Entro en la pequeña cafetería de la esquina a las 11:36am, un lugar cálido, con pisos de maderas y sillas lo bastante cómodas para sentarse y leer un buen libro mientras tomas un delicioso café con crema. Me acercó a la vitrina de pasteles y le sonrió a la chica, de pelo castaño y ojos de un verde impresionante, que está al otro lado de la vitrina.
—Buenos días —me dice ella animada — ¿Qué desea?
—Hola buen día, me da un café con crema y un croissant de chocolate. Por favor —le indico con una sonrisa forzada.
—Serian 3,99— Me sonríe y yo saco un billete de 5 dólares para pagarle.
Me doy la vuelta para sentarme en una barra pegada en la pared con sillas altas, que tiene una ventana a un lado, con una vista a la calle y a las personas, apresuradas por comer rápido y regresar a su trabajo, algunas paseando a sus perros, otras, que claramente son turistas, admirando cada detalle y algunas más que solo pasean por las calles de Nueva york. Sin darme cuenta mis ojos se dirigieron al portero de un hotel que queda en todo el frente de la cafetería, lo había observado durante un tiempo desde mi departamento y me di cuenta de cómo se las ingeniaba para robarles uno que otro billete a los empresarios y turistas que entraban y salían del lugar, era gracioso ya que tenía al menos unos 60 años y era un cascarrabias que solo insultaba —o eso creía leer en sus labios— a todo aquel que pasaba por la inmaculada puerta de aquel bello hotel, solo para después quitarle un billete cada vez que tenía oportunidad.
—Señorita —la voz de la camarera me trajo de nuevo al mundo. Tenía mi pedido en una bandeja, me dejo primero el croissant y luego el café— Que lo disfrute— y se giró dándome la espalda para dirigirse, de nuevo, a la parte de atrás de la vitrina.
Comí en silencio y pensando en que podía darle a Logan, su cumpleaños era mañana y no se me venía a la mente ningún regalo bueno. El año pasado le di una gorra Nike y la odio, aunque no me dijo nada, pero vi en sus ojos que no le había gustado en lo absoluto. Desde que era pequeña nunca supe qué regalar, siempre elegía un mal regalo y las personas me decían un gracias totalmente fingido.
Logan... Es la persona más especial de mi vida. Lo amo y necesito tanto, que si me faltara estaría perdida.
Tengo tanta suerte de tenerlo, aún recuerdo cuando nos conocimos. Y no, aun no podía creer que él llegó a salvarme todos los días de mi vida.
‹‹Flashback››
— ¿Pero eres idiota o qué coño? —le grite lo más duro que pude al imbécil que estaba al frete de mí y que me miraba con cara de pocos amigos.
Estaba totalmente llena de cerveza y la blusa que ya era un poco transparente se me empezaba a pegar a la piel.
—Esas son palabras muy fuerte para una niña— me dijo con una mueca de asco— Además la que me tropezó fuiste tú— me vio a la cara y su vista se desvío luego de un segundo a mi busto, que ya era claramente visible.
Sentí el rojo en mis ojeras.
— ¿Y a ti que te importa? —Hable en tono calmo pero serio— ¿No solo te metes en mis palabras sino que también me quieres culpar por tu estupidez?
Me miro de arriba abajo como si estuviera traspasándome con rayos X.
—Mira niñita, ya me lo estoy pasando lo bastante mal como para que tu vengas de altanera a estarme gritando como una pequeña mocosa malcriada que no sabe de vuelos modales— Lo fulmine con la mirada— Te iba a ofrecer una sudadera para que no estuvieras así de... — pensó sus palabras antes de decirlas— descubierta, pero dado a el comportamiento de mocosa que tienes, arréglatelas tu solita.
Me lleve las manos al pecho, pero era imposible evitar que se me viera todo, estaba demasiado mojada y era algo que no me agradaba.
Me vio por un segundo y luego una sonrisa maliciosa broto de sus labios.
—Al menos que quieras disculparte— me dijo y antes de que lo insultara mi cuerpo se estremeció, se me nublo un poco la vista y sentí un frio espantoso.
Dios mío, eso me pasa por ligar tantas cosas. Me dije y luego me recosté de la pared para poder mantenerme en píe, sentí una mano en mi hombro y levanté la vista, allí estaba aún el con una mirada de preocupación.
— ¿Te sientes bien? —me pregunta por encima de la música. Pero para mí era imposible responder, sentía que en cualquier momento me desmayaría.
Y así pasó, me desmayé.
Abrí los ojos al sentir a alguien zarandeándome y diciéndome...
—Despierta— y lo vi un chico de ojos obscuros como la noche, una piel blanca como la cera y su cabello de un tono confuso ¿era marrón o negro?
— ¿Quién eres? — pregunte un poco confundida, se me hacía muy conocido. Estaba del lado del copiloto de un carro.
—Que rápido olvidas a las personas— Me dijo en tono burlón, y yo fruncí en ceño— Aunque la verdad, tienes razón, no nos conocemos— me tendió la mano— Me llamo Logan, y se puede decir que te acabo de salvar el trasero.
— ¿Sí? ¿Y cómo, si se puede saber? —lo mire un poco desorientada.
—Lo mocosa no se te quita ti con un desmayo— y fue en ese momento en el que me acorde. El idiota que me tiro la cerveza enzima. Antes de responderle, siguió hablando— Si no hubiera sido porque te agarro justamente cuando te desmayaste, seguramente estarías tirada en el suelo, o peor para ti, en un hospital— me dijo con voz desaprobatoria— Justamente después que te desmayaras, llego la policía. Me imagine que no querrías que vieran que una mocosa estaba en un lugar lleno de alcohol y drogas.
— ¿Cómo llegue aquí? —le pregunte, desviando un poco el tema.
— ¿Querías que te dejara tirada en un sofá lleno de ebrios y drogadictos? — Me pregunto y me miro directamente a los ojos, poniéndome nerviosa— Estabas totalmente pálida e inconsciente. Te traje a mi auto para alejarte un poco del ambiente y esperar a que retomaras la conciencia— En sus ojos se posó un rastro de diversión malhumorada— Esta día va para mejor— Susurró tan bajo que casi no le pude oír.
— Y ahora te tengo que agradecer— ironice con un poco de diversión en la voz— Bueno, gracias por tu ayuda. Ah por cierto, me llamo Megan— lo mire con un poco de rabia— Ya deja de decirme mocosa.
En ese momento me miro directamente a los ojos y yo le devolví la mirada a los suyos, a esos ojos profundamente obscuros, y sentí un puntadita en el pecho y una corriente recorrerme todo el cuerpo.
Me sonrió.
—Bueno ya que te salve la vida—me dijo levantando una ceja— Me debes una hamburguesa.
—Si claro, gracias a ti estoy viva— le conteste con sarcasmo y más recuperada de mi estado confuso.
Y Dios, era cierto, gracias a él estoy viva.
‹‹ Fin Del Flashback››
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Por mí
Romance-Disculpa- dije en voz baja y con la cara gacha. -Creí en ti, pensé que ibas a cambiar- me miró con decepción y yo solo me quería morir- no se te ocurra volver a buscarme, solo piensa que estoy muerto. Me dio la espalda y cerró la puerta tan duro q...