El Pianista

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Los dedos tocaban las piezas de mármol, lentamente se convertían esas piezas en sus esclavos
El pianista hacía de las suyas, sentado en un silla donde tocaba las piezas más tristes y oscuras
El piano lloraba, se alegraba, volvía a llorar, y luego comenzaba a cantar
El piano no era nada más que otra persona, una dominada por completo
Cuando los ojos miraban al pianista, un rostro nulo era lo que estaba a su vista
Cuando uno pensaba en los pensamientos del pianista
Muchos decían que pensaba en cómo hacer llorar al pobre piano
El pobre piano que más de una vez ha sido manipulado


Versos Tristes y FelicesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora