V E I N T I S I E T E

175 11 3
                                    

Holaaa, estamos llegando a el final de esta historia y la verdad no sé si va a haber segunda temporada... No sé muy bien cuantos capítulos quedan pero son muy pocos.

Llegué a la escuela y vi a Jeff en a entrada, no podía creer como ese chico era tan guapo. Ví a Jonathan, maldecí por dentro.

– Amor – Dijo él dándome un beso en la mejilla

– Hola, Johnny – Dije

– Vamos a clases –

Cuando conocí a Jonathan creía que sería esa clase de chico malo, pero luego de que comencé a salir con él, me di cuenta que no era así. Es súper cursi y eso me llega a hartar.

Cuando la clases acabaron fui a mi casa y ahí me quedé ya que mis amigos llegarían en unas horas, para cenar.

• • •

El timbre sonó y baje feliz, mi hermano había salido para ir a buscar a mis amigos, debería de ser él ya que no llevaba llave. Abrí la puerta y vi a Jeff.

– Hola – Dijo él recargado de la pared

– ¿Qué haces aquí? – Pregunté

– Vengo a verte, Sam – Dijo él, mi corazón latió rápido

– Ya me viste, ya te puedes ir –

Iba a cerrar la puerta pero el colocó su mano impidiéndome que cerrara.

– ¿Porqué te haces la difícil, Sam? –

– No me hago la difícil – Dije

– Claro que sí, yo sé bien que tú sientes cosas por mí –

– No, no es cierto – Mentí

– ¿A si? – Preguntó

Rápidamente entró a mi casa y cerró la puerta fuertemente, me acorraló en la pared como lo hacía antes. Mi corazón latió rápido.

– ¿Aún así no sientes nada? – Susurró a mi oído, lo extrañaba tanto

Se acercó a mí pero hice mi cabeza a un lado, no sería tan fácil.

– Venga Sam, yo sé que tú también quieres un beso – Dijo él coquetamente

Claro que quería aún beso, quería eso y más. Pero todavía no, no hoy, no ahora. Me quité de la pared y abrí la puerta, saqué a Jeff de mi casa y me cerré la puerta en su cara.

Me senté en el sillón esperando a que mis amigos llegaran. Mientras tanto me puse a pensar, con esto me había dado cuenta que Jeff también me extrañaba, y yo lo extrañaba muchísimo más, sentir sus abrazos, sus labios, todo, lo extrañaba. No era lo mismo estar con Jonathan, Jonathan es un buen chico, es atractivo y romántico, pero tiene algo que simplemente no hace que me enamoré de él. En cambio, con Jeff fue diferente, me enamoré de él casi instantáneamente, creo que me di cuenta que estaba enamorada de él el día de la playa, ese día donde se veía tan guapo sin camisa.

– ¡Samantha, abre la puerta! – Gritó mi hermano

Me levanté y abrí la puerta, al parecer habían estado llamando desde hace rato, entraron Jack, Rachel, Ethan, Fanny y... ¿Jeff?

Sí, al parecer mi hermano también lo invito. Nos sentamos en la mesa y comenzamos a cenar, estas dos semanas así serían, estoy segura. Pasamos de la mesa a los sillones de mi sala, colocamos colchones en el suelo y nos acostamos ahí. Todos se nos quedaron mirando cuando vieron que Jeff recargo su cabeza en mi pierna.

– ¿Ya regresaron? – Preguntó Rachel sonriendo

– No – Dije

– Sí – Dijo Jeff

Los chicos también se acostaron y comenzamos a ver la película. Me sentía incomoda con Jeff en mis piernas, no es que no me gustara que él estuviera ahí, sino que mis amigos pensaban que ya habíamos regresado, y no es que me molestara, pero esa incómodo.

Cuando la película acabó, todos ayudamos a recoger las cosas, y salimos para luego despedirnos. Mis “amigos” me dejaron sola con Jeff, que incómodo.

– Que buena cena preparaste – Rompió el silencio incómodo que había

– Gracias –

– Sam – Dijo y lo miré – Mira, la verdad no sé porqué decidiste terminar conmigo, pero quiero iniciar todo otra vez. ¿Te gustaría salir conmigo? –

Me quedé unos segundos pensando, claro que quería salir con él, pero ahora estaba con Jonathan, bueno, será una cita... Como amigos.

– Claro – Dije con una sonrisa y él me sonrió también

Me abrazó y pude sentir su corazón altura muy rápido. Como es perfecto este chico.

– ¡Ya tienen que besarse! – Gritó Rachel

Me dí la vuelta para verla pero ella esquivo mi mirada, reí.

Me dí la vuelta otra vez y Jeff estaba listo para darme un beso. Bien, tenía dos opciones, besarlo y volver a ser feliz con él, quizá tener dos hijos hermosos, vivir el resto de nuestras vidas aquí en Miami y ser una familia feliz.

O, no besarlo, hacerme la difícil, quizá que él se harte y me deje y me quedé viviendo con millones de gatos en Miami o peor, viviendo con Jonathan.

Claro, la inteligente de Sam decidió hacer lo segundo. Ojalá y no que sean perros y no gatos.

– Todavía no – Le dije y puse mi mano para no besarnos

Él sonrió ya que sabe que al final después de todo, caeré a sus pies.

TATUADO // JHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora