5.¿Fugarnos?

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-¡Por favor, para Sonia!


Mi tutora azotaba con dureza mi tan castigado trasero. Los azotes hacían que me ardiera la piel y me dolía.

- No voy a parar niñata, vas a aceptar tu castigo y te quedarás en esta habitación hasta que yo lo diga. Estarás sin salir una semana y estudiarás todo el día, tienes trabajos dobles.


¡Zas! ¡Zas!

-Sonia ¡por favor! - le suplicaba aguantando mis lágrimas.

-Ni por favor ni nada. Así aprenderás a no meterte en asuntos ajenos.


De repente se me ocurrió una idea. Tenía que probar.

-Estás desautorizando a la directora de la señora, ella dijo que me castigaras dentro de dos días, por lo tanto, si se entera se enfadará contigo.


Sonia se quedó un momento pensativa.

-Con que esas tenemos ... está bien, será dentro de dos días, pero lo de estar una semana sin salir sigue en pie.


Las dos nos mirábamos desafiantes, pero esta vez ella tenía más poder sobre mí, no se si era su enfado porque la verdad es que en su mirada se podía ver claramente su rabia. Había pasado de ser una santurrona a ser malévola.

De un portazo cerró la puerta de mi habitación y todo volvió a quedarse en silencio ... Me tumbé en mi cama boca abajo por el dolor de mis nalgas. Abracé a mi almohada y por fin pude dormir.


-Andrea, despierta.- Me susurraba una voz al oído.- Vamos no seas vaga, despierta.


Abrí mis ojos y era Ángela.

-¿Qué ... qué quieres Ángela? -Pregunté adormilada.

- Todas estaban preguntando donde estabas, ¿qué haces aquí? Es la hora de la cena.

-No te lo vas a creer. - Dije sentandome en la cama- Mi tutora me castigó, no puedo salir para nada sólo para ir a comer, no sé para cuánto tiempo me dejará encerrada, está enfadadísima.

-Pero ¿por qué? ¿Qué hiciste?

- Perdóname Ángela pero no te puedo contar, lo único es que pasan cosas raras y quiero largarme de aquí. Y justo en ese momento se me ocurrió una idea-. Ya sé, vamos a fugarnos.

-Andrea, no crees que esa idea ya la hemos tenido todas- Preguntó Ángela con sorna.

-No te burles, ya sé cómo hacerlo. Después de la cena, preparaos e id a los servicios, os lo contaré todo. Creo que me da tiempo de ir si mi tutora no está tan pendiente de mí.


La idea era perfecta, por fin saldría de Hackenberd, de sus malvadas tutoras y de la sádica señora Sullivan. Lo único que me importaba era escapar y hacer mi vida, pero para eso tendría que abandonar mi fortuna, la herencia que mis padres me dejaron, con tal de no estar nunca más aquí.

Al llegar al comedor, la chica Price y sus amigas aún estaban ahí, pero ya no era mi prioridad burlarme de ellas, después de lo de Marcos, se me quitaron las ganas. Era solo mirarle y entrarme la pena. Pero en realidad no sabía exactamente de lo sentía, estaba segura de que no era amor, pero si no era eso, qué podría ser, por qué sufrir por su ignorancia ... El único que me ha tratado con caballerosidad.

Después de la cena, me escondí entre las personas saliendo del comedor para evitar a mi tutora e ir a los servicios, allí estaban mis amigas esperándome. Parece que la idea les ha molado.

Todasquerían saber mi idea, así que cerramos la puerta con el pestillo para que nadie entrara por sorpresa.

-Bueno, esta es la idea, detrás de la caseta de los deportes está el muro del exterior, justo ahí cavaremos un agujero en el suelo, luego seguiremos cavando hasta aproximadamente un metro, que es lo que mide la muralla, y después hacia arriba .

-Vale Andrea, todo eso está muy bien, pero ... cuándo lo haremos y cómo, porque si no lo recuerdas, el patio está vigilado todo el día, ¿cómo iremos hasta la caseta sin ser vistas? -Preguntó Ángela.

-Hay un pasadizo secreto hasta la caseta de deportes y dentro de él hay de todo, incluso palas. Iremos por la noche, quedaremos aquí en los baños. Mañana mismo podremos hacerlo e irnos para siempre y de una vez por todas de aquí.


Las chicas se miraban entre ellas dubitativas y no decían nada.

-Venga, ¿qué decís?

-Uf es algo arriesgado, pero la idea de ser libres y no ser castigadas me atrae- Comentó otra chica.

-Está bien, todo sea por mi culo.- Dijo Natasha.


Al final las cuatro aceptaron el desafío y todo sale bien, en un par de horas estaríamos fuera del internado fácilmente.

Fuimos saliendo del baño una para no levantar sospechas y de camino a mi habitación me encontré con, ni nada más ni nada menos que Price. Estaba esperándome en mi puerta.

-¿Qué haces aquí? - Pregunté molesta.

- Me envió tu tutora o ¿que acaso crees que iba a venir hasta esta pestilenta habitación donde duermes tú? - Dijo con cara de asco.


Me resultó raro que la enviara mi tutora y la puse cara de sarcasmo.

-¿No me crees? Pregúntale si quieres, me da lo mismo lo que hagas. Me ha dicho que tienes que escribir mil veces "no debo desobedecer a mi tutora", lo quiere para mañana por la mañana antes de desayunar.

-¿What? ¡No puede ser!

- Haz lo que quieras, yo ya te lo dije, adiós.


"Y a esta qué demonios le pasa, ni siquiera me ha insultado" pensé. "Por si acaso, las haré, me mostraré una chica buena y amable para evitar los castigos antes de la fuga".

La disciplina de AndreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora