¿novios? [lutteo]

cinco

—Si vas a mentirme mejor no me hables, Matteo.— habló antes de que los dos llegáramos a su habitación, justo antes de que cerrara su puerta en mi cara. De un portazo realmente fuerte. Sin poder contenerme solté una maldición por el susto que me causó y escuché su carcajada del otro lado de la puerta.—Sigo enojada, idiota.—dijo como si realmente pudiera ver la sonrisa en mi cara a causa de su risa.

—Perdón, amiga, no quería mentirte— del otro lado no se escuchaba nada. Solo habia silencio. Lo que era realmente raro en nuestra casa, teniendo en cuenta que Luna y yo prácticamente hacemos competencia de quién dice más palabras por día. Aunque gana ella, pero yo la sigo muy de cerca.— Es que... Gaston dijo algo raro y yo no quiero, ya sabes, que te asustes.— ya para ese momento me encontraba sentado en el piso y apoyado en la puerta de la habitación, por lo que me asusté y caí para atrás cuando la puerta se abrió de repente. Ella sonrió, pero no rió por mi caída por lo que quería decir que se había quedado pensando o analizando mis palabras.

—¿Gaston dijo algo malo? ¿Le pasó algo a él, a Nina? ¡Habla Matteo!—dijo todo de corrido, mientras yo me levantaba, sin pararse siquiera a tomar aire. Sus ojos ya se encontraban humedecidos y preocupados.

—Tranquila, linda. ¡Está todo bien!—la atraje a mis brazos sin poder contenerme y ella soltó un suspiro tembloroso.— Mi chiquita miedosa—susurre y ella negó con la cabeza. Se separó de mi y se sentó en su cama, la seguí y me senté a su lado. Me miró expectante y me sentí realmente nervioso. Mi corazón latía como un loco y casi que sentía el sudor bajando por mi espalda. Algo asqueroso y muy exagerado ¡pero no podía controlar a mi cuerpo! Solo lo diría y ya.

Vamos Matteo no es tan difícil decir que te gusta. Aunque... No me gusta. Es decir, solo tendría que decirle lo que me dijo Gaston, no es que yo apoyara su pensamiento de que yo estoy enamorado de mi mejor amiga. Claro que no.

—¿Y entonces? —preguntó, sacándome de mis pensamientos y mirándome confundida por mí extendido silencio.

—Eh... No es nada interesante en realidad.— me encogi de hombros y ella rodó los ojos para luego levantarse de la cama. Rápidamente tomé su mano y tire de ella para que se volviera a sentar.—Bueno, ya... no te enojes Luna—dije e hice un puchero sin darme cuenta. Definitivamente no iba a madurar más.

—Es que das miles de vueltas, Matteo. Y me estas por mentir de vuelta. Neta no tengo ganas de escuchar como me mientes asique mej

—¡Gaston piensa que me gustas!—exclame antes de que se pudiera levantar de la cama. Ella se quedó congelada en su lugar por unos segundos, para después sonreír. Espera ¿por qué sonreía la loca?

—¿Y eso te tenia tan nervioso?—soltó una carcajada y yo me puse aún más nervioso si era posible.

—Si-i es que-e ya sabes, no quería confundirte por una estu-upidez de Gaston.—hablé demasiado rápido, tartamudeando mucho, para mi gusto y ella rió todavía más.

—Es obvio que eso son suposiciones de Gaston sino... —se volvió a sentar a mi lado, solo que más cerca. La miré confundido —no te pondría nervioso esto—puso su mano en mi pierna, apoyándose para luego inclinarse lo suficiente como para que no pasara el suficiente oxígeno entre nosotros. Estoy seguro de que mis ojos están a punto de salirse de su lugar, y que mi corazón está por seguirlos. Sus ojos eran aún más brillantes de cerca y su sonrisa, que en este momento era burlona, mucho más bonita. Sacudi la cabeza para salir de mis pensamientos y ella se alejó, todavía sonriendo.

—¡Ya lo sabía!— dijo riendo y parándose de la cama—no le hagas caso a Gaston, la universidad y Nina lo deben tener algo... traumado.—se encogió de hombros y yo no hablé, no podía salir de mi asombro—¿vamos a preparar la cena? Tus padres deben estar por llegar.— no me dio tiempo a responder, por suerte, ya que todavía estaba congelado en mi lugar, y salió por la puerta.

¿Qué carajos había sido eso?