CAPITULO 1

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Era un lunes, si, un horrible lunes. Miraba aburrida la pizarra que contenía unos problemas de gramática avanzada que la verdad, no había puesto atención en toda la clase. Mordía mi lápiz en señal de estrés, mientras que la maestra de gafas horrenda y vestimenta asquerosa daba instrucciones sobre el siguiente proyecto.

– Jóvenes para este trabajo es requerido estar en quipos, yo los elegiré por mi cuenta. - Comentó con su voz aguda, mientras los abucheos no se hicieron esperar de aquellos que no estaba de acuerdo con sus planes de formar a los equipos. - Guarden silencio! La semana que entra les daré el número de equipo - El timbre se salida la interrumpió y como todos los días nadie la dejo terminar ya que salieron casi corriendo del aula. Guarde mis cosas de manera tranquila, para luego colocar mi mochila en mi hombro izquierdo y salir del salón.

Recorría los grandes pasillos de la academia en busca de la salida, como era costumbre todas las personas me miraba y susurraban cosas sobre mí, no debías de ser un genio para darte cuenta de que su charla era sobre mi persona ya que no se molestaban en bajar la voz, sus susurros eran un chiste.

- Te enteraste sobre la carrera de ayer, me comentaron que Moore gano gracias que corto los frenos del auto de su contrincante. – Murmuro una chisca bastante sosa para mi gusto, me enoje un poco por su comentario ignorante. Sin esperar más me acerque aquella chica.

– Te sugiero que si no estuviste hay, no hables de lo que no sabes. – Respondí de manera cortante para luego volver a mi camino directo a la salida.

Desde hace tiempo que comencé con las carreras ilegales, ya que ganaba bastante bien, no era un trabajo muy honrado, pero por lo menos lo ganaba con mi esfuerzo, me costó cuatro trabajos de medio tiempo para conseguir mi moto y el auto el cual me acompaña a las carreras. Hay tantos chismes sobre mí, que deje de contarlos y de darles importancia.

El asunto sobre el chico era una habladuría, que el muchacho había inventado, al parecer no sabía perder y realmente ya no importa.

Mis pasos se aceleran al ver las puertas de la salida provocando que mis botas negras sonaran por todo el pasillo, eran lo único que podía llevar que realmente me gustara. Atravieso las grandes puertas de la academia, miro el inmenso estacionamiento, me estremezco cuando una ventisca helada se hace presente, me encojo dentro de mi abrigo negro, miro hacia el gran bosque que rodea la ciudad. Los arboles se movían con euforia por el poderoso viento, empezaba la temporada de invierno y eso solo predecía una cosa, nieve, y gracias a eso no habría carreras por un buen tiempo. Suspiro con pesar al pensar lo aburrido que seria estar en casa solo jugando video juegos y escuchar a mi hermana quejarse del mal tiempo.

La preparatoria no es nada como yo había imaginado, era una escuela llena de prejuicios y gente con sus típicas ideas de clases sociales, en donde están los nerds que al parecer no tiene vida social, los becarios en otras palabras los pobres, los populares que son los ricos y por último y donde supuestamente me han denominado los exiliados son los que tienen dinero, pero no tienen vida social. Realmente esta gente no tiene ni una pisca de humildad y menos las personas que lo aceptan. Por mi parte los ignoro, aquí no tengo amigos ya que no me importa poco su amistad falsa.

Me dirijo a mi moto y no espero mucho para subirme. Usar falda mientras manejas una moto, es una mala idea, pero el uniforme es obligatorio y ya tengo demasiado reportes en mi archivo como para agregar otro más por una estúpida falda. Al terminar de pelearme con todo a mí alrededor, prendo mi moto y escucho los mismos ángeles cuando el motor ruge, salgo del estacionamiento de la escuela rumbo a mi casa a una velocidad donde la adrenalina te calienta la sangre.

Llego a mi casa y meto mi moto a la cochera a pasos tranquilos recorro la sala dejando mi llaves en la mesa de centro para luego dirigirme a la cocina y toma un poco de agua, estaba tan distraída que no me di cuenta que alguien se había parado de atrás mío, hasta que sentí una manos cubriendo mis ojos, sabia de quien eran esas manos delgadas, me gire hacia esa persona.- Sabes que me choca que hagas eso, Sally.- Baje sus manos de mi cara sonando un poco molesta.- He! Si, Hola hermana ¿Como te fue? Muy bien, gracias por preguntar. – Contesto sarcástica, rodé los ojos de manera de fastidio, mientras salía de la cocina en dirección a mi habitación. Digamos que mi hermana no era un ángel, esa niña era el demonio personificado en un pequeño y delicado cuerpo. Sally siempre ha sido una niña de buenos sentimientos y alegre a pesar de todo lo que hemos sufrido estos años, a diferencia mía yo jamás lo perdonare, el simplemente nos abandonó como un niño a un juguete, a mi dejo de impórtame lo que el haga, pero mi hermana es otra cosa, ella aun cree que él va a cambiar y volverá a nosotras, pero la cruel realidad es que eso no va a pasar.

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⏰ Última actualización: May 04, 2019 ⏰

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