Agujero negro
Ha llegado la hora de que afronte la realidad, que luche contra mis demonios, que derrote a mis demonios. Me despierto temprano, he preparado todo para salir a correr, me dispongo a recorrer la ruta de siempre, salir de casa, dos kilómetros al este, la vuelta a la cuadra y de regreso. Me topo a Don Luis de camino me saluda a los lejos y le levanto la mano de manera para devolverle el saludo.
Más adelante me topo a Doña Cecilia.-Buenos días, Frankie.- me saluda- Buen día, Doña Cecilia. –le respondo.
Al llegar a casa, me ducho y me alisto para ir al colegio tomo mi almuerzo en la lonchera y salgo he dejado todo lo que era antes, lo deje en la esquina de ayer, durante la lluvia
Llego al colegio y lo primero que me topo, es a Isabella, una chica italiana que fue criada en este país desde muy joven ella es un año menor que yo nos conocemos desde que ambos ingresamos al mismo colegio hace tres años. — Hola Isa.- Le digo.
Se gira y sus ojos marrones y grandes me miran. —Hola, señor Frankie.-
—No me digas señor, me siento muy viejo cuando lo dices.
—Que es broma, Frankie. ¿Dime, cómo sigues?
—Bueh Qué te cuento.
Mientras nos sentamos en el salón, saco mis cuadernos y cartuchera. -¿Qué más quieres saber? Lo viste todo, ¿no?
—Huiste después de lo sucedido, desapareciste bajo la lluvia, me asuste
—No te preocupes.- Le sonrió. —Ya encontré solución.
— ¿Qué harás?
Mientras escribo mis apuntes. —Mis problemas se irán como si se los hubiera tragado un agujero negro.
Isabella solo se ríe y mueve la cabeza con su cabello largo y castaño.
Es hora del receso, me he dado cuenta que desde lo sucedido ayer, no he vuelto a ver a amigos, pero bueno, me imagino que ellos ayudaron hacerlo y planearlo.
Ya que, es hora de que el plan Apollo de marcha
Cruzo el pasillo, llego donde sucedió aquello, aquello que marcaría un inicio y un final en mi vida. El bullying, los golpes, las ofensas, baño de pegamento y plumas de ayer, el lugar donde ellos llegaron al límite, al final. .
—Raúl. -Le llamo.
—Miren quien apareció, la gallinita de turno. -Se burla.
—No creo que recuerdes pero -Estoy nervioso y emocionado. —Cuando eras niño, en el kínder, digamos que sufriste el peor accidente que hayas pasado, de casualidad, también te paso, hace dos años -Lo digo sonriente.
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Las Leyes de Apolo
AdventureUn joven de 17 años, apodado Frankie, se enfrasca en la épica aventura, narrada por si mismo, lluvias, tormentas, falsas amistades, enemigos inesperados... Nada detendrá a nuestro pequeño amigo por que en sus manos estarán las Leyes de Apolo.