el credulo soy yo

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Me encontraba en clase de la señorita Sara, observaba por la ventana a una chica de mi clase de gran belleza, por alguna razón jamas entraba a esta hora, creo que la química no era lo suyo, su cabello dorado brillaba como el sol y sus ojos azules resplandecían cuando me miraba, -creo que esto es el amor-pensé -pero no estaba seguro de que magnitud podría alcanzar este amor, la chica media mas o menos 1.67, su nariz era fina y respingada sus cabellos delgados y dorados como el oro sus ojos como dos piscinas de deseo, tenia una extraña forma de mirar que cautivaba a quien la viese directo a los ojos, y yo solo podía pensar en como llevarla a la cama.

-joven- dijo con un tono brusco la maestra

- ¿a quien observa por la ventana?- pregunto como si supiera exactamente en que estaba pensando,y entonces conteste de forma altanera:

-estoy pensando en usted maestra y en lo bien que se vería fuera del aula de clase

-¿a que se refiere señor garcía?- dijo algo impaciente

- me refiero a que por mi puede largarse del salón y dejar de molestar- respondí

-si tanto desea verla por que no toma sus cosas y va a ver directamente a la señorita Sofia - dijo.

tal y como imagine, mi cara lo decía todo, era tan evidente que la estaba observando que me sonroje y me disculpe de manera cordial con la maestra, ella se limito a asentir con la cabeza y mirar de reojo, pero advirtiéndome, que me concentrara en el ejercicio de la clase.

este es otro día uno normal monótono y repetitivo, igual que todo el semestre, este día no podría ser mas aburrido, no siento el esfuerzo mental en ningún área de estudio, que puedo hacer para sentir que me divierto, que me esfuerzo, o tan si quiera que me concentro, ¿sera que estoy en medio de una crisis existencial?...

suena el timbre de salida, voy al descanso del día, bajo las escaleras lo mas lento y deprimente que puedo, aun no siento nada, me siento en medio de un gran coliseo de mi escuela justo al lado de una viga donde me recuesto, observo a las personas y me imagino en que demonios pueden estar pensando, supongo que todos son un montón de basura, en ese momento ilustro esa imagen en mi mente, un hombre hecho de basura, suena como un ejercicio de teatro que alguna ves realice, pero ahora, ¿que soy?, invisible...

entre de nuevo en crisis al observar lo mucho que había cambiado con el tiempo, ya no era el mismo chico que solo le temía a la ignorancia, ahora vivía en ella, todo ocurría a mi alrededor como si cayera la lluvia pero no me mojara, era sumamente extraño lo mucho que ignoraba el hecho, de que todos me veían como si tuviera un estampa en la frente que dijera, doy asco, en parte me alegra que pensaran así de mi, pues para mi no eran mas que basura sin valor, una ves mas e inmerso en mis propios pensamientos me desperté con el agudo sonido del timbre, que avisaba el regreso a las aulas de clase, me sentía como un reo de vuelta a su celda,-malditos idiotas, no saben nada y enseñan cosas que son una estúpida perdida de tiempo- pensé, entre al aula de clase después de subir las escaleras y pasar por el pasillo.

- buenos días - dijo el profesor de ciencias sociales e historia.

- hola que hay - respondí.

-señor garcía ¿trajo la tarea? - pregunto el maestro como si supusiera que no la había hecho.

-así es, aquí esta - respondí mientras le alcanzaba el libro de ciencias sociales.

el maestro tomo un segundo revisándola y con un notorio gesto de fastidio escribió un gran cinco en mi libro, -no podría sentirme mas feliz, te deje en ridículo basura- pensé, entonces me senté y me recosté sobre el pupitre, no tardo mucho para que me quedara profundamente dormido, y soñara algo sumamente extraño, algo que asusta, pero que a la vez fascina los sentidos, soñé una ves mas en blanco y negro, en mi sueño caminaba alejándome de un edificio, caminaba lento y tranquilo, y todo a mi alrededor se iba haciendo color negro, hasta la total oscuridad.

- hola - exclame a la vacía negrura.

- ¿hay alguien?

lo único que podía ver eran mis manos, estaba asustado y a la vez intrigado, así que eche a correr a toda velocidad, y mientras corría cerré los ojos, algo me decía que era lo que debía hacer, al pasar mas o menos treinta segundos con los ojos cerrados choque con algo tan duro como un poste, caí al suelo exclamando:

- demonios.

- ¿demonios? -pregunto una vos desconocida.

- a que te refieres con, ''demonios'', acaso quieres invocar a uno, créeme no son la gran cosa, solo dan asco.

entonces alce mis ojos hacia una hermosa mujer de túnica blanca, cabello negro y ojos rojos, era lo mas hermoso que había visto.

- ¿sabes por que estas aquí? - pregunto la hermosa mujer.

- no se ni donde estoy - respondí.

-GARCÍA -grito mi maestro mientras me arrojaba un marcador en la cabeza.

- ¿por que esta durmiendo en mi clase?, ¿le parece muy aburrida?.

- así es - respondí rápidamente con una mirada de odio hacia el maestro.

- si le parece tan aburrida, lárguese - me dijo con furia.

- esta bien, gracias - dije yo.

entonces salí del aula, camine por los pasillos de manera relajada y confiada, me acerque a la puerta principal de la escuela y dije al portero:

- el coordinador le esta buscando, dijo que es urgente.

- ¿dijo de que quería hablar? - pregunto el.

- que va, solo dijo que fuera, pero creo que es por un asunto de su hija.

de inmediato el hombre se levanto, y hecho a correr a donde se encontraba el coordinador, y entonces tome las llaves del asiento, abrí la puerta y me fui para mi casa, afortunadamente sabia que la hija del portero había estado en un aprieto hace poco relacionado con drogas, y me aproveche de ello para salir de la institución, nadie lo noto, pero ¿quien lo haría?, a fin de cuentas nadie me conocía...

camino a mi casa me detuve a comprar una empanada, tenia mucha hambre, y entonces la vi de nuevo, a la mujer, era ella, sin duda era la mujer del sueño, la seguí un par de calles para saber a donde se dirija, llevaba una blusa blanca, un pantalón negro, unas botas como de vaquero, y una chaqueta de cuero negra, era mas hermosa de lo que me hubiese imaginado, la seguí, casi por media ciudad, hasta que al fin, en un callejón sospechosamente solitario, se detuvo, volvió la mirada hacia mi y dijo:

- oye tu, ¿por que estas siguiéndome?.

-yo, yo solo estaba buscando una casa del vecindario- dije un poco nervioso.

- mentiroso, me estabas siguiendo, de hecho desde hace mucho lo note así que dime, ¿por que?-dijo la mujer.

- esta bien, la verdad es que...

- ¿es que?, continua.

- es que soñé contigo, p-pero no lo tomes a mal, enserio soñé contigo, y ademas eres la mujer mas bella que jamas vi.

- con que eras tu.

- ¿a que te refieres con eso?.

- estamos destinados.

- ¿destinados?.

- así es, destinados, estas destinado a estar conmigo por la eternidad.

- o oye ya se que soy guapo, pero no te aceleres.

- tranquilo no dolerá, por mucho.

-¿que?

de inmediato la mujer se me acerco rápidamente y clavo un puñal en mi estomago, el dolor era insoportable...

y aquí estoy desangrándome mientras recuerdo cada segundo de mi asqueroso y patético día, porque una ves mas me engañe yo solo, al creer que esa mujer seria mi pareja, porque una ves mas todo me dio asco, porque una ves mas, el crédulo soy yo.

El Amor, La Muerte Y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora