Mejor me cambio el apellido.

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-Ya levante, tenemos que apresurarnos.
-¿Quien es ese tal Luci? y ¿que tengo que ver con el?.

-Déjate de lloriqueo niño, sabrás quien es cuando estemos con el-respondió irritada, tomo mi mano y me levanto rápidamente, me jaloneo con toda su fuerza mientras corría cual rayo, no veía nada todo estaba borroso, lo único que podía ver era el sol, tan grande y rojo como un coagulo de sangre y tan sofocante como el desierto mismo, era como ver la belleza del peligro...

-¡Ya llegamos! -nos detuvimos después de que ella corriera una distancia inmensa en menos de tres minutos, había recorrido al menos el tamaño de cien estadios de fútbol, el lugar donde nos encontrábamos era una especie de castillo, era enorme y negruzco era como la fortaleza de Dracula, la muerte con cuidado llamo al timbre, y después de unos segundos se escucho una voz ronca y amargada salir de un altavoz en medio de la gran reja que tenia por entrada:

-¿Quien es?, ¿que quiere?, si no va a hablar lárguese.

-Soy yo inútil, ábreme la puerta o te saco los ojos entendiste.

-Si madam de inmediato -y en el momento en que su boca termino la frase la puerta se abrió, y se escucho un trueno con el movimiento de la reja, era majestuoso a un nivel sumamente tétrico, entramos con cautela (o al menos yo), subimos por una clase de pendiente hasta la entrada al castillo, habia una enorme puerta de madera con enchapados de oro en forma de carneros, la puerta entonces se abrio ante nosotros, estaba oscuro, no se distinguía ni la mas mínima luz, entramos caminando por un pasillo enorme y largo, que conforme avanzabamos se iluminaba con antorchas color rojo, volteamos por otro pasillo y al terminar ese doblamos por otro, era casi interminable fue tan larga la caminata que yo comence a pensar que no teníamos un rumbo, simplemente era suspenso, al fin dejamos de caminar al encontrarnos un gran portón de color verde brillante con un carnero tallado en la mitad, y con imágenes de torturas talladas en los bordes, lo curioso era que al observarlas parecía que cobraban vida, solo para sufrir una inmensa agonía,  la muerte llamo a la puerta tres veces seguidas, y dijo:

-Et qui laudabant principem tenebrarum eius rimas, sub.

-Tu servicio al príncipe de las tinieblas sera recompensado -dijo el carnero tallado en el porton y un segundo después este se abrió.
Entramos a un gran salón, el único brillo que se veía era el de la chimenea, había un sillón de cuero negro frente al fuego con un hombre ante las brazas, y con voz profunda pronuncio aquel figura estas palabras:

-Han pasado ya milenios desde que me sentía ansioso por la presencia de alguien, pero como no sentirse ansioso por su mayor creación, Cain al fin estas de nuevo conmigo.
-¿Cain?, mi nombre es Damian no Cain -dije.
Y levantandose de su sillon la oscura figura articulo estas palabras:
-Oh es cierto tu nombre es Damian, pero solo en esta epoca, has tenido muchos nombres hijo pero el unico que importa es el que te dio tu progenitor, yo.
La figura que hablaba en la oscuridad pronto se acerco a mi, era un hombre de cara palida cabello largo y mugriento una barba de chibo llena de arañas y  cuernos muy grandes y rojos que hacian que su cara fuese un poco mas amenazante.
-Tu no eres mi progenitor -respondi
-Eso es lo que tu crees, pero es porque aun no lo recuerdas, dejame que te ilustre -habiendo dicho esto el demonio arrojo un zarpaso hacia mi, el cual no dolio si no que logro hacerme ver el pasado, fue un fragmento pero lo que vi fue extraño, estaba yo entre las hiervas con mi hermano, cuando de repente una voz se alzo en lo alto:
-¡Entreguenme su tributo diaro!
En ese momento mi hermano y yo nos apresuramos a traer lo que pedia aquella voz en el cielo, mi hermano con la fuerza del fuego en su interior hizo agonizar tres ovejas, una vaca y dos carneros, y yo en cambio con la fuerza de la tierra hice crecer y germinar trigo maiz y las zandias, mi madre entonces salio de la casa e hizo una reverencia al cielo...
-Aqui esta mi ofrenda o señor -dijo con una botella de sangre entre sus manos.
Pronto mi padre salio tambien con una ofrenda al señor.
-Señor de los cielos, te entrego mi ofrenda -dijo arrodillandose con un cofre negro entre las manos.
Y el cielo se lleno de nubes ante las ofrendas, y las elevo al infinito donde no se podrian ver, pero, un momento, mi ofrenda aun no habia sido tomada, ¿que sucedia?... y ahi es donde acaba mi recuerdo...
-¡¿Que fue eso?!
-Hijo mio esa es tu primera vida, tienes la sangre dios, la cual yo mismo arranque de sus venas para darsela a un niño que creceria con su poder, fue una combinacion exitosa, tienes la sangre de aquel que creo el mundo y la de aquel que lo gobierna, la maxima autoridad de la oscuridad, yo Lucifer...

El Amor, La Muerte Y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora