One Shots (FanFics de ALison)

Liv (3)

Narra Rubius 

Después de revolverme un poco más en mi cama y hablar con ______, decidí levantarme y por fin bajar para desayunar algo. Nadie estaba en casa, exepto Liv, que estaba en el sofá durmiendo. Era bastante extraño porque se supone que debería de estár en su habitación. Aún así, decidí ignorar ese hecho y ver que hay por casa para comer. Revisando cada cajón, no puedo sacar otra conclusión de que se han hecho unos amos en la comida saludable. Ni dulces extremos y todo en bajo grasas o sin gluten. Ojalá yo viviera así en mis viejos tiempos , en vez de estar comiendo comida basura y pizzas, pero que buenas que estaban...
Total, que decidí pillar el primer paquete de cereales que tenía y comermelos con rosquilletas y queso. Es el desayuno más raro de este último tiempo, y eso que me he pasado semanas bajo la tumba... Sinceramente, no sé porqué, pero seguía notando esa energía extraña en la casa, esa energía acumulada. Miré a Liv, y no parece que venga de ella... viene desde fuera.
Me levanto con cuidado pero deprisa, salgo por la puerta trasera y doy la vuelta a toda la casa analizando de donde puede venir esa cantidad de energía, era del garaje, que estaba delante de la casa. Cada vez que iba acercandome al sitio, la energía me invadía más y más. Dejé la mano en la puerta para poder abrirla, pero algo me hizo pensar si realmente quiero saber que hay dentro. He venido a por Liv, y ese es mi principal objetivo. No me queda otra que dejar ese garaje para otro momento. 

Narra ______

Analizar, hace tiempo que no analizo. Hace tiempo que no pienso, aprendo y saco consluciones. Durante la ausencia de Rubén lo único que hice era llorar y arrepentirme, pero en ningún momento pare a analizar. ¿Estoy haciendo lo correcto? ¿Mis emociones me están atacando fuertemente? ¿Qué me está pasado? Hace un rato le amaba a Rubén y ahora... me obligo a escribirle y casi deseo que no exista. Es como que mis sentimientos van en contra de mi, como que no me decido. Me rodea la misma habitación en la que me desperté a los 13 años, y eso no ayuda.

-Alex, cambia de entorno por fa -digo en voz alta con voz cansada.

-Entendido- dice a través del ordenador. Él cambia el color de las paredes, hace la habitación más ancha y añade más detalles como flores y una ventana.

-Gracias.

-¿Quieres que te ayudemos? O hablar de algo, no sé...

-No no, que va, estoy bien.

-_____, estabamos todos juntos y derepente te has ido, te has montado la habitación y has entrado sin decir nada. No estas bien.

-Alex, por favor, estoy intentando analizar y no me estas ayudando -digo reteniendo mis ganas de gritar.

- Vale-suspira-, lo siento -se oye un ruido de microfono apagado-.

Y no, no es que quiera llamar la atención. Ya la he llamado bastante durante estos años, y no me siento orgullosa por ello. 
Oigo como mi móvil vibra, es la llegada de un mensaje. Lo cojo y enciendo la pantalla para ver quien es. Rubén. Mi primera reacción era tirar el móvil contra la pared, pero no lo hice, esa reacción no era la correcta. Dejo el móvil en la cama y me aprieto los ojos sin entender lo que está pasando. En mi cabeza suenan gritos y voces que no puedo distinguir, y paran, y vuelven a gritar y hablar. Es un infireno.
Anabel entra por la puerta corriendo y me coje de la cara mirandome a los ojos.

-_____, _____ tranquila -dice Anabel acariciandome la cara.

-¿Qué haces? -digo apartandome mientras me quejo.

-Acabas de gritar, ¿qué ha pasado?

Mi expresión cambió. No recuerdo haber gritado, no recuerdo... 

-¿Qué hago aquí? -digo asustada- Anabel... -la miro con odio.

Me lanzo hacia ella. Ella fue quien mató a mi padre. Ella lo mató, sí, debo matarla. La cojo del cuello y empiezo a congelarla mientras la ahogo.

-Muere -grito mientras le aprieto cada vez más dejandola inmóbil.

Todos los chicos empiezan a entrar a la habitación y me cogen de los brazos para separarme de Anabel, yo me resisto gritandole e insultandole. En pocos segudnos noto como el puñetazo de Alan estrella contra mi cara y hace callar todas mis voces. Silencio. Miré a mi alrededor sin entender que ha pasado exactamente.

Alan: Tenía que probarlo -decía a los chicos, que estaban sosteniendome e indignados por el puñetazo.

Yo seguía en shock.