Capítulo 08

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No importaba que no tuviera internet, televisor o radio propios, las noticias sobre los Avengers eran imposibles de evitarse. En la fábrica donde trabajaba no se hablaba de otra cosa desde el lunes en la mañana cuando llegaron los reportes sobre la batalla que se dio entre Hulk y Iron Man en Johannesburgo el día anterior. Hasta ese momento el grupo había sido aclamado como héroes, incluso después de la caída de S.H.I.E.L.D, pero la devastación en la ciudad sudafricana sembró miedo inmediato en una parte sustancial de la población. La situación no mejoró en absoluto cuando continuaron las noticias sobre un combate en Seúl donde un grupo de robots, creados por Tony Stark, participaron en una pelea contra el Capitán América y otros humanos con poderes.

Bucky no quería enterarse qué estaba ocurriendo con Steve, ni tampoco deseaba tener que escuchar como un grupo no tan pequeño de sus compañeros de trabajo consideraba que el Capitán era una especie de monstruo hambriento por revivir sus momentos de gloria generando conflictos. Ellos no lo conocían, no eran capaces de ver que debajo del exterior casi perfecto que proyectaba como el Capitán América, Steve era aún el muchacho amable y sencillo, incluso ingenuo que se crió en Brooklyn. Steve no había cambiado realmente, eso le quedó claro cuando estuvo a punto de convertirse una víctima más del Soldado sólo por no querer enfrentársele luego de haber conseguido neutralizar la amenaza de los Helicarriers.

El ambiente en Winnipeg se había vuelto casi insoportable. Le era muy difícil ignorar las noticias sobre su antiguo amigo y constantemente los otros trabajadores trataban de averiguar su opinión sobre todo lo que estaba ocurriendo. También se sentía sumamente ansioso, temía que debido a que los Avengers estaban en boca de todos, alguien sería capaz de asociarlo con el Soldado de Invierno y delatarlo con los soldados que habían sido desplegados. Las fuerzas militares estaban por todo Canadá para controlar posibles focos de violencia que pudieran presentarse debido a los intentos de un hacker oportunista que estaba tratando de acceder a los códigos nucleares americanos.

Sus planes de conseguir trabajo en un barco se encontraban paralizados debido al caos del momento, pero ya había aplicado en persona con una agencia de empleo que con sólo verlo se convencieron que por su físico sería una muy buena adquisición para cualquier equipo en alta mar. Las dudas que pudo haber tenido respecto a si debía de irse se despejaron por completo luego de encontrar a Judy en su departamento un par de días antes y perder el control por un instante. Era un peligro si se quedaba, no quería dañarla y sabía que era un escenario que llegaría a darse si seguían interactuando. La soledad era la única alternativa lógica, no debía volver a permitirse entablar amistad con nadie más cuando lograra alejarse lo suficiente de todos los grupos que podrían tratar de usarlo.

Una serie de golpes constantes en su puerta lo sacaron de sus pensamientos y lo pusieron en alerta. Vio el reloj y se dio cuenta que era de madrugada.

―¡Bucky!

Reconoció la voz de Judy y un tono de preocupación, algo inusual en ella. Luego del accidente del Sr. Johnson casi no habían cruzado palabras, pero era porque Judy parecía estar queriendo darle espacio para que él fuera quien decidiera cuando retomar sus conversaciones con normalidad. Honestamente no esperaba que eso llegara a darse, había contado con irse antes de que ella sintiera que se estaba demorando demasiado y diera el primer paso.

Le tomó unos instantes decidirse a atender la puerta. Se sentía inseguro de recibirla, pero la hora y la urgencia en su voz inclinaron la balanza a favor de ir a averiguar qué le ocurría.

―¿Has visto las noticias? ―preguntó alarmada la mujer en cuanto posó la mirada sobre él.

―¿Dónde están peleando ahora? ―dio como réplica, tenía que tratarse de los Avengers.

El frío es el precio de la libertad [Bucky Barnes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora