Juego del rey

Helena

Luego de que Daniel pasara la noche durmiendo en la calle fue despertado por una mujer de 20 y pico años más o menos

Daniel por un momento no lo pensó mucho, luego de sorprendió y abrió los ojos como platos

-¡¿Puede verme?!- Se levantó de golpe parándose frente a ella, quién solo se rió bajito

-Si, te veo, ¿eres un alma? ¿Qué haces por aquí? ¿Tienes tu escondite cerca?

¿Escondite? ¿Las almas se escondían de algo?

-Eh...ah, si! si si, claro, mi escondite está cerca pero...- Daniel se puso a pensar un poco mejor en la mentira que iba a decir, tenía que sonar convincente para poder cambiar su lugar con ella. Debía llevarla a la iglesia...De cualquier manera, ¿donde estaba él ahora? Nunca había estado por este lugar... -Pero no sé bien donde-

-¿Estás perdido?-

Daniel asintió con la cabeza y miró al rededor -Me...me escondo en una iglesia cerca de aquí...¿P-podrías llevarme?-

La mujer asintió con la cabeza y sin dejar su sonrisa, camino a la iglesia fueron hablando un poco, la mujer resultó ser de nombre Helena

-¿Y qué hacías por aquí chiquito?

-Estaba corriendo y no supe donde llegué, esa es toda la historia- Dijo el adolescente jugando de manera nerviosa con sus manos

-¿Estás asustado?

-No...No-

-¿Sabes algo?- Susurró Helena con un ligero sonrojo en sus mejillas -Yo si estoy asustada-

Daniel se volteó de manera rápida a verla, pensando que quizás, había sido descubierto

-Hoy le diré a mi novio que yo....- Continuó hablando Helena -Estoy embarazada- Volteó a ver a Daniel con una sonrisa encantadora, propia de una madre primeriza

Ambos pararon en seco, ya habían llegado a la iglesia

Algo se revolvió al interior de Daniel

No podía hacer esto

No a ella