Lo toqué, su piel era suave y cálida, subí por su cuello, y tome su mejilla acercándolo más a mí.
Quería todo de él, embeberme de él, estaba muy sediento y ni siquiera lo sabía.
Subí las manos a su cabello desordenándolo con miles de caricias de ansiedad.
Lo quería conmigo, lo necesitaba, lo anhelaba.
De repente se separo, sus labios lucian jugosos y más carnosos por haberlos besado tan fuerte.
Se levanto dejando una caricia en mi mejilla, me hizo una seña para que lo siguiera.
Entre a la habitación, y él se dirigió a un equipo de sonido y después de un rato una melodía inundo la habitación.
No la conocía, pero era dulce y melancólica a la vez.¿Cambiaste o no?
Estás actuando un poco incómodo.
Es obvio , es un hecho.
Estoy un poco extraño.
Con mis labios, yo digo no, no.
Tu rostro tiene una máscara.
(Diciéndome que me vaya, vaya
diciéndome que dé la vuelta)Deje de prestarle atención a la melodía en cuanto él se acerco despacio y tomo mi mano.
-Por hoy regálame a mí tú alma, regálame tú miel, tú paz y tú calma, regálame solo a mí hoy todo de ti.- su voz en un susurro era como una melodía infinitamente agradable, podría tomar sus susurros y usarlos cada noche como canción para dormir.
Me perdí en lo profundo de sus ojos, en la belleza de su rostro y en la tibieza de su piel.
Lo tome de la cintura, y él apoyo su cabeza en mi hombro, pasando su nariz por mi cuello, logrando que mi cuerpo se sacudiera de placer.
No bailabamos, solo nos moviamos de un lado a otro con nuestros cuerpos unidos.
Él tomo asiento en cuanto termino la canción.
-Ven sientate a mi lado, hoy no hablemos de amor, no quiero convencerte de nada, solo quiero descubrirte en está habitación.- Sus ojos escudriñaban mi alma, él lo sabía, sabia que yo ya le pertenecía.
Estaba más que claro, yo sabía que esto iba a lastimarme, pero aún así no podía negarme.
Tomaría lo que él quisiera entregarme, porqué yo ya le pertenecía y ya no había salida.
Lo tome por la cintura y lo senté a horcajadas sobre mí.
Lo apreté fuerte contra mí, no queriendo que se alejara.
Lo besé y me perdí en su sabor, en su suavidad y en su calidez.
-Llévame a la luna y luego bájame a la orilla de la cama, para mostrarte lo que el diablillo me enseño, solo por lo que más quieras... no me permitas entrar en tu corazón.- dijo tumbandome sobre la cama.
Yo sabía que ya era muy tarde, él ya era parte de mí, pero no se lo deje saber, por un momento solo quería todo de él.
Mentiría si dijera que no había fantaseado con esté momento, el tenerlo solo para mí.
Cada noche dormía con su imagen grabada en mi pupila, esperando soñar con algo similar a lo que en éste momento vivía con él.
Lo tomé con delicadeza y lo pose sobre la cama, sentí que me quedaba sin respiración cuando lo miré debajo de mí, acaparando toda mi atención.
Reclamando cada suspiro que le arrancaba con mis caricias, disfrutando con cada sacudida de su cuerpo, por el placer le provocaba que besara cada centímetro de su piel.
Exploraba cada parte de él, como quien va en busca de un tesoro.
Pues eso era él para mi, tan hermoso y perfecto, tan dulce y delicado, que ansiaba adorarlo con cada parte de mi ser.
-Eres tan hermoso.- murmuré con reverencia.
Sus caricias inexpertas me llevaban a límites desconocidos, me complacían y me enloquecían, poco a poco el control se hacía más y más ausente.
-Y tú eres tan bondadoso, por eso te elegí.- susurro, de esa forma que él sabía, de esa forma que me derretía.
Quería hacerlo sentir realmente bien, ser el mejor para él, quería cuidarlo, mimarlo y complacerlo.
Lo quería enloquecer por completo, llevarlo de la ternura al límite de la lujuria y hacerlo gritar mi nombre una y otra vez.
Lo tomé y en ese dulce momento en que nos unimos, en donde no sabía donde empezaba él y donde terminaba yo, ahí fue en donde él se convirtió en mi mundo.
Después de eso no hubo mas palabras, pero tampoco silencio...-¿Duermes?. - dijo acariciando mi cabello.
-No, estoy escuchando tú corazón.
-No lo hagas, no quiero que te enteres aún de lo que hay en él.- quizá era el agotamiento, pero me pareció escuchar tristeza en su voz.
-¿Qué quieres decir?
Levante la cabeza de su pecho y lo miré.
-Nada, solo dame un beso, uno grande, que me dure una eternidad.
Sonreí y lo bese, con todo mi amor, sueños y esperanzas, todo reunido en un beso grande, muy grande.
Y me fui quedando dormido, con el corazón lleno, el alma repleta y el cuerpo saciado, dormí y soñe con una eternidad junto a él, mientras respiraba la dulce fragancia de su cuello.
A la mañana al despertar... Él ya no estabaAquél que le había arrebatado el corazón, aquél que le había dejado ver las estrellas y ahora lo dejaba solo y roto de nuevo.
Sabía que había sido real, ningún sueño podría ser tan real.
Lo sabía, lo sabía porque aún podía sentir su dulce aroma, y su cuerpo echaba de menos su calidez.
Su boca aun mantenía su sabor, y sus manos aún tenían el recuerdo de la textura de su piel.
Sabía que esperaría por él, no porque quisiera, si no porque ya no tenía más opción.
Él se había llevado su alma.
Debía esperar por él para poder sentirse completo de nuevo, para poder vivir, para ser feliz.
Por su ángel esperaría toda la vida si fuese necesario.❤
Nota.
Espero les haya gustado esta pequeña historia inspirada en mi ship favorito de mi SF9.
No soy muy buena escribiendo Fluff y mucho love, pero puse mi mayor esfuerzo en esta.
Espero no haberlos aburrido.
Por favor déjenme sus comentarios, deseo saber que piensan.
Gracias por leer.❤
Nos vemos en la próxima historia.
❤
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No Soy Un Ángel. •Rochan•
Romance"Cuentan que antiguamente varios ángeles traviesos por mera diversión, solían visitar el infierno. Tocaban alegres melodías y se complacian en la danza que los diablillos les ofrecían. Los pequeños angeles también se deleitaban en las historias sobr...