Capítulo 5

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También hay una historia de la llorona para niños, sólo que en esta se omiten varias situaciones que ocurren en la leyenda original y únicamente la historia se centra en el hecho de un fantasma con silueta de mujer que se dedica a espantar a los pequeños que no cumplen con sus deberes o que simplemente desobedecen a sus padres. Algo así como el mito del "hombre del costal".

Continuando con las historias de la llorona, he escuchado una que dice que ese famosísimo espectro se les aparece a los hombres que trasnochan o que engañan a sus esposas.

En un principio se muestra como una bella mujer que está mojando su linda cabellera con agua de río. Sin embargo, en el instante en el que detecta que su víctima está cerca, se gira rápidamente revelando un rostro aterrador en el que prácticamente ya no hay carne, sino simplemente huesos y algo de piel colgando.

Por si eso fuera poco, la criatura no deja de llorar amargamente hasta que el sujeto sale despavorido en dirección a su domicilio.

Leyenda de la Llorona Corta (Historia Verdadera)

La historia de la llorona corta nos señala claramente que se trata de lo que los especialistas en materia paranormal definen como una "alma en pena" que vaga por las calles oscuras de los pueblos, lamentándose por una serie de circunstancias que le ocurrieron en su pasado.

Desde luego, otro de los factores que hacen que la historia de la llorona no haya perdido ni un ápice de credibilidad es que las personas se siguen asustando con este personaje, tal y como ocurría en los primeros días en los que surgió la leyenda.

En algún momento de la historia, los habitantes de la Nueva España en lo que en la actualidad se conoce como la Ciudad de México, vivían atemorizados pues había un toque de queda.

Eso significaba que, a determinada hora de la noche, las campanas de la catedral sonaban anunciando que ninguna persona podía salir de sus casas, ya que cualquiera que fuera sorprendido rondando por las calles, sería llevado de inmediato al cuartel en donde se le impondría la pena de muerte.

Sin embargo, invariablemente las velas que había dentro de las casas, se encendían casi al mismo tiempo, es decir, a la media noche en los días en los que había luna llena.

La gente saltaba de sus camas gritando, pues aseguraban haber escuchado los sollozos y gemidos de una mujer. Lo primero que hacían los hombres de la casa, era salir de sus habitaciones y revisar que las puertas y ventanas estuvieran correctamente a trancadas, pues podía ser que una pordiosera hubiera entrado a la morada en busca de alimento.

No obstante, al no encontrar nada volvían a su cuarto, para intentar dormir, aunque a veces era prácticamente imposible volver a conciliar el sueño. A medida que pasaban los días, el llanto se hacía más y más fuerte.

Por ese motivo, los más valientes del lugar decidieron salir a ver de donde provenían esos sonidos. Cabe mencionar que la única luz para alumbrarse con la que contaban estos individuos, era la proporcionada por la luna.

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