capítulo 3

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Cuando llegaron estaban tan mojados que la ropa les pesaba como si fuese de piedra. Jadeando a causa de la carrera hasta aquel callejón. en principio no vieron nada, la oscuridad era casi absoluta al final del camino. la lluvia había disminuido un poco, y empezaron a adentrarse en el camino.

A los pocos pasos se dieron cuenta de que algo se encontraba en la esquina, sentado, vieron algo que podrían ser unas chispas de muchos colores, eran muy tenues. El callejón tenía paredes de ladrillos, sin ningún tipo iluminación, y era eso lo que dificultaba tanto que se pudiera ver, Incluso olía un poco mal, cosa que no habían notado anteriormente. Saru se veía muy segura, y eso, a Chris le transmitía confianza. Se iban acercando poco a poco y muy sigilosamente.

Vieron aquel ser que estaba sentado concentrado en arreglar algo que tenía en las manos, no se percataba de la presencia de los muchachos. De aquel palo que tenía en las manos seguían saliendo chispas de colores. Siguieron avanzando, no querían asustarlo, por eso iban despacio, Chris pisó un charco y el ruido del agua retumbó en todo el lugar. en ese preciso instante aquel ser se giró sobre sí mismo y les clavó esos ojos oscuros que parecían huecos. Tenía un rostro con ojos, una nariz y una boca pero parecía muy viejo, tanto o más que cualquier anciano, el rostro estaba rodeado de pelo, era como una gran masa de pelo gris con orejas de conejo y los brazos eran largos y huesudos, al igual que sus piernas.

Su expresión era extraña, miraba con las cejas fruncidas, como preocupado, con cierto miedo. Había mucho silencio en aquel lugar, lo único que se escuchaba eran caer algunas gotas. Sin esperarlo Saru tomó aire, y acto seguido salir palabras de su boca.

- ¿Hola?

Se produjo un silencio, esperaban una respuesta pero no decía nada. solo los miraba. Entonces volvió la mirada al palo que tenía en las manos, en ese momento los dos muchachos se percataron de que era un bastón, y estaba roto, las luces salían de la brecha que tenía en la mitad, y así mirando el bastón, respondió con otra pregunta:

- ¿Quiénes sois vosotros? - La voz era fría y rasgada, pero no parecía amenazadora.

- Solo pensamos que necesitarías ayuda, como primer habitante de la tierra y según las normas intergalácticas, te damos la bienvenida a nuestro planeta. ¿De qué galaxia provienes? - Le dijo el muchacho - Me llamo Chris, y ella es Saru.

- Solo quiero volver a casa - Dijo en tono de súplica.

- ¿Dónde está tu casa? - Preguntó Saru.

- No lo se... - respondió.

- ¿Cómo te llamas? ¿Eres de otro planeta? Si es así ¿Pertenece a este sistema solar? - preguntó Chris en modo de interrogatorio.

- Chris... Parece que no sabe ni en qué lugar se encuentra.

- Esta cosa es muy rara, Saru, mi teoría es que viene de otro planeta pero se cayó aquí y del golpe ha perdido la memoria. tiene que ser eso.

- Mi nombre es Braid... Creo recordar. - Dijo mientras interrumpía la conversación de los muchachos.

- Chris... Empiezo a pensar que no viene de otro planeta, me da que esto es mucho más raro.

El ser que había dicho que se llamaba Braid, empezó a intentar ponerse en pie. Parecía muy viejo, en su rostro era el reflejo del paso del tiempo... Mucho tiempo. Se apoyaba en aquel bastón, el cual tenía una brecha en la mitad, y de esa brecha se podía ver que salía luz y en algunos momentos chispas.

- Déjame ayudarte - dijo Saru al ver que le costaba mucho incorporarse.

En ese momento el bastón hizo CRACK, y el bastón se partió por la mitad. A partir de ahí, todo sucedió muy rápido: Salieron muchas chispas de las dos mitades del bastón. Chris dio varios pasos hasta ponerse a la altura de Saru, la cual del susto retrocedió y casi cae al suelo, el muchacho consiguió sujetarla, y como en unas centésimas de segundo una luz muy brillante y muy intensa salió de aquel bastón.

- ¿Qué está pasando? - Gritó Braid asustado.

La luz era tan fuerte que era imposible tener abiertos los ojos. Entonces empezaron a sentir que su cuerpo dejaba de pesar, sentían como que flotaban, y en menos de un segundo dejaban de tener suelo bajo sus pies. En ese instante, empezaron a sentir que el estómago se les subía hasta el pecho, la misma sensación que se siente al bajar a mucha velocidad en una montaña rusa, esta sensación tardó un par de segundos en desaparecer, entonces sintieron que la gravedad los arrastraba hasta el suelo nuevamente. Fue entonces cuando volvieron a sentir su cuerpo, abrieron los ojos, y la luz ya no era tan intensa. y tampoco estaban en aquel frío y oscuro callejón.


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⏰ Last updated: Jul 20, 2017 ⏰

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Un Viaje Sin MemoriaWhere stories live. Discover now