Capítulo 2: Un día como cualquier otro II

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-"Llegará un momento en que creas que todo ha terminado. Ese será el principio"-

                                                         Epicuro...









Fueron cuatro disparos los que resonaron en aquella habitación, y fueron cuatro cuerpos los que cayeron inertes sobre el suelo de esas cuatro paredes. No se escuchó nada luego, ni bramidos, ni quejidos, sólo su respiración agitada. Los escasos rayos visibles, iluminaron poco a poco ese lugar. La sangre en las paredes era lo único evidente, bastante se deslizaba por ellas lentamente.

Pero eso no le importaba a la mujer, sentada en esa silla de cuerina negra y apoyada en ese escritorio, con la pistola sobre este. Inhalo tres veces más, para levantarse y abandonar la habitación de una vez por todas. Al salir observó el lugar, estaba completamente desenfrenado, con una multitud de cuerpos desplomados por todo el lugar, inertes, sobre la cerámica agrietada. Luego cuando observó hacia arriba, y vio el techo destruido, cerró sus ojos unos instantes.

Finalmente emprendió sus pasos cuidadosamente por la planta, quería salir de ese lugar. Sea como sea tenía que hacerlo. Cuando llegó a la escalera, inmediatamente bajó con pistola en mano, iba precavida, -Solo faltan tres escalones-pensó. Pero cuando iba en el segundo justo antes de tocar suelo firme. Una explosión resonó a la lejanía, fuera de ese centro comercial.

–¡Mierda!–fue lo único que pensó luego, ya que sabía lo que eso significaba. Los alaridos no se hicieron esperar. Al igual que los pasos tempestuosos, hicieron temblar todo el edificio. Era una gran horda de zombis, un gran horda que se dirigía justo hacia ella. Se podía escuchar como corrían de un lugar a otro en las demás plantas sobre ella. Rompiendo todo lo que se les cruzaba por delante, vidrios, madera, cualquier cosa que les estorbara con tal de llegar abajo.

Maya lo supo, y antes de que la encontrarán, corrió velozmente hasta un local a unos metros, donde entró sin siquiera revisar el lugar. Cuando se adentró unos metros a la penumbra de este, un zombi la aprisiono con violencia y la arrojó contra el suelo con una increíble fuerza. Maya gimió por el dolor del golpe, pero pudo reaccionar rápidamente justo cuando el zombi se abalanzaba sobre ella. Interpuso su mano izquierda contra el zombi que intentó morderla, prender con sus dientes aquel trozo de carne.

–¡HIJO DE....–no pudo terminar, otra explosión se oyó desde ahí, luego múltiples disparos retumbaron las calles. El zombi elevó la cabeza ante esto, aquel ruido lo había seducido. Maya aprovechó aquello y con su mano libre le propinó un puñetazo en su quijada, el zombi bramo molesto, pero Maya no le dejó seguir. Dos golpes más en el rostro y luego tres disparos, bastó para que el zombi no se siguiera moviendo.

Recién en ese momento la mujer pudo respirar con calma, observando ese cuerpo tendido a sus pies. Unos instantes fue suficiente para cerciorarse de que se hallaba completamente sola. Y cuando salió del local con la pistola en mano, lo verificó. No había nadie más que ella en ese centro comercial.

Procuró avanzar con cautela, sin guardar el arma aún, ya que no se confiaba del todo. No podía hacerlo.

Al la lejanía se escuchaba una cañería rota gotear.

Maya continuó sus pasos hasta que finalmente se detuvo al salir del edificio, desde ahí escuchó los disparos y alaridos que hacian eco en cada rincón de la ciudad. Sabía que tenía que abandonar ese lugar. Si la suerte no la acompañó durante estas semanas, menos lo haría ahora. Por ello reanudó los pasos, y poco a poco iba desapareciendo de aquel lugar. Buscar y encontrar provisiones era lo único que le importaba.

Tierra De Nadie: Survival is Born. (Actualizando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora