Capítulo Diecisiete.

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Me encontré con Richard, mirándome de pies a cabeza.

-Ni sueñes que saldrás así- exclamó apuntando a mi vestimenta.

-¿Me miro mal?- pregunté volviendo a mirar mi ropa.

-No tonta, estas hermosa- Dijo en tono más suave.

-Me asustaste tonto, tu tampoco estás nada mal Camacho- hice un escaneo de su vestimenta, llevaba puesto unos jeans negros, con botas cafés, una playera de tirantes como entre blanco y café, y su chaqueta blanca, claro sin olvidar las cadenas que colgaban de su cuello.

-Gracias hago lo que puedo- Dijo fingiendo una voz "elegante".

-Eres un idiota- dije riendo.

-Tengo que hablar contigo Carolina- Dijo seriamente, me tomo por sorpresa, ya que unos segundos atrás estábamos riendo.

-Claro- Me senté y el hizo lo mismo- ¿Sobre que hermano?- dije curiosa.

-Mmm... ¿que sucede entre Joel y tu?- a eso llamó ser directo, mi pulso se aceleró y mis nervios se hiceron presente.

-¿Que sucede? Pues suceder así de suceder pues nada, pero...-las palabras no salían claramente de mis labios.

-Ok, quieras o no me lo confirmaste- Dijo sonriendo.
-Pero...- trate de excusarme.
-Oye Caro, tranquila, no me molesta- podría asegurar que de temas raros que eh hablado con mi hermano, definitivamente este era el más raro.
-Richard yo...- no tenía ni una idea de lo que estaba diciendo.

-Caro, en verdad no me molesta, ¿que sientes por el?- mi confianza con Richard era grande, pero en ese momento estaba más que nerviosa.
-No lo se- baje la mirada- nunca me había sentido así, a su lado siento que no me importa nada- eleve la mirada y mi hermano sonreía.
-Se que te cuidará- se paró, pero antes de que diga algo, hable.

-¿Por que me preguntaste esto?... si sabías que me cuidaria- se sentó de nuevo.

-No lo se Carolina... no quiero que vuelvas a sufrir... No digo que Joel te va lastimar, confío en el, pero eres mi niña- su cara de ¿angustia? Me preocupaba.

-No entiendo- sentía confusión.
-No quiero verte crecer, solo eso...- tomó mi mano- Se que es tonto Carolina, pero tu eres mi pequeña, no quiero perder a mi niña... esa que dormía conmigo en las noches de tormenta, esa que me empujó a la piscina, sólo por aventarla a su pastel de cumpleaños, esa que sin importar las cosas siempre estará conmigo- después de sus palabras, me miró a los ojos, los míos estaban cristalizados.

-Richard... siempre seré tu pequeña- una lágrima rodó por mi mejilla, me paré y lo abracé como nunca- Promete que nunca me dejarás sola- El lloraba, yo lloraba.

-Nunca te dejaré sola Carolina, te lo prometo- Dijo acariciando mi cabello- ahora deja de llorar, que arruinaras tu maquillaje- nos separamos y le sonreí.

-Claro, ya vengo- Me puse de pie y me dirigí a la puerta- Richard te amo- dije antes de salir, me miro y sonrió.

-También te amo hermanita- le sonreí y fui hacia mi habitación.

Me mire en el espejo y corregí un poco mi maquillaje, escuche un auto, me asomé por la ventana y era el auto de papá, miré a mi madre y a Richard subir al vehículo, debíamos irnos, me apresure, tome mi bolso, mi celular, para salir rápidamente, salí y cerré la puerta de mi habitación.
Y lo vi, bajando las escaleras, pero se detuvo, quizás escucho el sonido de mis tacones, se dio la vuelta haciendo un escaneo de los pies a la cabeza.

-Wooooow- susurró sonriendo- Estas hermosa-  dijo subiendo los escalones para pararse a centímetros de mi.

-Gracias- dije con la mirada en el suelo, con su mano levantó mi mentón, para obligarme a mirarlo.

-Realmente preciosa- ¿Por que tenía que torturarme de esa manera? sus ojos Cafés, estaban mirando fijamente a los míos.

-Bueno tu no estas nada mal, estas hermoso- sonreí, llevaba puesto, unos jeans azul marino, una camisa blanca, con siete botones, y el primero desabrochado, con sus botas negras y el cabello un poco alborotado.
Sonrió y negó levemente, se acercó con un sólo objetivo; mis labios. Decidí por hacerle una pequeña broma, cuando sus labios estaban a milímetros de los míos, desvíe mi cara y le di un cálido beso en la mejilla.
-Un beso perfecto, pero no era lo que buscaba- Dijo riendo aún con sus ojos cerrados. Me tomó del cuello, y me tente por ir a sus labios, pero quise seguir con mi juego, me desvíe y le di un beso corto en la nariz-¿Estas provocandome Carolina?- Dijo susurrando.
-Creo que nos están esperando en el auto- dije tratando de no reír.
-Si, claro- bajo primero que yo, y antes de que pudiera pisar el primer escalón, me ofreció su mano.
-Gracias caballero- le sonreí.
-De nada mi señorita- salimos, obviamente por separado, sería raro salir tomados de la mano, entre al auto y pude ver la sonrisa de Richard(Imagínense la preciosa sonrisa de mi bebé sjdjdi<3 las dejo que sigan leyendoxdxd) era raro saber que tu hermano sabe que te gusta su amigo, el viaje fue bastante largo, cuando llegamos comencé a buscar el auto de mis tíos, pero me di por vencida al no encontrarlo, cuando un auto blanco, llamó mi atención, ellos habían llegado.

Primero bajaron mis tíos y al final mi odiosa prima.
Ella me miro y rodó sus ojos, sólo que fingió una sonrisa, era raro, a pesar de que mis tíos y mis padres, se llevan de maravilla, ella y yo, ni en pintura nos podemos ver.
-¡Hermano!- exclamó mi tío al ver a mi padre, llego hacía el y se dieron un gran abrazo, amaba su relación, a pesar de los años, nunca dejaron de decirse cuanto se querían, abracé a mi tía y pude ver como mi prima clavaba sin disimulo alguno, su mirada, sobre Joel.

-¿Como estás prima querida?- su hipocresía me cayó bastante mal.

-Hola Madison- giré mis ojos, en su cara.

-¿No nos presentan, prima?- Dijo colocando su mano sobre el hombro izquierdo de mi Joel.

Más que amigos. |Joel Pimentel| (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora