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-Antidepresivos.- repetí leyendo de nuevo la receta del doctor mientras bufaba pasando mi mano por mi cabello, llevándolo hacia atrás.

Salí del pequeño consultorio, el cual visitaba una vez por semana para hablarle al ahora no tan desconocido doctor que me atendía. Justo hoy, decidió darme el resultado del sus estudios hacia mi conducta, sacando la conclusión de que la depresión era destacada en mi mentalidad.

Pero, se suponía que ya era algo que debía intuir, pues era Calum Woods.

El ultimo de la clase, quien solía destacar el color negro en su vestimenta por cada día que pasaba. El mismo que sustituía sus comidas por un cigarro, quien nunca estaba al tanto de que sucedía. El mismo chico que su circulo social no variaba de Ethan Tanner, hijo del amigo de su padre, su difunto padre. El "raro" el cual nadie le hablaba, porque daba asco saber el prototipo de vida que lleva un paciente mental, porque sí, también se habían encargado de dañar el poco de reputación que le quedaba, tratando de averiguar en que se desarrollaban sus días llevando un poco mas a la mierda su ahora vida "depresiva".

Había logrado sentir algo de odio, odio a la sociedad, pero mas que odio, una clase de asco a la actualidad. Estaba seguro de que no era solamente yo, pues sabia que todo estaba dividido, y no era el único que estaba solo.

Me resultaba nefasto oír el tipo de conversaciones que los chicos solían entablar, juzgando a las chicas por su físico, o incluso si no querían agregar cualquier tipo de superficialidad en su rostro, como el maquillaje, burlándose de quienes eran robustas, o las que pertenecían a un diferente circulo social. Sin dejar atrás que no solo las chicas eran juzgadas por ellos, pero a los chicos, era un tema un poco mas grande, ya que estábamos hablando de la agresión. Agresión que era bastante vivida por mi, y demás chicos que no estábamos a su nivel. El cual era lo suficientemente bajo como para enorgullecerme de no pertenecer.

Terminé mi camino tocando la puerta de la casa de Ethan, esperando respuesta de este, mirando la punta de mis zapatos.

-Hey.- sonrió abriendo la puerta, en forma de saludo, mientras se movía a un lado dejando campo libre para entrar.

-Adivina de donde vengo.- reí con un poco de arrogancia.

-Ya lo sé, no es necesario repetirlo cada que vienes.- rió también, lanzándose al sillón que se encontraba a unos pasos de donde estaba, sacando de su bolsillo su celular.

Era habitual que lo usara seguido, y mas ahora, que había conseguido tener novia.

-Soy depresivo.- susurré jugando con mis dedos.

-¿Uhm?- dijo sin separar la mirada de su móvil, indicando que repitiera lo que había comentado para que el pudiese entender, y tal vez seguirme el tema, cosa que no haría, ya que me avergonzaba el hecho de que ya no era alguien mentalmente normal.

-Nada importante.- dije dudoso, esta vez sacando la cajetilla de mi bolsillo trasero, lanzando mi bolso al suelo- ¿Donde está Josh?- pregunté por su padre, el cual tenía un buen tiempo sin saber.

-En el trabajo, ya sabes, su nuevo cargo trae mas reuniones, e implica mas horas en la oficina.- volcó sus ojos, haciendo que lo mirara confundido, sabiendo que necesitaba que fuese mas claro- Creo que sale con alguien- dijo obvio.

-¿Josh?- pregunté luego de soltar una merecida carcajada- No lo creo.

-Seguro amigo, seguro.- río y volvió a clavar su vista al celular.

Tomé uno de los cigarros que estaba dentro de la caja, adentrando una pequeña parte a mi boca, colocando el encendedor en la extremidad contraria para aspirar un poco hasta que este se encendiera, dejando una pequeña beta roja comenzando a soltar humo, seguido del olor a papel con químicos quemados y sus cenizas.

-Tienes que dejarlo ya, Cal.- dijo refiriéndose a mi adicción al cigarrillo. Ethan y mi hermana eran insistentes con el tema de mis adicciones ¿tanto les afectaba que llenara mi organismo de nicotina?

-No pasará, Ethan.- reí y le di otra calada al cigarro, para alejarlo de mi boca y luego expulsar el humo que ya había sido inhalado cerca de él.

-Te estas matando.- negó, e inmediatamente hice una seña con mi mano dándole la razón.

-Creo que vas entendiendo el tema.- palmeé su hombro esta vez levantándome del mueble- Espero verte mañana.- tomé el bolso del suelo, y lo pasé por uno de mis hombros, mientras acababa la oración yendo a la puerta seguido de él.

-Te veo en la escuela.- se despidió un tanto resignado y solo me limité a asentir, dando unos pasos para quedar fuera de su casa. Limpié la punta de mi nariz con mi mano, arrugandola e inhalando con un poco de fuerza para que esta dejase de picar, era muy probable la aparición de un nuevo resfriado.

Solté un leve quejido mientras arreglaba el gorro de lana que se encontraba en mi cabeza, asegurándome también de que ningún carro estuviera cerca de pasar para cruzar la calle y comenzar a caminar hasta casa. A unas cuantas cuadras de haber avanzado, acabé mi cigarro, tirándolo al piso y aplastandolo con la suela de mi zapato, para que se apagara.

-Joder. -froté mis manos para lograr obtener algo de calor. Diciembre había acabado, pero el frío que venia con el, aún no.

Empujé un poco mi bolso hacia adelante para poder sacar el juego de llaves que guardaba en el bolsillo de este, agitándolas un poco con mi mano izquierda, haciendo que un ruido no muy agradable me acompañase.

Llegué a casa, y el auto de mamá estaba afuera, indicando que ella se encontraba allí, y que Mali estaba junto a ella, cosa que agradecía, ya que suponía que podía confiarle a mi hermana todo, en absoluto. Introduje la llave en el cerrojo y abrí, dejando ver a mi madre en la sala, con su celular en la mano.

-¿Que tal su día, señora Joy?- la saludé con un beso en la cabeza, dejando ver una sonrisa luego de ello.

-Monótono, como los anteriores.- dijo sin más, volviendo a su celular.

-Supongo que he de alegrarme, estaré arriba.- avisé en las escaleras.

Fui a mi habitación para dejar el bolso, conectando mi celular a su cargador, para luego ir con Mali.

-Hey.- dijo ella lanzándose a mi cama.

-Iba justo a tu cuarto.- imité su acción.

-¿Fuiste a consulta?- preguntó girando su rostro para mirar mi perfil, limitándome de nuevo a solo asentir.

Suspiré y me senté al borde de la cama, posando mis codos en mis rodillas, llevando mi cabeza hacia abajo.- Es depresión.- dije lo suficientemente audible para ella.

-¿Que mierda?- bufó.- No Calum, ¿que? No puedes- se negó-, no puedes tener depresión, mucho menos cuando eres alguien que lo tiene todo, no tienes que quejarte de una mierda de tu patética vida, ni dejarte perder por nada, estas mal, estas jodidamente mal si tienes esa "depresión"- dijo con histeria, levantándose de la cama y colocándose frente a mi.

Sonreí anonadado con lagrimas en mis ojos, y decidí mirarla.- No sabes cuanta razón tienes.- asentí.- No puedo quejarme de nada de mi patética vida, porque el problema no es mi vida ¿no? El problema soy yo. La única cosa en la que he errado, es en ser yo, en no encajar, en que toda mierda afuera, sea todo lo contrario a mi, en ser hermano de alguien que es como los demás. Tienes razón, Mali, también mi jodido problema, solo fue confiar en ti.

-Deberías dejarte llevar por tu estúpida depresión,o mejor dicho, dejar de ser tú, y morir.- murmuró mientras caminaba a la salida y terminaba dando un fuerte portazo.

-No es mi culpa que todo está hecho para romperse.







Hey. (:

tal vez sea frecuente a la hora de actualizar, así como tal vez siga llevando lapsos de bloqueos, solo espero les guste, y disfruten de ella.

basado en hechos reales.

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⏰ Last updated: Apr 17, 2019 ⏰

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Enigma » c.hWhere stories live. Discover now