Parte 4

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Ya dentro de casa y con la decisión tomada desperté a las chicas, las cuales me siguieron hasta el salón, junto con Cayetana, era el momento de explicarlas la verdad.

-Voy a ir directa al grano- expliqué- necesito que, por favor, dejéis a Cayetana vivir con nosotras- si no preguntaban no explicaría la razón y rezaba porque así fuera, pero Lucero preguntó

-¿Por qué?

-El nuevo marido de mi madre nos maltrata- en ese momento me quité las gafas de sol y la mascarilla, que había llevado en todo momento, las chicas abrieron la boca, estupefactas.

-Explícate- pidió Alex

-Cuéntanos la historia completa- coincidió María, tome aire y comencé a explicarlas

-Cuando vine aquí junto a mi madre se enamoró de un hombre, parecía super cariñoso y amable, pero enseguida comenzó a insistirle a mi madre para que viviesen juntos, en ese momento algo comenzó a preocuparme, la cosa fue a peor, cuando vivíamos juntos ese hombre comenzó a prohibirla hablar con cualquier persona, luego la obligó a dejar de trabajar y por último si no hacía lo que el decía la pegaba- suspiré agotada, si nada de esto hubiera pasado...- un día me harté y comencé a recibir las palizas de mi madre además de las mías, al año siguiente, Cayetana vino a vivir con nosotros por lo que comencé a recibir también las suyas, no podía hacer nada más y lo demás... ya lo conocéis.

Lucero corrió a abrazarme con lágrimas en los ojos, por eso no quería contarlas nada, no soportaba ver a Lucero llorar, si lo hacía algo en mí se rompía, pero junto a ella se unieron Alex y María. Daniela tan solo se quedó sentada, lo entendía, ella siempre había sido así y no pretendía que cambiase por contarle esto, todas seguían siendo igual, sonreí con añoranza mientras las alejaba de mi.

-Claro que se puede quedar- sollozó Alex

-Y te ayudaremos a tapar ese moratón- Daniela habló por primera vez en la madrugada, sonriendo lentamente, tal vez su hubiesen cambiado un poco.

A la mañana siguiente, ya duchada y vestida, Daniela me había sentado en una silla en el salón, para maquillarme durante 20 minutos, para cuando terminó Lucero colocó la cámara frontal, en su móvil, a modo de espejo, no había rastro de los moratones y lucía genial, abracé a Daniela, que apenas se movió y cuando me separé me dí cuenta, estaba jodida. Si no encontraba el vestido estaba muy jodida, no podía hacer que los chicos fallasen en la sesión de fotos.

Me separé de Daniela y, como loca, comencé a rebuscar por cada rincón de la casa, la voz de Lucero me sacó de mis nervios, aunque solo por unos segundos.

-¿Qué buscas?- era cierto, si se lo decía tal vez lo encontrase antes, con su ayuda

-Busco el vestido que compré con los chicos el miércoles- María Alex y Daniela comenzaron a reír.

Miré a las chicas un tanto perdidas, ¿qué estaba pasando?

-Tae trajo la bolsa ayer, con tu ropa- explicó Alex, tratando de ahogar una carcajada

-Le dijimos que nos la diese, que te la devolveríamos- y de repente volvieron a reír a carcajadas

-Tae pegó la bolsa a su pecho- Daniela trataba de aguantar la risa, al igual que Alex antes, para continuar- y la abrazó como si de un tesoro se tratase- al final soltó la carcajada que había estado reteniendo- Tae incluso ponía pucheros mientras se negaba a dárnosla

-Parecía un niño- concluyó María, tras esa explicación no pude evitar reírme como las demás, la imagen de Tae haciendo esas cosas era demasiado divertida. 

Cogí la mochila de mi cuarto, pero Lucero entró y me quitó la mochila, al parecer la sesión de fotos duraría todo el día, asique dejé la mochila junto a mi cama y salimos de casa, me despedí de Cayetana, quien se fue a su escuela, y junto a las chicas nos dirigimos a la academia de idols.

Nada más ver a Tae me acerqué a él, que me miró feliz, me entregó la bolsa con la ropa que usaría y me sonrió, comenzamos a hablar cuando alguien me tocó el hombro, pegué un pequeño salto, y cuando me giré para comprobar quien era ví a JungKook, le veía un poco cambiado, aunque no entendía por qué, le invité a unirse a la conversación pero el no habló en ningún momento, tan solo me observaba, y comenzaba incomodarme, por suerte la profesora llegó, acompañada de un hombre realmente apuesto que colocó algunas cosas cerca de la puerta, luego se presentó y la profesora explicó el orden en el que iríamos. María y yo seríamos las últimas ya que al ser tres nos tomaríamos más fotos.

-Chicos, antes de que valláis a prepararos- nos llamó la profesora- recordad que los que mejor lo hagan tendrán un premio además de un 100 en modelaje- todos asentimos y cada uno fue al baño para comenzar a prepararnos.

Sing For Me JungKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora