♔ᴄᴀρɪᴛᴜʟᴏ 1♔

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Recuerdo ese día, como si apenas hubieran pasado unos minutos, desde que se dio mi último "acto", con aquel sujeto que se adueñó de mis noches.

Él no se trataba de un hombre de apariencia diferente a los otros con los que había estado, ni siquiera contaba con algo impresionante entre las piernas, pero eso no lo hace menos único.

Hace un par de años que trabajo en una oficina, como secretaria personal del jefe de tan reconocida empresa científica, un hombre que no demostraba ningún gesto de simpatía, ni siquiera una simple y minuciosa sonrisa; era alguien de muy buena fisionomía, se podría decir que me atraía sexualmente.

Volviendo al tema principal, prácticamente yo solo estoy a merced de él, para cualquier servicio que se le ofrezca.

Prácticamente yo era la organizadora de su vida, ordenaba archivos, atendía sus llamadas... nada fuera de lo común a lo que hacen otras secretarias, a excepción de una cosa.

Todo comenzó como un día normal, mi misma patética rutina, mi deseo esperando con ansias a que terminara el día, solo para largarme a mi departamento y hundirme en mi típica soledad.

Dieron las 6:00pm, la hora de salida. Siempre soy la última en salir, para asegurarme de que todo está en orden y de que mi jefe no necesite algo a último momento.

Por alguna rara razón, algo me dijo que hoy hiciera una excepción a mi habitual rutina; una parte de mi quería que saliera de ahí, junto con mis demás compañeros de trabajo, pero por algo del destino decidí quedarme, no había una razón aparente que justificara mi presentimiento.

Ya habiendo quedado el edificio vacío, me dirigí a la oficina principal, mis tacones resonaban haciendo un molestoso eco por los pasillos, con la incomodidad subí aquellas escaleras las cuales me conocía de memoria, hasta llegar a mi destino.

Mi mano temblaba al momento que la acercaba a la perilla de la puerta.

¿Entro o no entro?

Respire hondo y de una vez por todas la gire, abriendo la madera laminada de poco a poco.

Lo primero que vi fue a "él", con su típico semblante neutro, sentado en su silla negra, leyendo lo que probablemente eran sus finanzas.

Cuándo se percató de que entre, solo me invito a pasar con un fino ademán, sin proporcionarme ninguna mirada, sin hacer ningún gesto al respecto como los demás días.

— ¿Se le ofrece algo más antes de que me retire?

La habitación queda en un silencio incomodo, los segundos parecían largas horas a la espera de esa respuesta, una que otra gota de sudor caía de mi frente, hasta que me harte de la maldita duda.

—Lo tomaré como un no.

Y justamente antes de que cerrara la puerta, su voz grave e imponente me respondió.

—Antes de que te vayas, necesito que hagas un último trabajo.

Me gire a mirarlo, no tenía otra alternativa, soy su secretaria después de todo. Me invito a tomar asiento frente a él.

Cerré con cuidado la puerta, para así caminar hacia aquel asiento que parecía un trono, el cual solo gente de importante prestigio ponía su cuerpo en reposo en el.

Me senté, sintiendo el frío cuero en mis muslos, coloque mis manos en mi regazo para emitir una frase, pero él hablo primero.

—Hoy salías temprano de tu trabajo, ¿Por qué te quedaste?—preguntó de una forma demandante.

Trague duro ante su pregunta, ¿Qué le iba a decir? Tampoco sabía aquella respuesta, que solo me digne a bajar la mirada a mis manos.

Este mismo bajo las hojas con un suspiro, sabía a la perfección que odiaba que no le respondiera.

—Mika...

—Lo siento, solo vine a saber cómo estaba, ya sabe, la costumbre—comente rápidamente.

El silencio incómodo volvió, solo que su mirada estaba fija en mí, cerré los ojos esperando cualquier respuesta sarcástica o directa de su persona.

—Está bien.

Su respuesta fue simple, directa y para nada de lo que esperaba. Levante mi mirada asombrada, normalmente entra una pequeña amenaza por el empleo.

—Te pedí que hicieras algo por mí, ¿No?

Lust Order ❥ʀɪᴠᴀᴍɪᴋᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora