capítulo catorce

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Tenía miedo de que Gigi fuera de mí independecia, que dependiera de ella, la veía moverse de esa manera tan desesperada por sus pesadillas hacia que me debilitara.

Mí pecho se hizo pequeño, sequé sus lágrimas ¿Por qué tenía pesadillas? ¿Por qué la amaba tanto?.

—N-no— murmuró ella, hice como a un bebé, puse sus manos en mí pecho desnudo, ella puso su cara el.

—Por Dios Gigi no llores— Supliqué. Ella abrió sus ojos, rojos empapados, tenía ganas de llorar con ella.

—No quiero que te lleven, yo-yo quiero — Hizo un sonido con su boca de frustración.

—Amor, mierda respira preciosa— Dije pausadamente, ella se llevó sus pálidas manos a su cara para sobarselas, cuán un bebe.

—No quiero, yo no quiero que tú te v-vayas— Dijo clamando, mierda, mí pecho subía y bajaba agitademente, ella estaba tan vulnerable.

—Preciosa son nuestro trabajos, sabes que igual tenemos tiempo para los dos— Ella arrugó su nariz. Volvió a echarse en mí pecho.

El ruido de su respiración era algo tranquilizante. Ella era tranquilizante, mí tranquilizante. Me había vuelto demasiado posesivo, celoso, protector con ella. Me tenía jodido. ¿Cómo iba a superar ahora algo así?. Maldita sea, no yo mismo podía saber cómo.

G i g i

Era de mañana lo sabía, las cortinas estaban tan luminosas que forzaban que mis ojos se abrieran, mí mano izquierda descansando en algo tibio que contraia movimiento, era el pecho de Zayn, la otra mano el la tenía en un suave agarre a mí cintura, cuando quite mí mano, el frunció el ceño gruñendo un poco, aún recordaba lo que le dije en la noche, no comprendo mis contundentes pesadillas, pero sí que el me las podía calmar.

—Pon tú mano de nuevo ahí bebé— Su voz ronca y su acento eran tan notorios cuando recién se despertaba, froté mí cara mientras veía como el agarraba más fuerte mí cintura para ponerme bajo su cuerpo, era increíble la fuerza que poseía sobre el y como mí cuerpo sedia a su demanda, su ceño fruncido, su espesa barba, el era tan hermoso.

—¿Dormirás más?— Dije en un susurro, el dio un asentimiento que más me pareció un capricho, tragué para no gemir, ¿Por qué es tan cariñoso conmigo?—Me haces cosquillas— Dije cuando posó su rostro en mí cuello, sus bellos faciales acariciaban con brusquedad mí yugular.

—¿Puedes acariciar mí cabello?— No sabía el por qué de la petición pero lo que si sabía era que no me lo tenía que pedir, yo sin dudarlo lo podía hacer. El había echo ya muchas cosas por mí, tomó la iniciativa, dio un par de besos en mí cuello, mientras pasaba con suavidad su lengua, sus labios succionaban, el era muy posesivo, pero al nivel extremo se contraía. Aseguraba que la marca que había dejado era igual de grande como la anterior, tome con coraje sin lastimar su cabellera, soltó un gruñido que despertó algo dentro de mí.

—Mierda amor, por qué eres tan caliente— Murmuró, mientras pasaba un brazo por mí cintura y se acomodaba mejor, no sin antes dar de nuevl un beso donde dejo su marca

¿Qué iba a hacer yo sin ese chico?

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⏰ Última actualización: Aug 18, 2017 ⏰

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