Capitulo 1

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Liam llevaba una taza de café en una mano y otra de chocolate en la restante, caminaba hacia la habitación de Tommy; éste lo esperaba con ansias puesto que adoraba escuchar la historia cada noche antes de ir a dormir. Ahí estaba él, muy ansioso como cada noche, adoraba que su padre le contara esta historia.

- Bien Tommy, aquí tienes- dándole la taza con chocolate - aunque no esté él aquí te puedo contar la historia yo mismo, ¿Esta bien?

- Bueno papi - dijo entusiasmado el niño de hermosos orbes color miel y cabello castaño claro.

- Todo esto sucedió en una ciudad llamada Londres...

... En una casa muy antigua vivía un chico llamado Zayn, él acostumbraba a levantarse para bajar las escaleras y tomar el desayuno que su abuela preparaba para que el fuese a la escuela con el estómago lleno. Siempre se despertaba con el rico aroma de las tostadas recién hechas, y el rico sabor de la manteca derritiéndose junto con la mermelada. Esos sabores y pequeñas cosas, que nunca va a poder olvidar. Ya vestido y preparado para bajar de su habitación, su celular vibró. Fue hasta la mesa de luz corriendo porque él ya estaba bajando los escalones. Mira el remitente y lo luego atiende.

- ¿Qué quieres?

Hola primero, ¿no?  

- Ni eso te mereces- respondió cortante.

Bueno como quieras, solo quiero hablar contigo. Por favor. - le rogó.

- No gracias, suficiente ya dijiste el sábado- finalizando la llamada.

Dejó el celular en el lugar de donde lo tomó, y ahora si, se dispuso a bajar para desayunar esas ricas tostadas que tanto invadía el rico aroma en sus fosas nasales pidiendo ser probadas. 

- ¡Mmm que rico, abuela! - Dijo Zayn dando el primer mordisco.

- Me alegro hijo mío, apúrate que se te hace tarde...- Dijo preocupada -  Y es tu primer día.

- Tranquila abuela, Harry dijo que me pasaría a buscar así que...

- Te juntas demasiado con ese chico... no me agrada mucho que estés constantemente con ese muchacho, Zayn.

- No te preocupes, él no gusta de mi... Y eso creo que ya lo sabes- Luego de esto último sonó el timbre de la casa. Tomo otra tostada y agarró su mochila, que estaba en la silla de al lado. Beso a su abuela en la frente y se fue hasta la puerta en donde estaba ese hermoso chico rizado de orbes esmeralda y una gran sonrisa picarona en su rostro.

- Hola negra- sonriendo.

- Que hay ricitos.

Y ambos se dispusieron a ir a la calle para ir al colegio. Mientras se iban alejando su charla se volvía inaudible, dando a la vista la espectacular belleza de los árboles que en esa calle había. 

Ziam Palik - La SonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora