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Más personas comenzaban a llegar al restaurante, principalmente niños que solo venían a hacer desorden y a gritar como si los estuvieran matando. Mientras tanto me encontraba sentada en una de las bancas de la cocina mientras veía como los chicos molestaban a Mangle, Scott a lo lejos me hacía señas para que fuera a ayudar pero solo me digné a rodar los ojos hasta que el hombre me lanzó un pedazo de pizza.
—Ya voy Scott, ya voy.
—¿A dónde vas? —preguntó Toy Chica desde los hornos.
—Mrs. Ring me pidió que fuera a cuidar a Mangle.
—¿Qué no se puede cuidarse sola o qué?
—Dile eso al cabeza de teléfono —bufé estresada y corrí hacía la Kid's Cove ahuyentando a los niños que se encontraban a mi paso. Divisando a lo lejos la imagen de una Mangle con el uniforme destrozado y miles de rasguños— ¿Estás bien Marianne?
—Sí, sólo que no quiero volver a ver a esos tlacuaches —habló divertida a lo que no pude evitar reírme.
—¿Y tú hermano?
—En partes y servicios, donde siempre.
—¿Por qué siempre está ahí? Deberían cambiarlo por Travis —comenté molesta.
—Es decisión de Scott, no mía —dijo sacudiéndose—. Además qué él trabaja en la noche junto con tu hermano.
—¿Trabaja con Vincent? Ahora lo entiendo todo —rodeé los ojos soltando una pequeña risa—. Debería decirle a Scott que me cambié de turno a ver si así puedo estar con el pendejo de Alex.
—Pero sí es el pendejo que te gusta —me guiñó el ojo dándome a la vez golpecitos con el codo en mi hombro.
—Como sea.
—¿Acaso lo negaras? —alzó una ceja burlona.
—Tengo que ir a trabajar.
—Adiós entonces.
Me fui directamente hacia la oficina de Scott algo molesta por lo que Mangle me había dicho. Era cierto que tenía cierta atracción hacía su hermano pero no me gustaba que nadie lo supiera, en especial aquel enano que gozaba de burlarse de cualquier tipo que me gustase, en verdad ese niño era un fastidio.
—¿Así que quieres cambiar el turno? —preguntó Scott mirando su teléfono celular.
—Si eso es posible.
—No lo creo, tu hermano tendría que ocupar tu lugar y no quiero distracciones.
—¿Te distrae? —me burlé, sabía perfectamente el incidente que había pasado aquella vez que Vincent tuvo que cubrirme un día.
—No hablaré de eso contigo.
—De acuerdo —sonreí.
—Bueno, creo que si controlo a tu hermano no pasará nada de lo de aquella vez. Así que puedes tomar su lugar.
—Gracias —grité emocionada pero luego lo miré burlona—, gracias cuñado.
—No hagas que cambie de opinión —sugirió con expresión ligeramente molesta.
—No lo haré —grité saliendo de la oficina dando saltitos hasta que vi aquel chico que me hacía la vida imposible. Pero le dediqué una sonrisa solo por qué sabía que no volvería a verlo.
—¿Adivina qué conejito?
—Por fin decidiste quitarte ese labial espantoso con el que pareces payaso —rió pasando su dedo por mis rojizos labios.
—No, hablé con Scott y me dijo qué... —hice una pausa para mirarlo algo molesta—. ¿Qué mi labial qué?
—Nada, continua.
—Me cambiaran de turno, así dejaré de verte corriendo por los pasillos cómo si te hubieran metido fuegos artificiales por el culo —expliqué a lo que el chico comenzó a reírse a carcajadas.
—¿Qué es tan divertido, pendejo?
—Estás muy equivocada si piensas que cambiando de turno dejaras de verme, ¿quién te dijo eso?
—No mames, ¿también trabajas en la noche?
—Sí, ves esos tubos de allá. Si llegas a tener suerte me verás bailando en uno de esos.
—No me refería a eso.
—Sí Katherine, sí —sonrió mirándome tiernamente, mientras que mi sangre comenzaba a hervir cada que decía una nueva palabra—. Yo estoy todo el día aquí por qué esta es prácticamente mi casa.
—Bueno, pero al menos estarás dormido —suspiré algo más relajada y me fui de ahí sin escuchar sus palabras por qué me sentía aún más molesta que antes.
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Bueno, espero que se la estén pasando bonito.
Cuidense muchooooo ♥
Lxs quiero.
