cuatro

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-¡Buenos días!- dijimos los dos al mismo tiempo al entrar a la cocina. Mi padre, que era el único que se encontraba ahí sonrío e imitó nuestra acción. Mi madre no se encontraba, "de compras" fue la explicación de él cuando pregunté donde estaba. Uy, que sorpresa. 

Desayunamos los tres hablando de cosas triviales, desde cosas que mi padre leyó en el diario hasta cosas de la universidad, y cuando terminamos él se fue a buscar a mi madre y Luna a lo de su amiga Yam, por lo que quede solo. Solo con mi laptop por supuesto. 

-¡Amigo!- gritó Gaston del otro lado de la pantalla apenas pulse su nombre en Skype. Qué puedo decirles, mi amigo era un ansioso de primera. O me quería mucho, quién sabe.

-¡Hermano! ¿Cómo estás tanto tiempo?- Contesté alegre, es que vamos, hace dos meses que no veía a este idiota, ya lo extrañaba.

-Yo bien, normal como siempre, pero el que tiene cosas por contar no soy yo.- subía y baja sus cejas sugerente, largué una carcajada por lo idiota que se veía.- Si, si. Reite todo lo que quieras pero ya sabes de lo que hablo... ¿Qué onda con Luna?

-¿Qué onda de qué?- Todavía no le había dicho nada de mi plan porque él en ocasiones solía ser cierto... ¿como decirlo? No se le daba muy bien guardar secretos.

-Que son novios, idiota ¿Qué mas? No se por qué no me lo dijiste vos pero no importa.- iba a protestar sobre quién había sido el que le fue con el chisme, aunque ya estaba bastante seguro de quien era, pero él volvió a hablar sin dejarme hacerlo.- Es que amigo, se te notaba bastante eh.

-¿De qué hablas?- pregunte extrañado.

-De como la mirabas, idiota. Yo ya no te creía mas el cuentito de "mejores amigos".- hizo comillas con sus dedos mientras sonreía.

-¿Cómo la miro? Yo no la miro de ninguna manera rara.-contesté más a la defensiva de lo que hubiera querido.

-Si, amigo. ¿Te acordas cuando me vivías diciendo que se notaba que me gustaba Nina por como la miraba? Bueno es exactamente lo mismo, y nosotros ya estamos cerca del año, eh. - me guiño un ojo. Sí, recuerdo exactamente como él la miraba, le brillaban los ojos y parecía como si fuera lo mas importante en su vida... Pero yo no miraba a Luna de esa manera ¿O si?- Matteo. ¡Matteo!- me hizo salir de mis pensamientos, gritando por supuesto.

-¿Qué? ¿Qué te pasa?

-Nada, que te quedaste tildado, como ido.- se encogió de hombros y siguió hablando como si no notara lo idiota que me había dejado su comentario ¿a mi me gustaba mi mejor amiga?- Asique contame... ¿Como va su relación? ¿Son de esos que viven como dos chicles pegados todos el tiempo, o pueden respirar de vez en cuando?

Seguí contándole sobre mi supuesta relación con mi mejor amiga, sin decirle que era todo una farsa para mis padres porque justamente a él le caían bastante bien ellos y al parecer mantenía una muy buena comunicación con mi madre, no me quería arriesgar a que se le escapara accidentalmente nuestra pequeña mentira. Mejor prevenir que curar.

Después de eso él me contó como iba su relación, como le iba en la facultad y el odio que le tenían sus profesores. "Yo no los entiendo, si soy un angelito" Si... claro.
Ya habían pasado al menos dos horas cuando escuché la llave ser puesta en la puerta de entrada, no le presté atención ya que seguramente eran mis padres y seguí hablando con mi amigo, con los auriculares puestos.
Me sobresalte al sentir dos pequeños brazos abrazarme de atrás, seguido de su cara al lado de la mía.

-¡Luna!- exclamó Gaston sonriendo. Miré hacia arriba, hacia donde ella estaba parada, y sonreí por cómo se reía por la efusividad de mi amigo.- ¡Ahí está la mirada! Que mentiroso sos, Matteo.- Gaston negó con la cabeza como si estuviera realmente decepcionado y yo entré en pánico. Sin contestarle cerré la laptop, cortando la llamada automáticamente.

-¿Y eso qué?- preguntó ella extrañada mientras se sentaba en la silla que estaba a mi lado y me miraba fijamente.

-Nada, solo me cansé de él. - me encogi de hombros, tratando de parecer despreocupado cuando en realidad mi corazón latía a un ritmo realmente extraño.

-¿Y de qué hablaban?- preguntó mirándome fijamente, como si supiera que le estaba ocultando algo.

-De nada importante- respondí encogiendome de hombros, tratando de que no se note que le estaba mintiendo. Al parecer no soy muy bueno porque rodó sus ojos y se levantó molesta. En menos de dos segundos estaba siguiendola para evitar que no esté días sin hablarme, como ya había hecho algunas veces. Ella realmente odia que yo le mienta y oculte cosas.

¿novios? [lutteo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora