Pasados unos 30 minutos de caminata, llego a Marylebone high Street, el paraíso en mitad de la frenética ciudad. Una calle angosta si la comparamos con las calles de otros lugares, llena de tiendas y particularmente hoy, y con este horario repleta de gente paseando de aquí para allá. Me encamino hacia mi lugar de trabajo; La librería Daunt Book.
Al entrar puedo divisar a un par de personas, algunas en el sector de ciencia ficción y a otras en la zona de arte. Sonrío y me encamino hacia el mostrador, el cuál se encuentra en el medio del lugar, dejo mi bolso debajo del mostrador aunque antes saco mi móvil y un libro que había tomado prestado hace unos días atrás.
—has llegado temprano querida— Christine toma unos libros del mostrador y se dirige a colocarlos en su respectivo lugar, automáticamente me acerco para ayudarla.
—Deje que lo lleve yo— propongo mientras intento tomar los libros.
—Oh querida no te molestes, tendré 74 años pero aun así tengo el espíritu de una niña de 16— Bromea mientras esquiva mi persona. — Ve al mostrador por si alguien quiere comprar un libro, yo me encargo de esto— .Asiento y me dirijo al mostrador esperando a que alguien venga a comprar o simplemente venga a preguntar por algún libro. Al ver que los minutos pasaban y no entraban clientes nuevos y que los que ya estaban en la tienda estaban muy entretenidos leyendo o revisando un libro detrás del otro tomo el libro que anteriormente había sacado de mi bolso; jane eyre, de charlotte brontë
La lectura iba bien hasta que noto que mi móvil vibra unas cuantas veces por lo cual decido tomarlo para ver si se trataba de alguna emergencia de parte de Gian.
"Este chico wren me está volviendo loco S.O.S"
Frunzo el ceño ante su mensaje y me dedico a responderle
"¿En qué sentido? No me asustes"
Luego de unos segundos responde
"Es jodidamente perfecto por donde lo mires Katherine, como no me habías hablado de este ángel joder"
Justo antes de responder escucho un quejido, al quitar la mirada de mi móvil me encuentro con un chico de cabellos oscuros y algo alborotados, con unos rasgos perfectamente marcados y unos ojos avellana por lo que llegaba a divisar, sus labios eran carnosos y de un color rosado mientras que sus pestañas eran largas y gruesas. Saliendo de mi trance al estar en frente de tal hombre me dedico a hablar
—Buen día, ¿que se le ofrece? — Pronuncio con dificultad mientras intento formar una sonrisa.
—Emm, sí. Quería preguntar si tenían en existencia el libro Breve historia del tiempo, de Stephen Hawking, lo he estado buscando y no lo he encontrado— sus manos viajaban temblorosas por su cabello, alborotándolo aún más. Suelto una sonrisa al escuchar el nombre de aquel libro.
—Claro, espérame aquí que ya te lo traigo.
Salgo del mostrador y me dirijo a la sección de astronomía, busco con la mirada el libro que aquel chico buscaba y al encontrarlo intento tomarlo, pero gracias a mi estatura resultaba casi imposible. Cuando me doy la vuelta para buscar una escalera, siento un cuerpo chocarse con el mío, manteniéndome así contra la estantería de libros, cuando elevo la mirada para ver que estaba sucediendo diviso a aquel chico tomando el libro.
—Lo lamento, pero te vi algo complicada con esto— Le da una vista rápida al libro y sonríe. Joder que sonrisa. Me mira por unos segundos y yo solo me dedico a caminar hacia el mostrador antes de decir o hacer alguna estupidez.
—Serían £18,80
El morocho busca el dinero en su bolsillo y me lo extiende, guardo el dinero en la caja registradora y saco algunas monedas para darle el cambio.
—Gracias por su compra, que tenga un buen día— sonrío.
Suelto un audible y pesado suspiro cuando veo que su figura se alejaba y se mezclaba entre la multitud que pasaba por afuera de la tienda.
Las horas de mi turno fueron pasando, durante las cuales solo me había dedicado a acomodar libros y atender a varios clientes, había sido un día totalmente aburrido y para nada interesante, dejando de lado a aquel morocho que casi me deja muerta en el suelo solo con realizar una simple sonrisa. Golpeo mi frente para salir de mis pensamientos al sentir la voz de Wren espaldas a mí.
—Hola querida—me saluda mientras entra en el mostrador. — Estás roja ¿Sucede algo? — su ceño estaba fruncido.
—Para nada— admito. — ¿Hasta qué hora te has quedado con Gian? — le pregunto mientras abrocho los últimos botones de mi abrigo. Puedo notar como su mirada evitaba la mía, no comprendo su comportamiento hasta que noto que sus mejillas habían tomado un color rojizo ante mi pregunta.
—Hasta hace un rato, es simpático— a lo largo de su oración sus ojos no habían hecho contacto con los míos en ningún momento.
— ¿No pasó nada...incómodo que quieras contarme cierto? — bromeo. Ante mi comentario Wren rueda sus ojos
—Nos conocimos hoy, además no creo que vaya a suceder nada— me responde, restándole importancia a sus palabras.
— ¿Por qué dices eso? —.
—Solo me parece— voltea su cara hacia mí. — además, no creo que sea su tipo—.
—Sí, si...como digas— digo justo antes de saludarlo con un beso en la mejilla, para luego marcharme del local ya que mi turno ya había finalizado.
Luego de unas cuantas cuadras siento como mi móvil vibra, al desbloquearlo puedo ver un mensaje de Gian
"Mañana a la misma hora de siempre ¿Cierto?"
"Claro que sí, ¿Por quién me tomas?"
"8 años de amistad y nunca hemos cancelado uno de tus estúpidos cafés"
"Nos vemos mañana, querido idiota"

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Between letters ©
RomanceKatherine Bennet y Travis Jenkins tal vez estaban destinados a encontrarse, tal vez estaban destinados a enamorarse mediante los libros, los secretos y pasiones que estos esconden entre sus letras