Capítulo 4

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Amelia

Después de la rutina de la mañana me fui sin bañarme a casa porque no quería volver a ver a Zac, su mirada y su cuerpo me confundían. Como miraba a Marcus y de la forma en que apretaba la mandíbula, en mi cabeza él me amaba de la misma manera que yo lo amaba a él pero luego recordaba que a él no le gustaban las chicas gordas y mi mundo de ensueño se caía.

Llame a Marcus para invitarlo a cenar a mi casa, tenía pensado hacer mi plato estrella, lasaña. Marcus acepto de inmediato y yo me puse a trabajar en la cocina muy motivada, necesitaba olvidar esas estúpidas ideas románticas con Zac y Marcus era perfecto para eso.

A eso de las 7 de la tarde sonó el timbre de mi departamento aunque cuando abrí la puerta no era Marcus el que estaba al otro lado del umbral, sino que era Zac, tenía sus manos en los bolsillos de los pantalones y la mirada un poco apenada.

-¿Qué estás haciendo en mi casa?- pregunte más molesta de lo que de verdad estaba.

-necesito decirte algo urgente.- estaba muy incómodo o tal vez solo estaba nervioso pero no podía decir que lo veía de la misma forma que siempre.

-¿tiene que ser ahora?- no quería escucharlo porque me aterraba que me dijera que no me quería volver a ver o peor aún que ya estaba con alguien. No quería quedarme con el corazón roto, necesitaba olvidarlo y sacarlo de mi cabeza primero para poder dejar nuestro acuerdo tranquila y sin el corazón roto.

-por favor Amelia, de verdad que es urgente.- no podía negarle nada y eso me enojaba muchísimo porque siempre había sido solo yo y no había dependido de nadie para sentirme de alguna forma específica, pero con Zac... con Zac todo era complicado, si él estaba triste yo lo estaba y si él era feliz yo lo era el doble.

-está bien, pasa pero debe ser rápido.- lo deje pasar y cerré la puerta, él ya conocía mi casa más que bien por lo que se fue directamente al living. -¿quieres algo de beber?

-no, gracias. ¿Esperas a alguien?- pregunto mirando la puerta con un poco de miedo.

-sí, pero no lo espero hasta en 1 hora más.- no debía darle explicaciones pero yo quería.

Antes de que Zac pudiera pronunciar una palabra mi teléfono sonó:

-¿Marcus?- pregunte preocupada porque me estaba llamando.

-cariño, lo siento tanto pero tengo que quedarme en la empresa, he hecho todo lo posible pero me dicen que tengo que terminar el informe ahora porque es de carácter urgente.- sonaba realmente apenado.

-oh, bueno no te preocupes por mí, puedo llamar a Tessa y Logan para que vengan a comer conmigo.- no sabía si sentirme aliviada o enojada porque Marcus no llegara.

-lo siento mucho cariño.

-de verdad no te preocupes. Nos estamos viendo.- colgué sin esperar una respuesta y luego le puse atención a los que Zac me quisiera decir. –entonces...

-Amelia yo... yo no sé si vas enserio con ese tipo que te acompaño al gimnasio ayer pero la verdad es que...- tomo aire con los ojos cerrados y luego de abrirlos me miro directamente. –la verdad es que ya no soporto verlo a tu lado, me estas matando al estar con él porque quiero ser yo quien te pueda tomar de la mano y decirte cosas al oído, quiero ser yo a quien le prepares una cena romántica de vez en cuando. Quiero ser solamente yo quien te ame como me dice que lo haga mi corazón.

Zac

Amelia me miraba con sus ojos muy abiertos y no veía su pecho moverse por lo que no estaba respirando y yo me estaba volviendo loco esperando alguna respuesta, cual quiera fuera pero nunca me espera que mi Amelia, esa chica fuerte y confiada se pusiera a llorar.

Se tapó su hermoso rostro con ambas mano y se puso a llorar, yo no sabía que hacer porque ella no era de esa forma y estaba entrando en una especie de crisis de pánico porque nunca había sido así de sincero con nadie, ella era la única persona que yo había sentido que se merecía mi amor de esa forma.

-¿Amelia?- pregunte después de unos minutos en que ella solo llorara.

-perdón- se secó las lágrimas que aún quedaban en su cara y luego se sentó bien derecha y me miro a los ojos. –Yo, Zac, no sabes cómo cada noche pedía que esto sucediera.- fue lo único que dijo antes de que se lanzara sobre mí para besarme como nunca lo había hecho.

Sentí ese beso más dulce que ninguno de los anteriores, su forma de tomarme, de acariciar mi boca con la suya. Todo en ella parecía distinto y solo por el hecho de que ambos sentíamos los mismo y que lo habíamos dicho.

-¡oh Dios! Gracias.- pude decir una vez que nos separamos. Amelia se rio y me abrazo muy fuerte.

-perdona mi efusividad.- dijo mi chica unos minutos después, la mire y me di cuenta de que estaba sonrojada ¡Sí! Al fin había conseguido que se sonrojara yo solito.

-fue la mejor reacción que podría haber esperado, mi amor.- ella me sonrió y luego me volvió a besar pero esta vez fue un beso tranquilo y lento, un beso que expresaba todo lo que sentíamos ambos en ese momento, expresaba cuanto nos amábamos.

***

Estábamos en la cama disfrutando el uno del otro cuando sonó el timbre de la casa. Amelia se levantó asustada pensando que podía ser Marcus.

-no te muevas y no haga ni un ruido.- dijo mientras se ponía una bata.

-¿Por qué? No crees que es un buen momento para decirle que ya no estas disponible para nadie.- pregunte un poco molesto porque no quisiera decirle al mundo que nos amábamos como locos.

-no quiero que piense que estaba jugando con el.- se acercó a la cama para besarme suavemente y luego me regalo una sonrisa. –prometo que se lo voy a decir más temprano que tarde.

Salió de la habitación apurada y moviendo ese hermoso trasero que era una parte que me había encantado de ella.

Cuando escuche un bebé supe de inmediato que no era Marcus sino que eran Logan y su familia, rápidamente me puse los bóxer y mis pantalones y salí a verlos.

-Marcus nos llamó y nos pidió que no te dejáramos sola comiendo porque sabía que te habías esforzado mucho con la cena.- dijo Tessa antes de verme.

-pero vemos que ya estás muy bien acompañada.- dijo Logan casi riendo al verme salir de la habitación de Amelia sin camisa y con los pies descalzos.

-¿Amelia?-dijo Tessa confundida con lo que estaba pasando. Me acerque a mi chica y la tome por la cintura.

-Hola Tessa, te presento a mi novia.- dije divertido por su cara de asombro.

-¿novia?- pregunto entre divertido y asombrado Logan. -¿no crees que estas un poco mayor para llamarla novia?

-no le des ideas por favor Logan.- dijo Amelia. –esta noche acabamos de hablar y nos dimos cuenta de que sentíamos lo mismo así que henos aquí como pareja.

Fue una noche de bastante confesiones entre amigo. Sentía que no me podía pasar nada mejor que enamorarme de una persona que consideraba mi amiga previamente y a quien pude conocer lenta y tranquilamente.

Amelia siempre fue transparente conmigo y su vitalidad y su forma de mirar la vida me enamoraron de ella como nunca lo había hecho de nadie y esperaba que nunca lo hiciera porque quería que ella fuera la única en mi vida.

¡No puedo quererte!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora