Capítulo 4

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"Así que, Sana y Eunha son, como, oficiales ahora supongo," comenzó Jeongyeon, mirando al lado de la cabeza de Momo, "¿Estás bien con eso?"

Momo mira a Jeongyeon lanzar perezosamente una pelota anti-estrés, atrapándola de nuevo con la misma distracción. Están acostadas en la cama de Jeongyeon, y de vez en cuando, Momo saca su mano para atrapar la pelota en el aire.

"Si," contesta Momo, frunciendo el ceño, "¿Por qué no lo estaría?"

"No lo sé," dice Jeongyeon, siendo especialmente cuidadosa, "a veces las mejores amigas se ponen celosas de este tipo de cosas, ahora Eunha va a estar tomando todo el tiempo de Sana."

Momo soltó una risa, "¿Estás bromeando?" robándose la pelota del aire, y luego lanzándola de vuelta a Jeongyeon para que la atrapara, "Estoy feliz por ella, Jeong, en serio, ya era la maldita hora de que tuviera una novia," dijo mirando alrededor de la habitación, encontrándose con los ojos de Bona por casi un segundo antes de que apartara su mirada, fingiendo estar ocupada en su teléfono; Momo le dio un ligero toque a Jeongyeon en la costilla, preguntándole en voz baja, "¿Qué hay de ti y...?"

Jeongyeon, distraída, olvida atrapar la pelota la cual aterriza en su cabeza con un golpe, y responde en un susurro silencioso, "Estoy trabajando en ello, ¿de acuerdo?"

"Bueno, será mejor que te apures," musitó Momo, presionando los botones de Jeongyeon a pesar de que sabe que sólo hay una chica a los ojos de Bona, "ella no tiene pocas pretendientes, ¿sabes?"

"Lo sé", insiste Jeongyeon en voz baja, agarrando la pelota anti-estrés de donde había rodado entre el espacio de sus cabezas, y la aprieta varias veces, moldeándola, mientras continúa, "¿y qué hay de ti? Tú tampoco careces de admiradoras."

Momo saca su mano hacia afuera, atrapando la pelota cuando Jeongyeon la deja caer en la palma de la mano y se encoge de hombros, respondiendo, "Supongo que solo estoy esperando por la chica correcta."

Su conversación es interrumpida por un golpe en la puerta, y ambas se empujaron sobre sus codos, intrigadas mientras Bona salta de su cama, explicando, "Esa debe ser Nayeon, ¿No les importa si se queda aquí por un rato, o sí?"

Jeongyeon agita su mano despectivamente, volviendo a caer a la cama. Momo, en su lugar, observa a Bona abrir la puerta, concediéndole la entrada a Im Nayeon.

(La misma Im Nayeon quien dejó a Momo sin palabras el día en que se mudó, por el simple hecho de existir).

Nayeon entra en la habitación como si fuera la dueña, su cabello largo cayendo en cascada sobre su espalda, y por un instante, sus ojos se fijan en los de Momo.

La respiración de Momo se atora en su garganta, y–

(Oh no).

_

Eunha es una de las personas más dulces que Sana ha conocido.

Es linda, amable, divertida y la forma en la que besa es perfecta, la forma en que se siente bajo las yemas de Sana es perfecta.

(Se supone que debes amar las cosas perfectas, se dice Sana a símisma cuando sus besos se sienten vacíos).

_

Sana mira a Jeongyeon desde la mesa de la cafetería, levanta una ceja mientras observa a la chica mayor teclear furiosamente a través de su teléfono.

"¿Todo bien?" pregunta Eunha tímidamente, aún acostumbrándose a los amigos de Sana, aunque ha sido un par de meses desde que se convirtió en su pareja.

"Ugh," Jeongyeon lanza su teléfono, "Seungyeon está acusándome de romper su alisador de cabello, o sea, ¿Qué diablos? Primero que todo, estoy en el internado, imbécil. Segundo, ¡Ni siquiera tengo suficiente cabello para alisar!"

fool's gold; samo | namoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora