Por fin llegó el jueves, y tras acompañar a mi prima hasta la habitación, que ocupaba junto a una amiga suya, después de haberla ayudado en unos cuantos ejercicios, volvía a mi casa, sonaba tan bien llamar a ese lugar mio, era realmente alegre en ese momento; vivía con mis amigas, había conseguido acercarme a los chicos de una forma amigable, mi prima cada vez iba mejor con el coreano; las cosas estaban mejorando notablemente.
Tras caminar un largo rato por las luminosas calles de Seúl, llegué a la calle en la que se encontraba mi casa, mi mente buscaba una idea para el disfraz que usaría, pero nada se me venía a la mente, y es que a Alex se le había antojado que todos nos disfrazásemos aprovechando que era Halloween, y con eso incluía a los chicos, que habían aceptado, gustosos con la idea.
Abrí la puerta de la casa y, tras descalzarme y colocar mis zapatillas en la entrada de la casa me senté en el sofá, junto a María, que se encontraba mirando al techo, como si estuviese pensando en algo, María resopló y me miró, como si comprendiese, supiese o sintiese lo que pensaba.
-¿Ya tienes idea de lo que te vas a disfrazar?- pregunté a lo que María negó, suspirando de nuevo-Ya somos dos- María se levantó, mirándome de frente
-He buscado ideas por internet, pero todas son clichés, que si ángeles, demonios, muñecas...- volvió a sentarse, tratando de estar quieta, recuerdo que cuando se ponía nerviosa andaba de un lado a otro y acababa diciendo incoherencias, aunque al parecer estaba tratando de acabar con esa manía suya
-¿Y porqué no te disfrazas de carcelera?- María abrió los ojos, sonriendo, al parecer le había gustado la idea
-Podría ser- pensó por un momento y volvió a hablar- muchas gracias Unnie, por cierto mañana iremos por los disfraces, no te olvides- me sonrió para salir del salón hacia quién sabe dónde.
Estaba jodida, todas sabían de que disfrazarse mientras que yo ni me acercaba, cualquier traje que me viniese a la cabeza ya lo habían pensado mis amigas y habíamos quedado en no repetir ningún disfraz, esto iba a ser difícil.
Lucero se disfrazaría de Marilyn Monroe, Daniela de muñeca asesina; se había creado incluso una historia para su disfraz, cuando nos lo contó todas habíamos comenzado a reír como locas, era un disfraz no una película; Alex se disfrazaría de pirata; fue la primera en decirnos el disfraz que usaríamos, citando así la regla de no repetición con los disfraces; María se disfrazaría de carcelera, y yo... no tenía ni idea, al día siguiente miraría con las chicas en la tienda, cogiendo así el disfraz que más me gustase y mejor me quedase.
Me desperté por primera vez, en bastante tiempo, antes que las chicas, me puse mi uniforme y bajé a la cocina, a preparar un café, tenía pensado comentarle a las chicas una pequeña idea que se me había ocurrido la noche anterior, con respecto al cumpleaños de Alex.
Habíamos decidido decorar la casa, y celebrar la fiesta en esta, pero no habíamos dicho nada de un pastel ni nada, asique con suerte tal vez me dejasen encargarme de este para el cumpleaños.
Como todas las mañanas Alex fue la última en bajar, dejándome así el tiempo suficiente para contarles mi idea a las chicas, todas aceptaron, pero con una condición, a Lucero la repostería se le daba mil veces mejor que a mí, por lo que la haría junto a ella, mientras alguna distraía a Alex fuera de casa.
Ya en la sala de baile, comenzamos a calentar, teníamos que crear una coreografía para nuestros solos, al parecer no tardaríamos en comenzar a trabajar con nuestros grupos. Todo el mundo se colocó en un lugar apartado para ir pensando en su coreografía, yo mientras me coloqué mis casos y le di al Play, comenzando mi solo, repetí la coreografía una vez tras otra ya que la había preparado casi por completo; la canción era bastante movidita, por lo que los pasos eran muy rápidos; para cuando quise darme cuenta tenía al instructor de baile detrás de mí.
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Sing For Me JungKook
FanfictionEl chico se giró y se quedó mirándome, al igual que el peli-naranja, que se encontraba en su sitio hablando con el otro chico. Tae sonrió algo avergonzado a lo que blanqueé los ojos, como era eso posible, era mi sitio y no me cambiaría por un chico...