Jungkook se encontraba confundido, tenía un fuerte dolor de cabeza y un hambre terrible. Seguía sentado en la cama, pensando en todas las personas,cada probabilidad ¿ quien habrá hecho esto? pero no encontraba ninguna pista o algo que le ayudara a resolver el pequeño dilema que se creaba en su cabeza. El nunca había tenido enemigos y menos había tratado mal alguien a tal grado de que le hiciera pasar por esto, el no es así el siempre fue una persona amable y solidaria; o tal vez lo hicieron por una necesidad, pero de todos modos sonaba muy poco convincente esa idea.
Era momento de olvidar ese tema; necesitaba urgentemente comer y descansar. Llevaba ya mucho tiempo sin probar algo de alimento y agua, también necesitaba reconciliar el sueño, se notaba en su mirada que realmente necesitaba un merecido descanso. Su estomago pedía a gritos comida y sus ojos se cerraba lentamente, pero siempre que se disponía a dormir y se acostaba el sueño desparecía por arte de magia.
Se puso de pie con mucha flojera y pesadez, y comenzó a golpear la puerta otra vez ,con sus manos en puño.
-¡¡¡OYE!!!AMO tengo mucha hambre- Se sentía raro nunca antes había tenido que llamar alguien con ese apodo.Golpeó la puerta con más fuerza al no escuchar respuesta, y sus gritos se hicieron mas fuertes hasta el punto de hacer crujir la puerta de madera.
Mientras tanto el mayor moría de la ira, el joven jungkook parecía gata en celo con esos gritos que daba, el señor secuestrador hacia un leve masaje en su sien para tratar de disminuir el dolor de cabeza que le estaba provocando este niño; su poca paciencia se estaba Agotando.
-¡¡ALIMENTAME!!-. El mayor de los dos se puso de pie y subió escalera arriba para dirigirse al cuarto de la gata; tenía sus manos en puño y su ceño fruncido, busco en el bolsillo de su pantalón las llaves de la habitación de jungkook y abrió la puerta con mucho coraje. Y ahí se encontró al joven otra vez sentado en el suelo todavía gritando a pesar de que ya se encontraba su hyung en la habitación.
- Hasta que apareces, me puedes dar de comer- dijo el joven jungkook con una enorme y fingida sonrisa en su rostro.
El mayor paso con furia a la habitación y tomo del cabello de jungkook y lo jalo con demasiada fuerza; los nudillos de su mano se estaban estaban perdiendo color, por toda la fuerza que aplico al agarrarle el cabello, comenzó a jalar de los cabellos para arrastrarlo por el suelo; mientras tanto el joven tomaba las manos de su hyung para intentar zafarse y gritaba con mucha fuerza por el dolor y ardor que sentía.
-¡ Suelteme por favor!- decían entre pequeños sollozos y gritos demasiado agudos. no había pensado que al gritarle podría hacerlo enojar, tendría que pensar ahora en adelante cada una de sus acciones.
-Voy hacer que aprendas a guardar silencio maldita gata- gritaba el mayor mientras sacudía con violencia los cabellos de jungkook, jalo de ellos hacia arriba para que el menor se pusiera de pie; y funcionó- Espero que aprendas - dijo mientras tomaba el mentón de jungkook y le susurraba estas últimas palabras, acompañada de una sonrisa cínica y enferma. Y Con toda la ira y furia que tenía empujo al joven a la cama.
-¡Quítate la ropa!.
-No me pienso quitar nada.- menciono jungkook intentando retar un poco a su secuestrador.
-No lo vas hacer?- se quito rápidamente el cinturón negro que sostenía sus pantalones y golpeo a jungkook con este en la espalda- QUE TE QUITES LA ROPA!!.
Un grito de dolor se escucho en toda la habitación, las lágrimas comenzaron a salir, jungkook cerraba con fuerzas sus puños, y apretaba con fuerza su mandíbula. Estaba aterrado pero obedeció a lo que se le ordenó, quito con mucho trabajo su camiseta, y pudo notar la marca roja que tenía marcada en la espalda le ardía demasiado al moverse. Después comenzó a desabrochar el botón de su pantalón y bajo la cremallera, para a continuación bajar este.
Un escalofrío recorrió todo su cuerpo al sentir el aire helado chocando con cálida pie y también por que sentía una atenta mirada. Su hyung lo miraba atentamente, cada movimiento que el menor hacia, guardando en su mente cada pequeño detalle de su cuerpo.-Te tienes que quitar toda la ropa. Menciono mientras se dirigía a prender la luz.
Ahora todo era más claro no solo había una cama en la habitación si no también un closet , una pequeña mesita a lado de la cómoda cama y un pequeño baño.Jungkook bajo la mirada apenada y un suspiro salio de su boca y bajo lentamente lo único que lo cubría, su bóxer.
-Ahora colocate boca abajo en la cama- dijo con voz dominante, mientras se acercaba a la pequeña mesita que había a un lado de la cama. El mayor dejo el cinturón color negro en la mesita y bajo rápidamente al primer piso de la casa cerrando la puerta de la habitación tras de el, se dirigió a la sala acercandose a uno de los muebles que era realmente viejo y de uno de los cajones saco una cuerda; regreso a paso lento hasta la habitación, cada paso que daba era una enorme tortura para jungkook su sudor era frío y sus ojos estaban totalmente cerrados esperando lo peor, cuando el mayor estuvo adentro de la habitación amarro con fuerza las manos de jungkook para que no pudiera moverse o zafarse. La respiración del menor era agitada, sentía un enorme nudo en su garganta y un enorme miedo que provocaba pequeños escalofríos en todo su cuerpo.
El mayor volvió a tomar el cinturón y se coloco atrás de jungkook donde podía apreciar de mejor manera todo su cuerpo.
Y el primer golpe se hizo presente, dejando otra marca roja pero esta vez en el trasero del menor. Golpe tras golpe junto a gemidos y gritos del menor, ardía como no tenían idea, cada vez los golpes se hacían mas fuertes y ya no fueron solo en su trasero, también se agregaron a espalda, brazo y y piernas dejando rojo el cuerpo del menor. Sus lágrimas salían, y se retorcía en su lugar, mordía con fuerza sus mejillas cada vez que el cinturón chocaba contra su roja piel. Y el mayor solo disfrutaba del dolor del más pequeño.
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Fueron alrededor de 15 golpes y el mayor ya estaba aburrido así que dejo de hacerle daño y se volvió a colocar el cinturón; una enorme sonrisa adornaba su pálido rostro y salió de la habitación sin desatar a jungkook.
Un portazo sonó al desaparecer el secuestrador, la muñecas del menor estaban rojas por cada roce que hacía con la cuerda al tratar de zafarse.
Sus ojos se encontraban otra vez rojos al igual que sus mejillas y cuerpo, se comenzó a mover con cuidado para encontrar una posición cómoda para dormir.
Pero como encontraría una si todo su cuerpo estaba a dolorido por tantos golpes. Esta vez intentaría dormir un poco para olvidar el gran dolor que le habían causado.
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Save me
De TodoUn amor y el síndrome de estocolmo , el gran misterio de como es que te puedes enamorar de tu secuestrador