1. Primer día de clases

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Caminaba con sigilo por la calle, con mis botas grises, cómodas. Como si estuvieran moldeadas para mi pie, mi bolso, colgado en el hombro izquierdo, se movía de un lado a otro. Al llegar a la paradas del bus, me senté a esperar en los incómodos bancos. Generalmente siempre esperaba entere quince y treinta minutos; pero parecía que sería una excepción, ya que el bus llegó en menos de 10 minutos. Me paré de mi lugar y me dirigí a la puerta de este.

Escogí un lugar y me coloqué el bolso en mi regazo, lo abrí y de allí saqué un pequeño paquete de bizcochuelo que me habían regalado en una cafetería. Al abrirlo me di cuenta, que, no todo lo regalado está mal. Ya que tenía bastante buena pinta. Me lo metí en la boca y aprecié el bocadillo. Al terminarlo tiré el papel por la ventanilla, uno más al mundo no le haría nada. En fin; con 19 años cumplidos, ¿Porqué me tendría que preocupar por un simple papel?

(...)

Me dormí, al despertar, me di cuenta que me pasé dos paradas, ¿Con que así empezaba mi día? Me levanté como rayo y caminé por el pasillo de aquel bus. Apreté el botón para indicarle al chofer que ya había llegado mi parada, pero éste se ve que no lo escuchó, muy bien, tres paradas pasadas; esta vez apreté el botón cinco veces consecutivas y el chofer se quejó, parando en esa parada. No me tome el tiempo para quejarme, simplemente bajé de allí, comencé a caminar y el frío amenazó con llegar, ya que era obvio por mi atuendo;

 No me tome el tiempo para quejarme, simplemente bajé de allí, comencé a caminar y el frío amenazó con llegar, ya que era obvio por mi atuendo;

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Al llegar a la universidad Status camine por los pasillos con algunas risas de chicas y miradas atractivas en mí de chicos. A las chicas las ignoré, y a algunos chicos les guiñaba el ojo. Al llegar a la clase vi algunos chicos. Una fila con el celular, otros haciendo.. Lo que parecían trabajos, y luego estaban los típicos arrogantes.

Me senté en un banco sola sacando mi celular. Qué pensar, mi mejor y única amiga la cual no había llegado, ¿Qué iba hacer parada por allí?. Pasando minutos entre redes sociales; noté como un chico se sentaba con una sonrisa arrogante al lado mío. Rodé los ojos al ver como me veía.

—¿Qué miras?— dije exhausta de su mirada en mis senos.

—¿Cómo te llamas?— preguntó por fin mirando mis ojos.

—¿Te importa?— dije golpeando mi celular contra mi muslo.

—Primero mi respuesta, luego la tuya.

—Ashley.— rió.

—¿Qué?— dije enarcando una ceja.

—Tienes nombre de zorra— dijo jugando con el cordón de mi blusa.

—Y tú cara de mujeriego, y nadie te dice nada— dije quitando su mano con brusquedad mientras sus amigos abucheaban y reían diciendo "te mató amigo".

—Yo la mataré cuando esté sola— dijo y me dieron unas ganas inmensas de pegarle una cachetada, pero me contuve cuando el profesor entró por la puerta; y el imbécil se sentaba en su lugar con su grupito.

(...)

Ya habían pasado las 7 horas que tenía, esperaba a que sonara el timbre, completando la octava hora. Miraba y miraba el reloj, cada segundo que pasaba, se me hacía un infierno. Al final, el timbre tocó, me paré de mi lugar y me colgué el bolso por el hombro izquierdo. Caminé por los pasillos y fui a la dirección a entregarle algo al director, plata.

Al salir de la dirección casi no habían chicos, o más bien no habían. Camine por los largos pasillos y en el camino el chico imbécil apareció en mis ojos, vino hacía mí y se interpuso en mi camino.

— Muévete.— dije seca. Rió pero no se movió.— ¡Que te muevas idiota!— dije corriéndolo a un lado y siguiendo mi camino. Pero noté como me agarraban de la cintura y me besaban en el cuello.

— Eres una zorra muy sexy— dijo mordiéndome el óvulo de mi oreja. Me giré lo mire a los ojos, luego sus labios, y nos besamos. Fuerte y apasionado, mordía mis labios, yo el suyo. Cuando me estampó contra la pared y bajó su mano a mi trasero, y yo pasé mis manos por debajo de su remera.— Eres tan fácil— dijo riendo.

— Y tu tan caliente— le tire del pelo y lo separé poniendo mis manos en su pecho— Pero no tengo tiempo— dije sonriendo y siguiendo mi camino... ¡¿Qué había hecho?! No sé, pero tenía que repetirlo.

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¿Zorra dicen? Jajaja.

Espero  hayan disfrutado este primer capítulo!♥

La vida de una zorraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora