Capítulo 2

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Amelia

-¿desde cuando eres profesor de zumba?- pregunte realmente curiosa, no podía negar que Zac era un espécimen que de verdad teníamos que agradecer las mujeres pero algo en él no me dejaba acercarme completamente. Su seguridad de macho alfa bajaba a mi lado y eso me decía que no estaba realmente grato de estar a mi lado.

-hace unos 5 años, antes de eso era bailarín de Chris Brown.- dijo como si nada, tratando de parecer relajado pero se notaba que estaba orgulloso de eso.

-¿y porque cambiaste ese trabajo por uno en un gimnasio?- el nombre del famoso cantante no me impresiono en lo más mínimo.

-¿no me vas a preguntar si aún soy amigo de Chris Brown?- estaba asombrado de que no me interesara en su "amistad" con un famoso.

-estoy en una cita contigo, no me importan tus amigos y mucho menos tu pasado. Estamos saliendo ahora, hoy, 24 de abril. Presente.- se puso rojo pero no sé si era de vergüenza o de furia.

Salvo por eso la noche fue bastante buena y aunque suene demasiado zorra quería saber si se movía de la misma manera en la cama que en sus clases.

Estábamos afuera de mi casa, Zac estaba con las manos en los bolsillos y mirando al suelo, la verdad que ese hombre se reducía a mi lado.

¡Es mucho pedir un hombre de verdad Dios!

Zac

-si te invito a pasar a mi casa es con un solo propósito así que ¿quieres pasar?- me pregunto tomándome por los hombros para que la mirara a los ojos. Ella tenía unos ojos grandes y expresivos, sonreía y eso fue lo que me calmo y me hizo volver a lo que siempre había sido.

La tome por la cintura y la acerque a mí, ya no podíamos estar más cerca aunque lo deseaba con ansias. Con una mano en su nuca la acerque y la bese como nunca había besado a otra mujer, Amelia me hacía sentir cosas que nunca antes había sentido con los palillos que acostumbraba a salir.

-yo también quiero lo mismo.- fue lo último que dije para luego dar paso a nuestra pasión, Amelia se demoró un poco más de lo normal en abrir la puerta y me felicite por descolocarla.

*****

-¡Dios si te sabes mover!- me dijo a mi lado con la respiración aun agitada.

-gracias pero solo llámame por mi nombre de pila, tal vez el de arriba se ponga celoso de que me compares con él.

-engreído.- me golpeo suavemente en el hombro y ya podía escuchar su respiración más normal, lo que no me esperaba es que se montara en mi nuevamente. –vamos a ver cuánto más aguantas porque debo decir que mi estado físico me permite hasta 5 rounds y hace 3 semanas que no salía con nadie.- nos pusimos a reír y solo un toque de sus manos en mis genitales bastaron para volverme a la vida.

¡Esta mujer era insaciable!

*****

Lo primero que escuche cuando entre al gimnasio fue a Amelia quejarse con Logan de que por favor no la hiciera trabajar con las piernas porque apenas las podía mover. Mi amigo se rio y me busco con la mirada.

Definitivamente mi trabajo estaba hecho.

-¿vas a volver a verla?- me pregunto Logan cuando estuvimos solos en su oficina.

-acordamos que si pasaba más de una semana en que estábamos sin sexo nos podíamos llamar para ayudarnos con ese problemita.- la verdad es que estaba emocionado con el acuerdo.

-no te vayas a enamorar.- me advirtió Logan.

-¡claro que no! La chica es una bestia en la cama pero los sentimientos se quedan de la puerta para afuera cuando nos juntamos.- aunque mi corazón no decía lo mismo.

¿Cómo era posible que el maldito insensato de mi corazón se fijara en una mujer que era todo menos mi estilo?

¡No puedo quererte!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora