Capitulo 2

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Después de ir a la farmacia por los supuestos condones de Kaitlyn llegamos al lugar donde seria la fiesta en menos de media hora, Kaitlyn me dijo que seria en la casa de Kaelyn, una amiga de ambas que se tuvo que ir de Nueva York después de haber terminado la secundaria.

Yo no sabia casi ya nada de ella, sin embargo mi mejor amiga seguía en contacto con ella hasta ahora. Después de cinco años la volveré a ver y continuaremos con nuestra amistad entre nosotras tres.

—Me puedes decir, ¿Por que llegamos media hora antes de que iniciará la fiesta?— gire mi rostro para ver a Kaitlyn, y que me explicara el por que tan temprano.

—No lo se, ¿Para revivir viejos tiempos?— preguntó sonriendo, con duda en sus palabras.

—¿Como que no lo sabes?, si tu me trajiste aquí, así que dime.

—Bien, Kaelyn me dijo que si podíamos llegar mas temprano para, ir a comprar cosas para la noche— respondío, bajando del coche, por lo que también me baje y comencé a caminar detrás de ella.

Entramos a la casa, que era tres veces mas grande que la mía me sorprendí por completo, ya que hace cinco años tenía una casa normal y ahora es una mansión donde pueden entrar como cuatrocientos universitarios. Subimos las escaleras, mientras que yo me preguntaba si, Kaitlyn ya había visitado antes a Kaelyn ya que conoce muy bien el camino. Una rubia con el cabello corto hasta los hombros se nos acerco, al instante supe que era Kaelyn.

—¡Hola chicas!— exclamo al estar frente a nosotras —las extrañe tanto— nos abrazo con delicadeza, para luego separarse con rapidez y dejar un beso en la mejilla de cada una— ¿Como les ha ido en la universidad? —preguntó con curiosidad.

—Muy bien aun que ha estado muy pesada— hablo Kaitlyn -lo que es tratar de conseguir un titulo univeristario —dijo en tono burlón— ¿y tu, como has estado?

—Pues no lo se, hace tres años que falleció mi padre— bajo la mirada con tristeza —estaba enfermo gravemente. Y pues mi mamá quiere que inicie mi vida y voy a tratar de hacerlo regresando a Nueva York.

—Lo siento mucho- le dije se lo que es no tener a su padre cerca por que aun que yo tenga al mio nunca esta junto a mi, y ahora menos ya que tiene trabajo de sobra —sabes que cuentas con todo nuestro apoyo— le sonríe para que se diera cuenta de que la comprendo —¿Quieres que te ayudemos en algo?— cambie de tema radicalmente.

—Este si, de hecho le pedí a Kaitlyn que si por favor pasaba a comprar anticonceptivos, ya que las pocas fiestas que he organizado se han puesto demasido locas— sabia que mi mejor amiga no compraría condones para ella, si ella no es una cualquiera —y solo eso. Quiero platicar con ustedes.

—Aquí tienes— Kaitlyn le entrego la bolsa donde vienen los condones —. Sabes que no soy tan perra— me dijo en un susurro.

Después de esa pequeña conversación, decidimo seguir platicando, pero mejor preferimos ayudar a organizar la fiesta, a Kaelyn aun le faltaban cosas, por lo que decidimos ayudar Kaitlyn y yo, en ir a comprar lo que faltaba. En menos de quince minutos ya no hay lugar para estacionarse. Ya habían llegado alrededor de unos cien estudiantes y lo se ya que los están anotando afuera de la casa, por lo que voy de repente a conversar con el hombre que esta dejando pasar a tanta gente.

—Hola— se me acerco un chico, que se ve que es un mujeriego —¿Gustas una copa?— me pregunto con mirada de, te quiero hacer mía esta noche- lo siento pero vengo acompañada —mentí ya que no soy una prostituta que se mete con cualquiera— con permiso— me fui alejando de el hasta ya no verlo más.

Detras de una sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora