1

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La mañana azotaba a la ciudad de Londres, el frío era el personaje principal de ésta, como era de esperarse. La gente paseaba de un lado a otro intentando llegar a sus destinos, todos se veían apurados y abatidos por el horario haciendo que me chocara con varias personas antes de llegar a mi destino; geek Street, la cual almacenaba a la mejor cafetería que podría haber elegido para pasar mis mañanas. La cafetería Maison Bertaux.

Al entrar a la cafetería hago un paneo, buscando si la mesa que utilizo siempre estaba vacía. La mesa número 9 del lado de la ventana se encontraba ocupada por un chico con cabellos castaños. Sonrío al darme cuenta de quién era

—Atención a todos, Gian Pawlak ha madrugado—mi tono de voz fue lo suficientemente alto para que de un brinco del susto

—Eres una idiota —dijo mientras tapaba su rostro. Sonreí ante su acto

—Puedo vivir con ello— Gian toma una servilleta y me la arroja.

— Eso fue agresivo— digo mientras hago una seña para que nos traigan la carta.

—Yo no te he asustado a las 8:30 de la mañana— se excusa mientras sube y baja sus hombros quitándole importancia a mis palabras. Al llegar la carta hacemos nuestros típicos pedidos, un café moca para gian y un simple té verde para mí.

—Esos tés raros que tomas me darán pesadillas algún día—.

—Siempre dices lo mismo pero aun así deberías probarlos—Gian sonríe mientras baja su mirada.

—¿Hay algo que no me estés contando sobre alguien en particular?—digo mientras me recuesto en la silla. Gian frunce el ceño antes de continuar

—Lo lamento pero no sé de qué me estás hablando — ruedo mis ojos ante su respuesta.

—Ya que te haces el estúpido— me acomodo correctamente en la silla.— Te estoy hablando de Nathan, hace mucho que no me hablas de él —hago una pausa cuando veo que traían nuestros pedidos.

— No lo sé, creo que ya me he resignado— sus manos jugaban torpemente con la taza de café.

— ¿A qué te refieres con eso?— digo mientras tomo mi taza y le doy un sorbo a mi té.

—Pareces de esos psicólogos que dicen oh si, cuéntame tus problemas— suelta una risa al darse cuenta de lo estúpido que fue su comentario.

—Solo responde a mi pregunta—digo de manera impaciente.

— Me refiero a que —hace una pausa y le da una mirada a sus manos. —Tal vez no era para mí, es decir, capas no era el indicado, sueno como una quinceañera a la cuál le han roto el corazón por primera vez, lo admito— Se excusa. — Pero de todos los conflictos por los que hemos pasado el único que se ha esforzado por intentar llevar a flote, lo que sea que hayamos tenido, era yo y creo que ya me he hartado de eso—.

— Yo creo que lo importante es que te sientas seguro de la decisión que vayas a tomar acerca de Nathan, porqué tranquilamente puedes arrepentirte luego—. Gian se digna solo a asentir mientras le da un sorbo a su café.

— ¿Tú no tienes nada que contarme? — dice mientras levanta una ceja.

— Quedas como un estúpido haciendo eso, por favor ya déjalo—digo de manera burlona.— Además, sabes perfectamente que no tengo nada que contarte—.

— ¡OH, VAMOS! — Exclama. — No puede ser que tu mejor amigo, GAY, por si no estabas enterada, haya tenido más amoríos que tú, tiene que ser un chiste.— Suelto una carcajada ante su acotación.

— Solo no se ha dado, deja de ser tan exagerado pareces mi madre—.

—A ver, querida y bella Katherine, tienes 21 jodidos años y el único "amor" — hace comillas con sus dedos. — Que has tenido ha sido un estúpido niño llamado Harry en sala de kínder, me haces sentir como una loca homosexual— sonrío mientras que Gian me miraba expectante, esperando una respuesta.

—Lo sé, solo que todavía no apareció el indicado, no sé qué esperas que te diga. — Le doy otro sorbo a mi té.

—No espero a que me digas nada, solo espero que pase algo emocionante en tu vida, porque ¿te cuento algo? Follar no te haría nada mal — me ahogo al escuchar sus palabras. — Y si, ¿acaso me ves cara de estúpido? Que no me cuentes todo, lo cual está muy mal, no significa que yo no me entere las cosas por mí mismo—.

—¿Cómo sabes eso?—mi pálido rostro se había tornado rojo ante la incomodidad que sus palabras me habían generado.

—¿Qué cosa, que eres virgen? —levanta sus cejas. — tu falta de experiencia acerca del tema cuando yo te hablaba de mi primera vez con Nathan te delataron querida—.

—No hagas acotaciones sobre el tema— digo avergonzada.

— Pero, no logro terminar de comprender como es que eres tan atractiva e inteligente y no tienes una fila de hombres tocando tu puerta— admite mientras mira un punto fijo detrás mí.

—¿Quién es ese? —. Pronuncia justo cuando estaba por responderle, me doy vuelta para observar a la persona que él me había señalado, encontrándome así con un chico de aproximadamente un metro ochenta, con unas facciones muy marcadas, cabello castaño y por la iluminación del lugar podía verse de que sus ojos eran de un tono verdoso y azulado.

Me giro rápidamente al notar que la mirada de aquel chico se levanta y se clava en mí.

—¿Por qué te has girado así? —dice extrañado.

—Trabajo con él, eso ha sido incómodo— admito mientras suspiro de manera audible.

— ¿Trabajas con él? Interesante querida Katherine, Interesante—dice mientras sus ojos se mantenían clavados en aquel chico.

—Ya que puedo leer tus pensamientos— bromeo. — y si lo que te voy a decir va a contestar a tu pregunta, si. El chico es gay— suelto una carcajada al ver como su mirada se clava en la mía, con los ojos abiertos como platos, automáticamente una sonrisa se dibuja en su rostro.

— ¿Y cómo se llama? ¿Es de aquí? ¿ Es bueno o es un idiota? —.

—Tu bombardeo de preguntas me acaba de dejar perdida—. Digo con júbilo mientras tomo mi frente en forma de broma, su mirada se torna seria gracias a que no respondía ninguna de sus preguntas. — Se llama Wren, es de aquí y es bastante bueno si es eso lo que te preocupa—. Noto que Gian gira su cabeza hacia la ventana de manera abrupta, entiendo inmediatamente su comportamiento al ver que Wren está acercándose a nosotros.

— Katherine, hola— Dice de manera amigable, aunque una mirada de confusión en su rostro se posicionaba sobre Gian, el cuál seguía mirando la ventana como un idiota. Hago un sonido con la garganta para llamar su atención lo cual había funcionado.

—Hola wren, ¿Qué haces por aquí?—pronuncio mirando de reojo a Gian.

—Estaba esperando a un amigo pero se ve que se le ha hecho tarde— su mirada le daba vueltas al lugar buscando a aquella persona.

—Oh cielos, donde están mis modales— Mi voz alerta a Wren.— Wren, él es Gian, Gian él es Wren—.  Se sonríen mutuamente, haciendo que la atmósfera se tornara algo incómoda para mí.

— Bueno, creo que ya debería irme, debo entrar a trabajar dentro de una hora— mi voz llama la atención de los dos individuos. Automáticamente Gian se levanta de la mesa de una manera para nada sútil, haciendo que la taza de café se volcara, vertiendo lo poco que quedaba sobre su suéter.

— ¡joder! — Exclama. — creo que hoy estoy más estúpido que de costumbre—.

—No me digas— susurro, aunque los dos lo habían escuchado. Observo a Wren y veo que su mirada estaba expectante sobre Gian, observando cada movimiento que éste hacía.

—Gian, Mientras te encargas de eso— Señalo la mancha conteniendo la risa. —Iré a pagar esto, ¿De acuerdo? —. Éste asiente mientras mira de reojo a Wren, el cuál no había emitido sonido alguno.

Me dirijo hacía a el mostrador y pago lo que Gian y yo habíamos tomado, le hago una seña a los dos chicos que estaban en la mesa 9 avisando que ya me iba, éstos me sonríen y yo solo me dedico a salir de la cafetería.

Between letters ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora