Harakiri

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Tambores suenan, miradas me observan, el silencio cubre a toda la audiencia, ellos me aceptan
El mantel blanco en donde estoy arrodillado, me hace ver las sombras del pasado
Recuerdo las noches oscuras, trabajando para siempre estar a la altura, y he aquí yo ahora, a segundos de mí honorifica sepultura.

El sable está pulido, brilla cual sol en la tarde, su filo corta hasta los más grandes males
Doy un beso al suelo, ya no hay consuelo, solo quedan mis más profundos anhelos
Los segundos pasan, las gaviotas en círculos de manadas se agrupan, siento una sensación profunda, desenfunda mi mayor temor, una muerte en vano y sin honor

Siento un leve dolor, una espada corta todo mi interior
Siento el frio del filo, se abren las puertas del olvido
Adiós a todos los que por mí desgracias han vivido
Les agradezco por la muerte honrada que me han permitido

Fui un samurái, fui un hombre, pero al final todos se corrompen
No hay honor ni disciplina que puedan ahuyentar
a las más oscuras almas que me lograron dominar

Versos Tristes y FelicesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora