Capítulo 2

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Tenían once años cuando conocieron a su nuevo vecino.

Era una chica de su misma edad, poco femenina, con cabello suave y una patineta, Sana y Momo piensan que ella es la chica más genial que alguna vez hayan visto.

El nombre de la chica es Yoo Jeongyeon, y exuda la sensación de ser lo más alejado de "genial" que haya existido en este plano mortal, pero eso sólo hace que les agrade aún más. Jeongyeon es la primera persona de la que ellas se hacen amiga aparte de ellas dos y en seguida saben que han hecho una gran elección. Ella acepta a Sana y a Momo como un paquete, haciendo una amistad con ellas equitativamente, por separado y de forma colectiva. (Al principio, alrededor de una semana cuando se conocieron por primera vez, Jeongyeon se veía particularmente encantada con Momo –por lo que Sana no podía culparla– pero parece que se le pasó bastante rápido).

Ella es mayor solo por días pero Jeongyeon es más madura por una milla, puede regañarlas como una madre, puede defenderlas como una hermana mayor sobreprotectora y aun así puede jugar como una mejor amiga también.

Ellas siempre serán las más cercanas, pero nunca dejan a Jeongyeon fuera, no lo hacen. Cuando están caminando por la acera, hacia y desde la escuela o el parque, Momo lleva a Sana en su espalda, (porque Sana detesta caminar), y Jeongyeon patina junto a ellas. (A veces, ella se baja de su patineta para que Sana se siente en ésta, mientras ella y Momo toman un brazo cada una, tirando de Sana como los caballos a su carruaje).

Tweedledee y Tweedledum, las llamaba Jeongyeon; hay muchos debates sobre quien es quien, incluso cuando Jeongyeon hace la respuesta muy obvia.

(El padre de Sana casi sufre una aneurisma el día en que él llevó a Jeongyeon a la casa en lugar de Momo, preguntándose si había tenido un derrame cerebral porque "estaba seguro de que Momo no lucía así ayer...")

Una tarde, Jeongyeon las llevó hasta el parque de patinaje, prestándoles a cada quien una de sus tablas viejas. Momo lo lleva lenta y firmemente, apenas rodando una pulgada antes de poner un pie de vuelta en la pista otra vez. Sana siempre es del tipo que corre antes de poder caminar, lanzándose en ella, corriendo en su patineta en cuestión de minutos, cayendo al suelo.

Momo se apresura para ayudarle sin preámbulo, mientras Jeongyeon corre en búsqueda de su tabla desaparecida.

"No llores." susurra Momo mientras se agacha en frente de Sana, haciendo un puchero con simpatía a la rodilla raspada de Sana, como si el dolor de Sana fuera suyo.

Sana presiona sus labios juntos en una línea apretada, tratando de evitar que su labio inferior tiemble. Su rodilla arde como el infierno, y tiene un chorrito de sangre, pero ella realmente no quiere llorar.

Una de las manos de Momo descansa sobre su rodilla herida, protegiéndola y la otra descansa sobre la mejilla de Sana. Después de echar un rápido vistazo alrededor para comprobar el paradero de Jeongyeon, Momo se inclina hacia adelante y besa los labios de Sana suavemente.

"Está bien" asegura Momo, retirándose hacia atrás y usando el borde de su manga para limpiar alrededor de la herida, deshaciéndose de la sangre.

Entonces Jeongyeon se acerca, sujeta la tabla de Sana bajo su brazo, y tiene un puñado de esparadrapos en su mano, explicando que trajo su botiquín de primero auxilios en su mochila "por si acaso". (Jeongyeon es del tipo precavida, Sana se da cuenta, del tipo que ya sabe que Sana es torpe y propensa a tener lesiones a pesar de sólo haberlas conocido hace semanas).

"Debimos haber traído ropa protectora para ti." refunfuña Momo silenciosamente en dirección a Sana, tomando uno de los esparadrapos de Jeongyeon.

"Es mi culpa," admite Jeongyeon disculpándose, retirando un poco su cabello corto de sus ojos, viendo como Momo coloca el esparadrapo con cuidado sobre la rodilla de Sana, "traeremos un algunos la próxima vez, ¿de acuerdo?".

fool's gold; samo | namoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora