Capitulo 1

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Es sábado por la mañana por mi mente no pasaba nada que pudiera hacer en todo el día así que, me levante de mi cama pasando mis pies por la cómoda alfombra hasta llegar al baño, lave mi rostro, mis dientes y cepille un poco mi cabellera para no verme tan zombie.

Me dirigí a la mesita de noche donde se encuentra mi smartphone, lo tome entre mis manos buscando el numero telefónico de mi mejor amiga Kaitlyn.

¿Bueno, habla mi amiga del mal?— preguntó en tono burlón.

—¿Hablo con mi amiga la risitos de chocolate? —respondí de la misma forma.

Hey, ¿Quieres salir esta noche?, ¿no es así? O simplemente no sabes que hacer y para eso me tienes a mi que soy toda una santa.

—Así es, no tengo nada que hacer ¿podrias venir?— hice una mueca de suplica aun que no me puede ver se que sabe que estoy haciendo la carita de perrito regañado —por favor no seas una perra y ven aquí.

Estoy en tu casa en diez minutos tarada— reí por la forma en que nos hablamos y corte la llamada, volví a colocar el celular en el mismo lugar de hace un momento.

Tome mi ropa y mi toalla, para luego irme a bañar, no tarde en salir me vestí con ropa cómoda, y baje a la sala, partí un poco de fruta y en ese momento sonó el timbre. Salí de la cocina dirigiéndome a la entrada para ver quien es.

—¿Me extrañaste zorra?— mi mejor amiga salto a abrazarme rodeando mi cintura con sus largas piernas.

—Eres una perra— respondí entre risas y tratando de bajarla, algo que no logre —tardaste mas de veinte minutos— cerré la puerta detrás de mi y me dirigí a la cocina con Kaitlyn aun encima de mi.

—¡Fruta!— exclamo mi mejor amiga en cuanto miro la fruta se bajo fue corriendo a tomar una manzana y empezó a morderla -oh ya sabes el trafico esta pesado- respondió con pedazos de manzana en la boca.

—¿En serio? ¿trafico por la mañana?.

—Bueno bueno, en realidad fue por que me marcaste demasiado temprano, me dio una flojera tener que bañarme justo ahora.

—Eres una tonta.

—Y por eso me soportas, por cierto, querías salir esta tarde ¿no es así?— alzo ambas cejas —podemos ir a bailar ya sabes conocer chicos, tomar licor, tener sexo salvaje, hacer amigos, pero eso si— me apunto con su dedo índice y siguió hablando -lleva condones.

—Vamos.

—¿A donde?

—Por condones— le giñe un ojo, gire sobre mis talones, y en menos de un segundo regrese —estaba bromeando, pero esta bien vayamos a bailar, eso si— la apunte con mi dedo índice —olvida los condones.

—¿¡Estas loca!? Somos universitarias, ¿Si entiendes? Kenn— exclamo tomando mis hombros.

—Tienes razón, vayamos a ser nuevas amistades, ¡Si!— salí de ahí agitando mi cabellera de un lado a otro mientras saltaba y alzaba ambos brazos.

Subí las escaleras corriendo me dirigí a mi closet buscando ropa para esta noche, hasta que no encontré nada y por fin me rendí era raro que Kait no había subido durante quince minutos de, desesperación para mi, baje sigilosamente las escaleras encontrandome con una Kaitlyn recostada en el sillón durmiendo, me encontraba detrás del sillón apunto de asustarla.

Detras de una sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora